CINE: El francés que mostró Africa

El cineasta francés Jean Rouch, etnólogo y explorador cuyas películas ayudaron a Occidente a conocer las profundidades de Africa, murió la semana pasada en un accidente automovilístico en Níger, a los 86 años.

Rouch, considerado ”el padre de la antropología visual”, trabajó en Africa más de 50 años, y dejó una vasta obra sobre el colonialismo, la independencia y la modernidad de ese continente, sus pueblos, sus rituales, sus mitos y sus prácticas sociales.

”Rouch fue simplemente el antropólogo documentarista más importante. Su forma de usar la cámara y aprovechar la luz natural revolucionó el cine”, sostuvo Manthia Diawara, profesora de literatura compararada en la Universidad de Nueva York.

Para el documentarista francés, la intervención de la cámara estimulaba a las personas a tener espontaneidad, más expresión, y hacía la narración mucho más verídica, a diferencia del estilo estadounidensese de documental, en el que las personas deben actuar como si la cámara no estuviera presente.

”El ojo de la cámara es más perspicaz y más precisa que el ojo humano. El ojo de la cámara tiene una memoria infalible”, dijo Rouch una vez.

Luego de trabajar como ingeniero civil en el occidente de Africa durante la segunda guerra mundial (1939-1945), Rouch se enamoró del continente y decidió quedarse en él por el resto de su vida.

Cuando la mayoría de los europeos veían a Africa a través del lente del colonialismo, Rouch trató de comprender a los africanos y se dedicó a estudiar su cultura a través de documentales.

El cineasta inspiró a toda una generación de antropólogos y cineastas que incursionaron en el mismo estilo.

Luego de su graduación, Rouch se especializó en cine. Su primer obra fue ”Au pays des mages noirs” (En el país de los magos negros), de 1947, y luego tuvo varios éxitos como ”Les fils de l'eau” (Los hijos del agua), de 1955, y la polémica ”Les maitres fous” (Los amos locos), de 1957, sobre el culto de la etnia hauka en Níger.

Este último documental contenía duras escenas sobre la matanza de perros por parte de los miembros de esta etnia que, en trance, se comen la carne de los animales en una suerte de burla hacia sus ex gobernantes coloniales. La película fue prohibida en varios países africanos de habla inglesa.

Su película ”Moi, un Noir” (Yo, un negro), de 1958, tuvo éxito por la forma en que trató la problemática de los inmigrantes de Costa de Marfíl, mientras que ”La pyramide humaine” (La pirámide humana), de 1959, abordó el problema del racismo.

Quizá la más notable de sus 120 películas es ”La Chasse au Lion a l'Arc” (La caza con arco del león), de 1965, sobre esa actividad en la frontera entre Malí y Níger.

Las películas de Rouch fueron muy admiradas en los años 60, pero también recibieron muchas críticas en Africa.

”Creo que (Rouch) es un drama para los africanos. Y cuando digo que es un drama es porque hoy muchos dudan si debe ser considerado un cineasta africano o no. Yo pienso que no. Aun si yo estuviera cuatro décadas filmando en Francia, eso no me convertiría en francés”, dijo el cineasta Gaston Kaboré, de Burkina Faso.

”En mi cultura, hay un dicho que dice que un pedazo de madera no se vuelve cocodrilo por estar mucho en el agua”, añadió.

El estilo de los documentales de Rouch, llamado ”antropología compartida”, luego se transformó en un tipo de ”etno-ficción”, a medida que el director jerarquizó la existencia de un argumento y la dirección de las personas filmadas.

De todos modos, desempeñó un importante papel en el lanzamiento del cine africano, entre otras cosas porque introdujo y explicó técnicas, y su trabajo inspiró a un movimiento de documentalistas estadounidenses.

Rouch ganó en 1993 el Premio de la Paz del Festival Internacional de Cine de Berlín, y en 2001 el Premio a Logros de una Carrera de la Asociación Internacional de Documentalistas.

Diawara, admirador de Rouch desde hace muchos años, realizó una película que emula el típico estilo etnográfico del francés, pero sobre la vida de éste y sus relaciones con la cultura francesa y con Africa.

Los primeros trabajos de Rouch fueron estudios sobre la etnia dogon, con la que mantuvo desde entonces relaciones de amistad, y cambiaron la antropología para siempre según Diawara, quien sostuvo que ningún europeo abrazó a Africa como el fallecido francés.

Según informó la embajada francesa en Níger, Rouch estaba en ese país para asistir a una celebración del cine africano que incluye una muestra retrospectiva de su trabajo desde los años 40. (

Archivado en:

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe