PARAGUAY: Presidente amenazado entre complot y rumor

El fantasma del magnicidio volvió a la escena política de Paraguay con un informe brasileño de inteligencia sobre un supuesto plan para asesinar al presidente Nicanor Duarte Frutos, una advertencia que es puesta en duda por opositores y analistas pese a que existe un antecedente no muy lejano.

El documento, cuyo contenido fue confirmado por fuentes de las fuerzas de seguridad paraguayas, indicó que seis sicarios brasileños contratados por una mafia local habían ingresado al país para perpetrar un atentado contra el avión en el que Duarte Frutos tenía previsto regresar el domingo de sus vacaciones en playas de Brasil.

El arribo del primer mandatario a Asunción era esperado en la noche del domingo, pero de modo imprevisto se decidió que el avión que lo transportaba junto a su comitiva aterrizara en la sudoriental Ciudad del Este, fronteriza con la localidad brasileña de Foz de Iguazú.

Según la advertencia de la inteligencia brasileña, los asesinos contarían con misiles portátiles para atacar la aeronave en pleno vuelo y, por este motivo, se decidió que el mandatario continuara su camino a la capital paraguaya por tierra la tarde de este lunes.

Los investigadores no descartan que haya relación entre este hasta ahora presunto complot y el robo de dos ametralladoras antiaéreas de los arsenales de la Fuerza Aérea, descubierto la semana pasada.

Las autoridades han atribuido la responsabilidad de ese delito a un alto jefe del arma, el teniente coronel Enrique Sarubbi, de quien varios subalternos dicen haberlo visto y capturado en momentos en que realizada la sustracción del las armas.

La información del posible atentado fue tomada este lunes con suma cautela por los miembros del gabinete presidencial y los dirigentes de la gobernante Asociación Nacional Republicana (ANR), también conocida como Partido Colorado, quienes optaron por no hacer declaraciones a la prensa.

Pero analistas y líderes políticos de oposición dudaron de la veracidad del informe trascendido y señalaron que podría tratarse de una farsa montada por el propio gobierno para desviar la atención de la opinión pública de hechos que perjudican su imagen.

”Hasta ayer había noticias muy importantes que dañaban la figura de los organismos de seguridad del Estado, lo que a la vez afecta directamente al presidente, aunque hasta ahora nadie lo haya acusado directamente”, comentó a IPS el analista político y económico Félix Lugo.

El experto se refiere, entre otros, al caso del robo de material bélico y a las implicancias del hecho en las fuerzas castrenses y, también, al asesinato de dos campesinos el viernes de la semana pasada por parte de la policía en la represión a una manifestación contra las fumigaciones con agroquímicos en plantaciones de soja genéticamente modificada.

Lugo sospecha que, ”si es que realmente existió esa información de la inteligencia brasileña, la misma fue filtrada a propósito” para ”sacar de las primeras páginas de los diarios a las noticias que no dejaban bien parado al gobierno”.

”Lo que se viene ahora es complicado, porque habrá más represión y, también, cambios en las cúpulas de las fuerzas armadas y de seguridad con implicancias políticas imposibles de sopesar a priori”, puntualizó.

En el mismo sentido se manifestó el ex vicepresidente Julio César Franco, actual titular de la principal agrupación de oposición, el socialdemócrata Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA), quien entiende se puede estar ante una ”posible farsa”. ”Mientras no haya un informe pormenorizado de la situación” de parte del gobierno, no se sabrá a ciencia cierta que pasa, agregó.

Sin embargo, el politólogo Sergio Britos sostuvo que hay verosimilitud en que exista un plan para asesinar al presidente Duarte Frutos, ya que a partir de la asunción de éste, en agosto del año pasado, ”hay gente que esta perdiendo poder y dinero”.

Estos grupos ”son los que estarían interesada en atentar contra el presidente”, agregó. Opinó que los responsables del complot podrían estar, también, buscando amedrentar al mandatario, pues ”vivimos en un país en el que los rumores sirven para asustar a los oponentes”.

Empero, Britos recordó que ”esa maquinaria a veces no funciona muy bien” y citó como ejemplo el caso del general Alfredo Stroessner, hoy asilado en Brasil, quien fuera derrocado en 1989 luego de 54 años de dictadura. ”Los rumores de golpe corrían desde unos tres meses antes, pero él no los oyó”, precisó.

”Incluso el mismo (Luis María) Argaña sabía sobre un posible atentado en su contra, que terminó desconociendo”, explicó Britos.

El analista se refirió así al asesinato en marzo de 1999 del vicepresidente Argaña, que derivó en una crisis política que culminó luego de cuatro días con un saldo de cuatro muertos, más de un centenar de heridos y la renuncia y posterior abandono del país del entonces presidente Raúl Cubas y de su mentor, el ex golpista general Lino Oviedo.

En esos días, conocidos como ”el marzo paraguayo”, manifestantes jóvenes y campesinos se enfrentaron con simpatizantes de Oviedo, hoy también asilado en Brasil, que intentaban ingresar por la fuerza a la sede del Senado, reunido para votar la destitución del Cubas de la presidencia.

Pero los manifestantes resistieron una dura represión policial y el fuego de francotiradores. Angel Roberto Seifart, quien ocupara la vicepresidencia durante el mandato de Juan Carlos Wasmosy (1994-1998), fue también objeto de un fallido atentado en su contra en abril de 1996, cuando Oviedo había iniciado una asonada militar contra el gobierno al desconocer una orden que lo relevaba como jefe del Ejército.

Pero esta vez Oviedo parece no ser parte de la trama. ”Siempre busca sacar ventaja en cualquier tema. Pero hoy es un fantasma para la política nacional. En síntesis, Oviedo ya no existe”, explicó Lugo.

Mientras, para los presidentes del Congreso y de la Cámara de Diputados, Carlos Mateo Balmelli, del PLRA y, Benjamín Maciel Pasotti, de la ANR, lo realmente grave en este caso es que se hayan filtrado datos de inteligencia que afectaban a la seguridad del presidente.

Nicanor Duarte Frutos es un abogado de 47 años que llegó al gobierno luego de ganar cómodamente las primarias de su partido Colorado, donde no encontró resistencia, y las elecciones generales a una fragmentada oposición.

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