Un vergonzoso incidente en el principal concierto anual de dancehall de Jamaica volvió a despertar la polémica sobre ese género de música bailable, criticado por promover comportamientos violentos.
Una pelea en público entre los raperos de dancehall Vybz Kartel y Ninja Man en el festival Sting, el 26 de diciembre, también dejó en la cuerda floja el futuro de este espectáculo, hasta ahora considerado el más importante su género en Jamaica.
El concierto, al que asistieron unas 20.000 personas, terminó con peleas entre el público con botellas y hasta disparos de armas de fuego.
Escenas de los incidentes fueron luego trasmitidas por televisión y muchos comentaristas expresaron su indignación, pidiendo que se aplicaran sanciones a los organizadores y a los músicos.
Los organizadores reconocen el mal ejemplo que dejó el espectáculo. Estamos considerando seriamente que el del 26 de diciembre de 2003 pase a ser el último Sting, afirmó Howard McIntosh, de Supreme Promotions, en conferencia de prensa.
Vybz Kartel (su nombre real es Adidja Palmer), uno de los principales exponentes de la nueva era de dancehall, agredió a Ninja Man (Desmond Ballentine) cuando éste estaba tocando en el escenario.
Ninja Man se enfureció y respondió de inmediato a golpes, pero pronto vio cómo se le avalanzaban los músicos de Vybz Kartel, que lo hirieron seriamente.
Para empeorar la situación, poco después del enfrentamiento, los organizadores anunciaron al público que el músico Bounty Killer había decidido no tocar debido a las malas vibraciones entre los músicos que estaban en el escenario.
El anuncio indignó a los espectadores, que comenzaron a lanzar botellas y piedras. Pronto se oyeron disparos y los organizadores cancelaron de inmediato el concierto.
La policía informó que 23 personas, entre ellas una embarazada, resultaron heridas en los incidentes.
Cuatro días después, Vybz Kartel y Ninja Man fueron detenidos y acusados de provocar desorden público. Kartel también fue acusado de agresión física y posesión ilegal de armas de fuego.
Ninja Man fue liberado tras pagar la finaza y Kartel, a quien la policía investiga ahora por su presunta participación en dos homicidios, fue liberado luego de ser interrogado por cinco días.
Los dos músicos deberán presentarse ante la justicia el 13 de este mes.
Pero éste fue el último de una larga lista de incidentes en el festival Sting desde que se realizó por primera vez en 1984. El considerado más grande espectáculo sobre la tierra, según sus organizadores, estuvo siempre en los titulares.
Varios ídolos de la música jamaiquina como Bunny Wailer, Maxi Priest y Super Cat ha sido atacados con botellas por parte del público en los festivales Sting.
El controvertido Ninja Man siempre ha estado en medio de la polémica. En el concierto de 2002, le entregó un revolver a un policía, argumentando que hizo el gesto para estimular a la población a deshacerse de las armas ilegales.
El gesto indignó a muchos jamaiquinos, pero Ninja Man no fue acusado de nada, aun cuando estuvo detenido hace dos años por posesión ilegal de un arma de fuego.
Varios músicos de dancehall tienen antecedentes penales por haber violado las leyes de Jamaica contra la obscenidad. Las letras sobre sexo, violencia y rampante homofobia dominan la música dancehall, señala el sitio en Internet sobre música caribeña CaribPlanet.
El crítico Ian Boyne, columnista del periódico Gleaner, señaló que las autoridades de Jamaica deben considerar seriamente prohibir para siempre el festival.
Sting es un lugar para la obscenidad y para los hombres armados. Es posible que el año que viene, si los organizadores siguen adelante con el espectáculo, nos ofrezcan un tiroteo en vivo entre los artistas, ironizó Boyne en su columna del 4 de enero.
Curiosamente, el principal organizador es Isaiah Lang, un ex oficial de policía reconocido por su lucha contra el crimen.
Laing dejó la policía en 1997 luego de un conflicto con su jefe, el comisionado Trevor MacMillan. Desde entonces dedicó todas sus energías a Sting, que comenzó como un pequeño espectáculo y fue creciendo al punto de convertirse en el más importante de la isla.
El 26 de diciembre cumplió 20 años, superando al mundialmente reconocido Reggae Sunsplash.
Mientras las críticas Sting continúan, Laing mantiene un perfil bajo y se niega a hacer comentarios sobre el futuro del festival.