Decenas de miles de kilómetros median entre la ciudad brasileña de Porto Alegre y la india de Mumbai, un camino demasiado largo y costoso para miles de activistas latinoamericanos que este año no acudirán al cuarto Foro Social Mundial (FSM).
Apenas unos cientos de latinoamericanos, 250 de ellos brasileños, sortearán la distancia, que la globalización no ha acortado, entre la sede del encuentro en sus tres ediciones anteriores y la de este mes.
Muchos brasileños se dirigen a la occidental ciudad de Mumbai, donde se reunirá desde este viernes el mayor movimiento internacional contrario a la globalización en curso, porque hallaron una agencia turística que ofrece viajes a India a sólo 1.390 dólares, cuando cuestan normalmente 3.000.
En su carácter de anfitriones de los tres foros previos, los brasileños tendrán un papel importante en la edición de este año, con unas 90 actividades. Pero se calcula que la inmensa mayoría de los 78.000 participantes estimados serán asiáticos.
"El costo de enviar representantes es alto", dijo a IPS Edgardo Lander, de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales en Venezuela, uno de los que se queda en casa.
Tampoco concurrirá a Mumbai, pese a que los hizo antes a Porto Alegre, Julio Fermín, del no gubernamental Equipo de Formación, Información y Publicaciones (EFIP), pues precisó a IPS que "solamente el costo del traslado es mayor a 2.000 dólares".
"Es evidente que la presencia latinoamericana va a ser menor. Pero eso se compensa con la presencia asiática, que también es importante", comentó, a su vez, a IPS el representante de ATTAC (Asociación para una Tasa a las Transacciones financieras de Ayuda al Ciudadano), León Lew, único de los venezolanos consultados que viaja a India.
"El año pasado asistió una cantidad enorme de latinoamericanos a (la meridional ciudad brasileña de) Porto Alegre, y el próximo año se volverá a realizar en Brasil", explicó.
Este vuelco fue buscado por los organizadores para contrarrestar el desequilibrio geográfico y sociocultural de las tres primeras ediciones. Allí dominaron los brasileños, con casi 86 por ciento de las 170.000 personas que participaron en los tres foros anuales de Porto Alegre.
Y las delegaciones extranjeras más numerosas eran latinoamericanas, sobre todo de países vecinos, afirma el estudio Perfil de Participantes, realizado por el Instituto Brasileño de Análisis Sociales y Económicos (Ibase) y divulgado el 8 de este mes. Los asiáticos no sumaron más de 200.
La colombiana Myrian Luz Triana, presidenta del sindicato de la Cruz Roja local, viajará a India como delegada de la Confederación Sindical Mundial.
Esta será su primera participación en el FSM, pues la Confederación Sindical Mundial rota su delegación por países en el caso de las mujeres. "Tenemos poca oportunidad de participar en estos eventos", apuntó.
Su pasaje de avión (pagado por la Confederación) costó 4.100 dólares. Le llevó un mes tramitar su visa y sabe de otros delegados que tuvieron problemas para conseguir alojamiento, pues las reservaciones de hotel exigían seis meses de antelación.
Triana espera en Mumbai "fortalecer la red de mujeres trabajadoras para coordinar acciones con respecto a los derechos de las trabajadoras informales, que en el caso de Colombia representan 65 por ciento del sector".
A pocos días del comienzo de la edición 2004 del FSM, la Asociación de Mujeres Campesinas de Colombia, no tenía asegurado el viaje de una delegada, por ejemplo.
El idioma puede ser otra limitación para los latinoamericanos que no hablen inglés. Aunque la programación oficial cuenta con traducción simultánea, la barrera idiomática impide contactos con otras delegaciones y el intercambio de experiencias.
También viajarán desde Colombia delegados de las nacionales Confederación General de Trabajadores Democráticos, la Central Unitaria de Trabajadores, la Federación de Educadores, de organismos de derechos humanos y de asociaciones comunitarias, entre otros.
Los pasajes de estos representantes, financiados por cada organización, cuestan en clase turista 2.234 dólares, informó Pedro Santana, de la organización no gubernamental Viva la Ciudadanía y miembro del Consejo Internacional del FSM.
Así, la delegación colombiana sumará 25 personas, 70 por ciento menor a la que concurrió a Porto Alegre. Las razones son los costos, las distancias y el idioma, explicó.
"Esto se sabía cuando el Consejo Internacional tomó la determinación de trasladar la sede a Mumbai", pero no se lesionarán los intereses regionales del foro, cuya esencia de equilibrio regional está garantizada en el conjunto de la programación, opinó.
Las actividades, paneles y mesas centrales fueron producto, como nunca antes, de la experiencia acumulada. Eso y "la discusión con respecto a ejes temáticos del foro evitan el desequilibrio de los discursos que van a circular", añadió Santana.
En tanto, en una rápida recorrida por organizaciones argentinas, IPS encontró muy pocos viajeros. "Pobres hay en todas partes", fue la respuesta más común ante la pregunta por la mudanza del foro a Mumbai.
Entre los que no irán a Mumbai se encuentran los grupos de desempleados consultados, conocidos como "piqueteros" porque la modalidad habitual de protesta que utilizan es el bloqueo de calles y rutas, así como tampoco delegadas de la organización humanitaria Madres de Plaza de Mayo.
Pero no se sienten ajenos al foro. "Estamos presentes en este y en todos los encuentros en los que se discuten los problemas de los trabajadores. Que se haga en la India demuestra que las realidades son cada vez más cercanas", dijo un portavoz piquetero.
Los precios de pasajes aéreos desde Argentina trepan hasta 5.000 dólares. Con motivo del foro, las aerolíneas ofrecieron tarifas promocionales, de entre 1.600 y 1.900 dólares, pero la oferta se agotó en diciembre por la demanda turística.
"No iremos a India porque somos parte de un sindicalismo pobre", indicó a IPS un portavoz de la Central de Trabajadores Argentinos (CTA).
"Nos parece bien que la sede se traslade a otras regiones, porque eso demuestra que no se trata sólo de América Latina, que el foro interesa en todos los países", sostuvo, sin embargo, el sindicalista, integrantes de una de las dos centrales sindicales existentes en Argentina.
El Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales envió sólo una delegada. Y otro tanto harán las 20 organizaciones argentinas de derechos humanos, sociales y ecologistas que integran Diálogo 2000.
Desde Cuba viajarán apenas 10 o 12 personas, a diferencia de las 200 que fueron en 2003 a Porto Alegre. En ese pequeño grupo de este año se intenta representar a sindicatos, mujeres, campesinos, estudiantes e instituciones como el gubernamental Centro de Investigaciones Psicológicas y Sociológicas.
Asimismo, son unos 15 mexicanos los que acudirán a Mumbai, integrantes de la Alianza Social Continental y la Red Mexicana de Acción Frente al Libre Comercio, precisó a IPS Héctor de la Cueva. A Porto Alegre fueron 200. Casi todos son bilingües.
A primera vista, sólo las organizaciones con más recursos y contactos lograron enviar a sus representantes. ¿Esto no reduce la representatividad latinoamericana a una elite de activistas?
"No creo que la lejanía de América Latina convierta el encuentro en una reunión de elite. Lo que hay que ver es lo de siempre: quiénes concurren, a quiénes representan, qué proponen", responde a esa inquietud el portavoz de la CTA.
También De la Cueva aclaró que quienes viajan no son una elite, pues representan adecuadamente a todos los grupos.
Según los argentinos, la diversidad social del foro preocupa siempre, no sólo ahora que se celebra en Mumbai.
El estudio Perfil de Participantes muestra que 73,4 por ciento de los asistentes al FSM de 2003 frecuentaron la universidad (aunque no todos se graduaron) y 9,7 por ciento hicieron un postgrado. En cambio, los postgraduados entre los delegados inscriptos equivalían a 17,8 por ciento.
En cambio, el sociólogo brasileño Cándido Grzybowski, director de Ibase y miembro del Consejo Internacional del FSM, reconoció que "es una elite la que va al foro".
Los sectores más pobres y excluidos, como los habitantes de las "favelas" o barrios precarios, campesinos e indígenas, quedan sin representación, añadió.
Una pequeña muestra es la de los "catadores" como se llama en Brasil a los recolectores informales de basura que en 2003 participaron del Primer Encuentro Latinoamericano de Organizaciones Populares Autónomas, paralelo pero vinculado al foro de Porto Alegre.
Se sumaron a esa reunión sindicalistas, medios de comunicación alternativa y grupos campesinos e indígenas.
"En Porto Alegre existió más de un foro. El de los que dicen que saben y el de los famosos, el de los turistas, el de las organizaciones no gubernamentales, el de los libertarios, ecologistas, organizaciones de base y muchos más", decía su declaración final.
"No sabemos si todos cumplieron sus propósitos, pero nosotros, las personas que luchamos día a día en las calles, en la fábrica, en el campo, en las comunidades indígenas (…) y en las zonas marginales (…), nosotros sí avanzamos", añadía.
Los basureros no van a Mumbai. El Segundo Encuentro Latinoamericano de Organizaciones Populares Autónomas se realizará del 5 al 8 de febrero en la ciudad boliviana de Cochabamba.
Se trata de "una alternativa regional al Foro Social Mundial que se realizará en la India, el cual fue acaparado por partidos socialdemócratas y ONG funcionales al sistema capitalista", afirma uno de los grupos participantes, el Centro de Medios Independientes – Bolivia.
Empero, para el colombiano Santana, del Consejo Internacional del FSM, Mumbai aparece en una fase "muy madura" del camino del foro, "por una globalización nueva y solidaria".
A saber: "la gran victoria de Cancún, es decir la derrota de la Organización Mundial del Comercio y del neoliberalismo y, en América, la derrota parcial del ALCA (Area de Libre Comercio de las Américas), en la última reunión de Miami", reseñó.
¿Qué impacto piensan lograr los delegados regionales en Mumbai? Está por verse. Después de todo, los 530 millones de latinoamericanos y caribeños no llegan más que a la mitad de la población de India.
*Con aportes de Viviana Alonso (Argentina), Mario Osava (Brasil), María Isabel García (Colombia), Patricia Grogg (Cuba) y Humberto Márquez (Venezuela)