Funcionarios franceses atribuyen a histeria y desinformación deliberada las últimas alertas antiterroristas lanzadas por Estados Unidos, que obligaron a suspender varios vuelos entre los dos países.
Washington alertó en dos oportunidades desde fines de diciembre que supuestos terroristas habían abordado aviones de pasajeros en París para lanzar ataques en territorio estadounidense.
Como respuesta al alerta estadounidense, las autoridades francesas suspendieran seis vuelos de París a Los Angeles el 24 y el 25 de diciembre, algunos de cuyos pasajeros, árabes o musulmanes, eran sospechosos de planificar atentados.
Aviones militares escoltaron algunos vuelos, al tiempo que agentes especiales se apostaron en varias aeronaves comerciales para reforzar la vigilancia.
El gobierno de Jacques Chirac concluyó, luego de exhaustivas investigaciones, que se trató de una falsa alarma.
Tenemos información contextual, no sobre una acción particular, dijo el ministro del Interior Nicolas Sarkozy. Sin embargo, agregó, los dos gobiernos comparten la opinión de que vivimos en un periodo de tensión que demanda meticulosa vigilancia.
Mientras, funcionarios franceses consideraron que la intención de Estados Unidos al lanzar sus alertas histéricas y deliberadamente desinformadas fue poner en cuestión la capacidad de Francia para luchar contra el terrorismo.
Otro de los propósitos de Washington fue dañar la imagen de la aerolínea francesa Air France, dijeron fuentes oficiales a IPS.
En la lista de sospechosos entregada por Estados Unidos a Francia figuraban un niño y una anciana, así como un ciudadano tunecino residente en su país. Ninguno de ellos tenía planes de viajar a Los Angeles, según los investigadores franceses, que cancelaron la pesquisa.
La dramática alarma estadounidense sobre terroristas volando desde tierras francesas pueden ser consideradas una maniobra traicionera para continuar castigando a Francia por su oposición a la guerra contra Iraq, observó el periodista Patrick Sabatier, del diario Libération.
La cadena televisiva estadounidense ABC informó el 6 de este mes que el supuesto extremista afgano Abdul Hai se había registrado, con un pasaporte francés en el que constaba su nombre real, en un vuelo de París a Los Angeles cancelado el 24 de diciembre.
ABC sostuvo que Hai llevaba consigo una pequeña bomba que no pudo ser detectada y que planeaba detonarla en Estados Unidos.
El portavoz del gobierno francés Jean-François Copé confirmó que la policía francesa busca a un pasajero que no tomó el vuelo a Los Angeles. El ministro de Justicia, Dominique Perben, agregó: Buscamos a alguien. Pero Sarkozy añadió: Es demasiado pronto para hablar de eso.
La policía local de Kandahar indicó este mes que Abdul Hai, integrante del movimiento islámico Talibán gobernante en Afganistán entre 1996 y 2001, se había escapado en octubre de una cárcel.
¿Desde cuándo los terroristas viajan usando su propio nombre? La duda fue formulada por un fiscal francés al experto en terrorismo Michel Deléan, quien la incorporó en un análisis publicado por el periódico Le Journal du Dimanche.
La interrogante refleja el escepticismo, incluso la exasperación, que reina entre los expertos franceses en terrorismo acerca de las falsas alarmas, anotó Deléan.
Por su parte, Sabatier consideró: El mero hecho de que las advertencias estadounidenses sean vistas como inverosímiles es un síntoma de la falta de credibilidad del presidente Bush luego de sus mentiras sobre las supuestas armas de destrucción masiva iraquíes.
Pero muchos ven al gobierno de Chirac haciendo lo mismo: lanzando reiterados llamados de alerta sobre supuestos atentados contra blancos franceses y que nunca se concretan.
El Ministerio del Interior, por ejemplo, aseguró haber impedido un ataque químico al anunciar esta semana el hallazgo de recipientes con sustancias tóxicas en un depósito de la estación de tren parisina de Saint Lazare.
Luego, se supo que el contenido de los recipientes era inocuo.