EEUU-IRAQ: Basta de abusos, dicen activistas

Un creciente coro de críticos reclama medidas internacionales urgentes ante las violaciones a los derechos humanos en Iraq por parte de las fuerzas de ocupación de Estados Unidos y sus aliados.

Las críticas, dirigidas principalmente contra los asesinatos de civiles, arrestos arbitrarios y encarcelamientos sin juicio, proceden de organizaciones de defensa de los derechos humanos, académicos estadounidenses y abogados y juristas internacionales.

”En Estados Unidos, hay muy escasa vigilancia de las propias acciones militares. Rara vez tenemos noticia de investigaciones sobre matanzas de civiles iraquíes”, lamentó As'ad Abujalil, profesor de ciencia política de la Universidad del Estado de California.

Abujalil sugirió que las acciones de Estados Unidos en Iraq serán contraproducentes en dos sentidos: primero, porque fortalecen la oposición iraquí a la ocupación, y segundo, porque crearán más resentimiento en el mundo árabe, dado que la prensa árabe presta más atención a esas acciones que los medios occidentales.

”La opinión pública en el mundo árabe e islámico es más hostil a Estados Unidos que antes, pese a la tonta campaña de propaganda estadounidense”, agregó Abujalil, autor del libro ”Bin Laden, el Islam y la nueva guerra de Estados Unidos contra el terrorismo”.

El secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Kofi Annan, criticó implícitamente la estrategia de las fuerzas de la coalición al declarar el mes pasado que ”el problema de la inseguridad no puede resolverse sólo por medios militares” y que ”es necesaria una solución política”.

El grupo estadounidense de defensa de los derechos humanos Human Rights Watch calificó de ”desproporcionados” algunos de los ataques de tropas estadounidenses contra civiles iraquíes, y declaró que las víctimas deben ser compensadas.

El abogado iraquí Malek Dohan al-Hassan, residente en Bagdad, describió de la siguiente forma el procedimiento de detención de civiles iraquíes: ”Todo lo que hacen (los soldados estadounidensses) es ponerles una bolsa en la cabeza, esposarles las manos a la espalda y llevárselos. Los familiares no saben adónde van”, relató.

La situación es tan grave que el ministro iraquí de Derechos Humanos designado por Estados Unidos, Abdel Baset Turki, viajó a Ginebra la semana pasada para presentar una queja personalmente al alto comisionado interino de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Bertrand Ramcharan.

Turki condenó específicamente las violaciones a los derechos humanos perpetradas por las fuerzas de ocupación estadounidenses en Iraq y solicitó a Ramcharan que investigara los cargos.

Pero José Luis Díaz, portavoz de la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos, declaró a la prensa que el organismo no puede realizar una evaluación independiente en Iraq porque no tiene presencia en ese país.

Desde el ataque con bomba a la sede de la ONU en Bagdad el pasado agosto, que dejó 22 muertos, el foro mundial retiró de Iraq a todos sus funcionarios internacionales.

El Alto Comisionado sabe que la situación en Iraq es ”muy difícil”, dijo Díaz, y está trabajando en conjunto con el Ministerio de Derechos Humanos de ese país, pero la ONU tendrá que esperar a que mejoren las condiciones de seguridad antes de enviar funcionarios de derechos humanos a Bagdad.

Norman Solomon, director ejecutivo del Institute for Public Accuracy, de Washington, consideró que la actitud del Alto Comisionado equivale a ”evasión de responsabilidad”.

”El año pasado, el papel de la ONU en Iraq pasó de ser sumamente limitado a totalmente impedido por los hechos”, señaló.

”Debido en gran parte a que el Consejo de Seguridad (el órgano ejecutivo de la ONU) no se enfrentó a Washington el año pasado, la ONU está ahora en un estado de animación suspendida respecto de Iraq”, dijo Solomon.

La organización británica de derechos humanos Amnistía Internacional expresó grave preocupación el año pasado ante una serie de fotografías publicadas en un diario noruego que mostraban a iraquíes desnudos y humillados por soldados estadounidenses.

”Si estas fotografías son auténticas, revelan un tratamiento degradante de los prisioneros, en clara violación de las responsabilidades de las fuerzas de ocupación”, declaró Amnistía.

El periódico canadiense Globe and Mail informó el martes que la agencia de noticias Reuters presentó una queja al Pentágono (Departamento de Defensa de Estados Unidos) porque tres de sus periodistas iraquíes fueron maltratados por soldados estadounidenses.

Un familiar de uno de los periodistas afirmó que los hombres fueron obligados a desnudarse y a quedarse parados con las manos en alto durante horas.

”Seamos directos. Estados Unidos está cometiendo todo tipo de violaciones a los derechos humanos en Iraq”, afirmó Solomon.

Los iraquíes detenidos son prisioneros de guerra, según la definición de la Tercera Convención de Ginebra, o bien son civiles y por lo tanto ”personas protegidas”, según la Cuarta Convención de Ginebra, explicó a IPS Francis Boyle, profesor de derecho internacional de la Universidad de Illinois.

”Pero no parece que el gobierno de Estados Unidos, en su carácter de ocupador beligerante, preste atención a ninguna de las cuatro convenciones de Ginebra de 1989, como tampoco lo hizo en Afganistán y en la bahía de Guantánamo”, donde tiene presos a cientos de supuestos combatientes islámicos que detuvo en Afganistán, recordó Boyle.

Cientos de supuestos combatientes islámicos detenidos por fuerzas estadounidenses en Afganistán están encerrados desde hace dos años en la base militar de Estados Unidos en Guantánamo, Cuba, sin explicaciones ni acceso a abogados ni a sus familiares.

”El incumplimiento o la negativa a cumplir esas convenciones vuelve responsables ante el derecho penal internacional a Estados Unidos, Gran Bretaña y sus aliados ocupantes”, sostuvo Boyle, autor de ”Destruyendo el orden mundial: El imperialismo de Estados Unidos en Medio Oriente antes y después del 11 de septiembre”.

En respuesta a numerosas quejas y protestas, la semana pasada la Autoridad Provisional de la Coalición en Iraq liberó a más de 500 soldados iraquíes de los 12.800 prisioneros que están bajo custodia estadounidense, casi todos sin cargos.

El jefe de la Autoridad Provisional, Paul Bremer, declaró que los prisioneros fueron liberados como un gesto de ”reconciliación”.

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