DESARROLLO: Te deseamos un año nuevo menos hambriento

El nuevo año llegó tan famélico como el anterior para cientos de millones de personas en el mundo. Y todo indica que así seguirá.

”Las crisis no desaparecen con las hojas del calendario”, dijo a IPS este viernes la portavoz del Programa Mundial de Alimentos (PMA), Brenda Barton.

La asistencia alimentaria del PMA -una agencia de la ONU que es a la vez la institución humanitaria más grande del mundo- alcanzó a 110 millones de personas en 2003, la mayor cantidad en sus 40 años de vida. En 2002, había alimentado a 72 millones en 82 países.

Pero estos números expresan apenas una fracción de la población mundial crónicamente hambrienta, unos 800 millones de personas. Son las que deberían recibir ayuda en este nuevo año, a menos que nuevas crisis los hundan otra vez en el olvido.

Y estas nuevas crisis abundan en el horizonte. ”Examinamos de cerca lugares como Zimbabwe y Corea del Norte. Muchas personas en Zimbabwe recibieron el año nuevo con el estómago vacío, y este es un grave problema para buena parte de Africa austral”, dijo Barton.

Este mes se inicia en la región una crucial temporada de cosechas. ”Pero hay señales inquietantes pues las lluvias no fueron suficientes”, señaló la experta.

El PMA ve el fantasma del hambre muchas zonas de Africa. ”Eritrea sencillamente no logró atención internacional el año pasado. Sufrió una combinación de sequía y efectos de la guerra civil. Las consecuencias continuarán en 2004”, explicó.

En 2003, el PMA sólo pudo suministrar alimentos a 300.000 de las 1,4 millones de personas que los necesitaban en este país de Africa nororiental con cuatro millones de habitantes.

El panorama es más alentador en el vecino Sudán, que se mueve hacia la paz tras 30 años de conflictos y guerra civil. Pero subsisten las preocupaciones por la situación alimentaria en algunas áreas, como la occidental región de Darfur, en ese país de 40 millones.

El PMA intenta reunir recursos para asistir a la occidental Costa de Marfil, con una población de 18 millones, a la central República Democrática del Congo, con 58 millones de habitantes, y a otras naciones africanas.

En Asia, Corea del Norte vive una extrema carencia de recursos. Según el PMA, 2,2 millones de norcoreanos no cuentan con raciones de cereal para pasar el actual invierno boreal, y esa cantidad podría aumentar rápidamente a 3,8 millones, a menos que los donantes reaccionen de forma urgente.

Además, la crisis alimentaria golpea al país asiático de 25 millones de habitantes mientras sufre un frío extremo.

El mundo destinó 4.300 millones de dólares a ayuda alimentaria en 2003, casi el doble de lo reunido el año anterior: 2.200 millones. Rusia e India se convirtieron en nuevos donantes.

Pero la asistencia tiende a seguir las primeras planas de los diarios, y gran parte de ella fue a lugares como Iraq -invadido por Estados Unidos en marzo del año pasado y necesitado de ayuda-, y a los sitios que indican las noticias.

El PMA envió galletas ricas en calorías a la meridional ciudad iraní de Bam, devastada por un terremoto la semana pasada. Este tipo de ayuda es crucial, pero hace que las crisis de bajo impacto permanezcan ignoradas.

Sin voluntad política para afrontar el problema del hambre, excepto cuando la guerra o los desastres naturales logran atraer la atención y la compasión globales, seguirá inalcanzable una de las Metas de Desarrollo del Milenio de la ONU (Organización de las Naciones Unidas): reducir a la mitad la población desnutrida en 2015, sostuvo un comunicado del PMA.

”Siempre es difícil hallar recursos para asistencia que no sean un parche de emergencia. Nuestro programa de alimentación escolar en Kenia, por ejemplo, está en peligro porque no hay bastantes fondos”, explicó Barton.

En 2004, un millón de niñas y niños podrían quedarse sin una comida diaria esencial, que reciben en escuelas de este país de 33,5 millones de personas.

Este programa fue implementado para dar respuesta, simultáneamente, al hambre y a la pobreza. Los alimentos nutren y la educación ofrece una oportunidad de escapar a un destino miserable.

La campaña global de alimentación escolar del PMA se propone asegurar que 300 millones de niños desnutridos en todo el mundo accedan a la educación.

Pero los fondos del PMA no alcanzan para lidiar con el hambre, que agrava la pandemia de sida en los lugares más pobres del planeta. ”El año 2003 probó que el sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida) no es sólo una causa mayor del hambre, sino que ésta acelera la propagación y el impacto letal de la enfermedad”, dijo la agencia en su comunicado.

”Con la experiencia de la crisis alimentaria en Africa austral, el PMA está aún más comprometido a incorporar la prevención y la mitigación del sida en todos sus programas de emergencia”, concluyó.

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