CINE: Corporaciones psicópatas

Las corporaciones no son solo las instituciones más poderosas del mundo: también son psicópatas, según un documental sobre el actual curso del proceso de globalización producido en Canadá.

En términos jurídicos, las corporaciones son sujetos de derechos y responsabilidades como si fueran una persona, pero sus propietarios y accionistas no son responsables por sus acciones.

Aun más: sus directores están obligados por ley a hacer lo que sea mejor para la compañía, sin importar el daño que originen.

¿Qué tipo de persona sería una corporación? Un psicópata clínico, según el documental ”The Corporation”, hoy exhibido en cuatro salas cinematográficas de Canadá.

”Todo lo que hacemos en el mundo está tocado por las corporaciones de algún modo”, dijo el guionista del filme, Joel Bakan.

Hace seis años, Bakan estaba investigando para escribir su libro ”The Corporation: The Patological Pursuit of Profit and Power” (”La corporación: la búsqueda patológica del lucro y del poder”).

Entonces, se asoció con los directores de documentales Mark Achbar y Jennifer Abbott y se dispuso a recaudar dinero suficiente como para producir una película sobre el mismo tema con más de 40 entrevistas.

”Las corporaciones son las instituciones más dominantes del mundo actual. Consideramos necesario echarles una mirada bien de cerca”, dijo Bakan a IPS.

Las corporaciones gozan hoy de la mayoría de los derechos que tienen los individuos, entre ellos a comprar y a vender propiedades y a expresarse libremente.

Para alcanzar ese estatuto jurídico, los empresarios estadounidenses esgrimieron en su época la Cuarta Enmienda constitucional, emitida para proteger a la población negra del sur de ese país luego de la guerra civil en el siglo XIX, que puso fin a la esclavitud.

Los cineastas muestran el funcionamiento de varias corporaciones para demostrar que estas ”personas físicas” (como denomina en términos jurídicos a los individuos) son inherentemente amorales, despiadadas y mentirosas.

Las corporaciones, indica el filme, ignoran cualquier principio social y jurídico para salirse con la suya, y no sienten culpa, aunque imitan cualidades humanas como la empatía, la bondad y el altruismo.

Una persona con tales elementos de carácter podría ser calificado de psicópata, de acuerdo con los criterios de diagnóstico de la Organización Mundial de la Salud (OMS), advierten los realizadores de ”The Corporation”.

Al contrario del premiado con el Oscar estadounidense ”Bowling for Columbine” —documental con el que ha sido comparado—, ”The Corporation” no sigue a un entrevistador (el confundido pero militante director Michael Moore) en sus incursiones por despachos corporativos para formular preguntas difíciles.

Por el contrario, el entrevistador nunca es visto ni oído. Los empresarios, expertos y activistas hablan directamente con el espectador.

Los realizadores usaron simples tomas de la cabeza y hombros de los entrevistados sobre un fondo negro, si bien con una original iluminación, con una técnica tan eficaz que el espectador siente que no prestar atención es una descortesía.

Las entrevistas están intercaladas con imágenes de archivo de numerosas fuentes, incluidas escenas en fábricas donde se explota a los obreros y conferencias de prensa.

También aparecen algunos pasajes de películas publicitarias o para la capacitación de trabajadores usadas por corporaciones en los años 40 y 50, y que con el paso del tiempo parecen humorísticas.

Pero el filme no despotrica. Los entrevistados tienen mucho tiempo para presentar sus puntos de vista, incluidos los representantes de empresas y de organizaciones derechistas, como el Institito Fraser, de Canadá.

Michael Walker, del Instituto Fraser, dijo ante las cámaras que la situación de los hambrientos del Sur en desarrollo mejora cuando una corporación les paga 10 centavos de dólar por hora para fabricar en extenuantes jornadas bienes que luego se venden a cientos de dólares.

La búsqueda de mejores ganancias, y no otra cosa, lleva a las corporaciones a buscar hambrientos cuando en sus fábricas los obreros exigen mejores salarios y condiciones de trabajo, argumentó Walker.

Muchos entrevistados del mundo corporativo parecen menos duros. Sir Mark Moody-Stuart, ex presidente de la petrolera Royal Dutch Shell, se muestra preocupado por el ambiente.

De hecho, la firma se comprometió bajo su liderazgo a desarrollar fuentes renovables de energía. Pero en ese mismo periodo, el activista nigeriano Ken Saro Wiwa y otros ocho compañeros suyos fueron ejecutados en la horca por protestar contra las actividades de la empresa en el delta del Níger.

El crítico social y lingüista Noam Chomsky indica en la película que las corporaciones son frecuentemente dirigidas por personas agradables, lo que también podría haberse dicho de muchos propietarios de esclavos. El problema es la institución, no las personas, agregó.

El economista Milton Friedman, uno de los máximos exponentes del neoliberalismo, sostiene que las corporaciones crean trabajo y riqueza pero son inherentemente incapaces de afrontar las consecuencias sociales de sus acciones.

”The Corporation” documenta una amplia gama de esas consecuencias, incluida la muerte de personas que protestaban contra la privatización del servicio de agua potable en Cochabamba, Bolivia, y la explotación de obreros en fábricas de ropa en Honduras e Indonesia.

También echa una mirada sobre las relaciones, con frecuencia íntimas, entre corporaciones y regímenes autoritarios, como las que gozaron la estadounidense IBM y el líder nazi alemán Adolf Hitler.

La película atribuye a la publicidad corporativa la creación de deseos por artículos de lujo y a las empresas la intención de reprimir el libre flujo de información.

El documental muestra a la corporación Monsanto impidiendo con éxito que los medios de comunicación emitan informes sobre los potenciales riesgos para la salud de un medicamento transgénico administrado a muchas vacas lecheras de Estados Unidos.

”The Corporation” también muestra historias de éxito, como la anulación de las patentes sobre el árbol de neem y del arroz basmati y la recuperación del control del agua potable para el Estado en la ciudad boliviana de Cochabamba.

Una de las intenciones del filme, dijo Bakan, es ”que la gente comprenda que puede cambiar las cosas”.

”Todos nos agradecen por haber hecho la película. El público disfruta cuando se compromete intelectualmente”, dijo el codirector Mark Achbar, desde el Festival Sundance de cine independiente en el occidental estado estadounidense de Utah.

A pesar de su distribución limitada en Canadá, ”The Corporation” fue vendida como serie en tres capítulos de una hora cada uno a emisoras internacionales de televisión, y Achbar confía en que pronto será traducida al español.

Pero no habrá una campaña promocional multimillonaria. La mayor publicidad será de boca en boca, como forma de recuperar el poder que las corporaciones han usurpado, dicen sus realizadores.

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