Todo el mundo corporativo se verá obligado a teñirse de verde al igual que el Citigroup, la mayor institución financiera privada del planeta, según Rainforest Action Network (RAN), la organización que con éxito presionó a la firma durante dos años.
La nueva política ambiental del Citi, cuya matriz está radicada en Estados Unidos, se aplicará al financiamiento de proyectos que podrían tener impacto sobre ecosistemas delicados y áreas indígenas o en el clima mundial.
Estas líneas constituyen un avance desde los Principios Equator, acuerdo por el cual el Citigroup y otros 17 grandes bancos internacionales asumieron en abril la política ambiental de la Corporación Financiera Internacional (CFI), rama del Banco Mundial dedicada al sector privado.
Además del Citi, adhirieron a los Principios Equator ABN Amro, Barclay's y WestLB, cuyas operaciones combinadas abarcaron proyectos por 15.000 millones de dólares, según el diario británico Financial Times.
Los criterios del CFI han sido hasta ahora más estrictos que los del sector bancario privado y que los de la mayoría de las agencias gubernamentales de crédito a las exportaciones del Norte industrial, que financian grandes proyectos de infraestructura en el exterior.
Pero el Citigroup articuló las políticas ambientales más fuertes que haya establecido institución financiera privada alguna en todo el mundo, dijo el director ejecutivo de RAN, Michael Brune.
Durante dos años, RAN patrocinó boicots de consumidores y coloridas protestas para persuadir a Citigroup de que dejara de financiar proyectos que destruyen el ambiente.
Este momento marca un mojón del movimiento mundial para detener el recalentamiento planetario y la deforestación, agregó RAN en una declaración.
Otras organizaciones se congratularon por los anuncios, pero enfatizando que están esperando a ver cómo el Citigroup aplicará su nueva política.
Estos compromisos hacen del Citi el líder claro en materia ambiental entre los bancos de inversión estadounidenses, dijo Michelle Chan-Fishel, experta en inversiones de la filial estadounidense se Amigos de la Tierra Internacional.
Pero contenemos nuestro aplauso hasta ver cómo se trasladarán estas políticas a la práctica, agregó.
Entre los principios más drásticos anunciados por el Citi figura la adopción del concepto de zonas de no ir, que implicará abstenerse de financiar proyectos de tala en selvas tropicales. Es la primera corporación financiera estadounidense que adopta tal política.
Además, el Citi se comprometió a realizar mayores estudios de diligencia para proyectos en zonas de alto cuidado, ecosistemas de particular vulnerabilidad o con elevada biodiversidad o valor para la conservación de especies.
Por otra parte, aseguró que implementará nuevas prácticas de crédito en relación con áreas indígenas para garantizar los derechos de la población nativa, sus modos de vida y su integridad cultural, y que no prestará dinero a empresas que cometan ilegalidades.
En relación con el cambio climático, el Citi anunció que informará sobre las emisiones de gases invernadero en los proyectos energéticos que financie y, al mismo tiempo, que aumentará sus inversiones en iniciativas que apliquen fuentes de energía renovables.
En ese sentido, sostuvo que en breve ofrecerá en Estados Unidos hipotecas sobre viviendas en que se apliquen criterios de energía eficaces.
RAN sostuvo que estas medidas elevan el rasero para el resto del sector financiero, y envió cartas a 10 de los bancos de inversión más destructores del ambiente, según sus criterios, a los que denominó los liquidadores.
En esas cartas, los conminó a imitar el ejemplo del Citi o sucumbir ante el desafío.
Un banco no es suficiente. No salvaremos a las selvas tropicales hasta que nos desembaracemos de la más avanzada arma de destrucción masiva: la desestabilización climática y los bancos que financian a las corporaciones que la causan, dijo Brune.
Entre los bancos que recibieron la carta este mes figuran el nuevo gigante estadounidense, originado por la fusión del JPMorgan y Chase Manhattan, el Bank of America, Fleet Boston Financial, Wells Fargo, Goldman Sachs, John Hancock, Wachovia, US Bancorp y Sun Trust.
Son los rezagados de Wall Street, solicitantes de crédito que liquidan los bienes naturales más valiosos de la tierra para obtener beneficios cortoplacistas a un costo largoplacista para el mundo, según RAN.
Muchos de los principales competidores del Citi se han quedado muy atrás. Hasta donde sabemos, JPMorgan Chase no tiene una política ambiental en general, para no hablar de un sistema de manejo de riesgos ambientales, advirtió Chan-Fischel.
Pero la experta recordó que el Citigroup es el principal financista del controvertido oleoducto Baku-Tbilisi-Ceyhan, que llevará petróleo de Azerbaiyán a la costa mediterránea de Turquía.
Se prevé que el proyecto se firme el mes próximo, en lo que se convertirá en la primera gran prueba de la seriedad del compromiso del Citi, agregó.