LITERATURA-CHINA: Sexo y más sexo

Una serie de libros y diarios íntimos plenos de detalles han fascinado y conmocionado a los lectores de China este año. Con estas obras, el sexo oficializó la conquista de un amplio espacio en la literatura nacional.

Durante mucho tiempo tabú en una sociedad signada por la estricta ética de Confucio y por la sobriedad socialista, el sexo se ha convertido, de la noche a la mañana, en un asunto oficial en los auditorios universitarios, las redacciones de la prensa y en las editoriales.

Académicos universitarios consideran que se ha iniciado en China una ”revolución sexual” similar a la registrada en Estados Unidos en los años 60.

Y en este panorama se inscribe el auge de la literatura con contenido explícitamente sexual, la cual superó las previsiones más optimistas de las editoriales y se ha encumbrado en las listas de libros más vendidos de China este año.

Sólo en Shangai, se vendieron 200.000 ejemplares desde su publicación en mayo de ”Ruptura al amanecer”, un libro que documenta relaciones de una sola noche narradas por 19 mujeres.

Otros dos libros de relatos eróticos se asomaron a la lista de más vendidos: ”Felicidad que dura medio día” y ”Quiero acostarte en un lecho de rosas”.

”Hablar y escribir sobre sexo no es más una cuestión clandestina”, dijo Wang Ming, profesora universitaria de idioma y literatura china . ”Los estudiantes quieren diferenciarse de sus padres aunque eso signifique mostrar demasiado afecto en lugares públicos.”

”Escribir sobre sexo también se convirtió en un modo de reafirmar la libertad individual”, agregó Wang.

Muzimei, una periodista de China meridional de 25 años cuyo nombre real es Li Li, publica en Internet un diario en el cual detalla sus múltiples encuentros sexuales.

Muzimei se considera una hermana espiritual de Catherine Millet, la crítica de arte francesa cuya obra literaria de no ficción —en especial ”La vida sexual de Catherine M”— constituye un antecedente de la suya.

Los relatos de la periodista china son hoy tema usual de conversación, y han desatado un debate público sobre la posibilidad de que amor y sexo corran por carriles separados.

Más de 160.000 personas leyeron en noviembre los textos de Muzimei en línea, y cada día se suman 6.000 nuevos lectores, informó el diario Noticias de la Tarde, de Yangcheng. Su nombre es la palabra más escrita en el motor de búsqueda del portal Sohu.com.

”Registro fielmente mi vida, a pesar del alboroto y a la repulsión de los hombres”, escribió la periodista.

Muzimei asegura haber tenido relaciones sexuales con 65 hombres, tanto chinos como extranjeros. ”Tengo un trabajo que me mantiene ocupada, y en mi tiempo libre tengo un hobby muy humanista: hacer el amor. Yo misma elijo a aquellos con quienes disfruto mi hobby”, escribió.

”Siempre los cambio. Tengo un abastecimiento amplio y suficiente. No necesito responsabilizarme por ninguno de ellos, ni darles mi amor. Ellos no me harán problemas. Son como discos compactos, que no emitirán sonidos a menos que yo apriete el botón”, observó.

Diversos medios de prensa informaron que el diario de Muzimei causó malestar entre las autoridades del gobierno. La periodista abandonó este mes su trabajo como columnista en una revista de Guangzhou.

A diferencia de Muzimei, Millet no reveló la identidad de los compañeros sexuales a los que conocía en clubes de solteros de París y en los bosques de Boloña. La periodista china, en cambio, divulgó detalles sobre su relación con un integrante de un popular grupo de rock de Guangzhou.

Muchos seguidores de las andanzas de Muzimei se sintieron traicionados cuando percibieron en sus actos, en lugar de un combate por la libertad sexual, una carrera por la popularidad personal.

Veintidós por ciento de los 38.000 lectores de relatos de Muzimei consultados en línea por el portal de Internet chino Sina.com afirmaron que la periodista busca la fama a cualquier precio. Y 18 por ciento consideraron que su comportamiento era vergonzoso.

Pero 23 por ciento indicaron que su obra constituía una demostración de libertad sexual y de desafío a la mojigatería imperante en China.

Sea un tratado de filosofía libertina o un testimonio descarnado, resulta indudable que el diario de Muzimei refleja los grandes cambios de actitudes y comportamiento sexual que se han registrado en China.

En sus palabras no hay una traza de arrepentimiento ni de culpa por su vida de placer sensual, ni acusaciones subyacentes de uso y abuso.

La obra de la periodista de Guangzhou confirma estudios de sociólogos, según los cuales la virginidad perdió su peso tradicional en la moralidad sexual de China. A medida que se libra en país una sutil revuelta sexual, las relaciones carnales premaritales son hoy norma más que excepción.

El país ya superó su ancestral preocupación por la virginidad, según la investigadora Li Yinhe, de la Academia de Ciencias Sociales de China.

Las parejas de Beijing que mantenían relaciones sexuales antes del matrimonio pasaron de 15 por ciento en 1980 a 80 por ciento el año pasado, calculó Li.

La liberalización de las actitudes hacia el sexo, la virginidad y la cohabitación ha desatado cambios legales y educativos, lo cual queda en evidencia con la lista de las 10 principales noticias de carácter sexual de este año, divulgada por académicos de la Universidad de Renmin.

Una de las noticias se refiere a la batalla judicial entre la policía de la occidental provincia de Shaanxi y una pareja detenida por mirar películas pornográficas en la intimidad de su hogar.

La pareja se libró de la demanda, y acusó luego a la policía por entrometerse en su vida privada.

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