La Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información se convirtió en una rara avis de las reuniones multilaterales debido a que antes de comenzar, este miércoles, ya se había conseguido superar todas las controversias surgidas en los dos años de preparación.
El propósito de esta cumbre preparada por la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), cuya primera etapa finalizará este viernes en Ginebra, es dictar políticas y establecer medidas prácticas para que la comunidad mundial afronte el problema de la brecha digital que separa a los países ricos de los pobres.
El clima dominante de aparente armonía no ocultó, sin embargo, la insatisfacción de algunos activistas de organizaciones no gubernamentales que esperaban introducir reformas en la sociedad global y debieron finalmente conformarse con impedir retrocesos en cuestiones de derechos humanos y de libertad de expresión.
Es que los gobiernos alcanzaron el entendimiento mediante el recurso de posponer las decisiones sobre los temas más urticantes.
Así, el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Kofi Annan, y el presidente de Suiza, Pascal Couchepin, pudieron abrir la primera fase de la Cumbre en un clima distendido.
Muy distinto a lo ocurrido hace apenas tres meses, cuando una reunión internacional de parecida envergadura, realizada por la Organización Mundial del Comercio (OMC) en el sudoriental balneario mexicano de Cancún, México resultó un estrepitoso fracaso.
La diferencia esta vez es que el método empleado por la cumbre de Ginebra dejó sin resolución aspectos cruciales del futuro de las tecnologías de la información y de la comunicación (TIC), como son el financiamiento de la expansión tecnológica y el control de la red mundial de computadoras o Internet.
La cuestión de los fondos necesarios para llevar las nuevas tecnologías a los países en desarrollo será examinada por organismos de la ONU, que deberán emitir un informe en el plazo de un año.
Otros temas ligados al funcionamiento de Internet, como el manejo de la misma red, la publicidad no solicitada ("spam"), la privacidad, el ciberdelito y la seguridad de ese sistema serán evaluados por un grupo de trabajo que presentará sus conclusiones a la segunda fase de la conferencia, a concretarse del 16 al 18 de noviembre de 2005 en Túnez.
También la actual Cumbre tiene la peculiaridad, además de haber logrado un consenso precoz e inusitado, de contar con la participación por primera vez en una conferencia de este tipo de representantes de la sociedad civil.
Renate Bloem, el presidenta de la Conferencia de Organizaciones No Gubernamentales (Congo) con Estatus Consultivo ante la ONU, se declaró orgullosa del papel desempeñado por la sociedad civil.
Nosotros ayudamos a desplazar la discusión del enfoque de las TIC, como un fin en sí mismo, a otra visión que refleja a esas tecnologías como medios de desarrollo social y económico, señaló Bloem a IPS.
Annan aceptó que a las organizaciones no gubernamentales, así como al sector privado, les corresponde un papel en el esfuerzo por colmar el abismo tecnológico que separa a los países en desarrollo del mundo industrializado.
En particular, la sociedad civil puede contribuir en razón de la riqueza de sus conocimientos sobre las esperanzas y las preocupaciones en las bases de las comunidades, arguyó el secretario general de la ONU.
Pero el funcionario internacional reconoció la complejidad del desafío a causa de las características de esa distancia digital, que está formada por sucesivos abismos.
A la brecha tecnológica se le suman otras enormes fosas en la distribución de la infraestructura. El contenido presenta también grandes diferencias. Gran cantidad de información presentada en los sitios de Internet carece de valor para las necesidades de la población, apuntó Annan.
Otro factor expuesto en la primera jornada de la Cumbre es la primacía del idioma inglés, que se extiende a casi 70 por ciento de los sitios en la red mundial. El inglés a veces excluye a las lenguas locales y también a las mismas opiniones, lamentó.
Las TIC no representan un medio para que el Norte industrializado comunique sus puntos de vista al mundo en desarrollo, advirtió Bloem. Por el contrario, constituyen un sistema de diálogo donde el Sur tiene tanto para ofrece a la sociedad de la información como el Norte, insistió.
La presidenta de Congo adelantó que esa organización vigilará el mantenimiento y la expansión de los temas que protegen la seguridad, la libertad de expresión, el acceso a la información y las igualdades de oportunidades en el empleo de las TIC.
En el tema de la libertad de expresión, las organizaciones de la sociedad civil reconocieron la importancia de que la declaración final de la Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información reafirme el valor del artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que consagra ese principio.
Pero, Ronald Koven, miembro del Comité Mundial de Libertad de Prensa, habría preferido que la Cumbre adoptara acciones para que la gran cantidad de países que no respetan la libertad de expresión apliquen ese artículo 19.
Meryem Marzouki, integrante del grupo de derechos humanos dentro de la sociedad civil, admitió que la declaración final de la Cumbre mantiene las referencias a esos principios universales humanitarios.
Sin embargo, hace dos años empezamos este proceso de la Cumbre con la esperanza de reformar a la sociedad y ahora "nos hemos reducido a tratar de impedir un retroceso", señaló a IPS.
La declaración y el plan de acción mencionan todavía a las legislaciones nacionales con predominio sobre los valores globales en estas materias, previno Marzouki.
Ya sobre el fin de este proceso, la sensación es de que hemos desperdiciado una excelente oportunidad para fortalecer los derechos humanos en el mundo, lamentó la activista.