«Queremos restaurar la independencia de nuestra gran nación», advirtió John Gouriet, presidente en Gran Bretaña de la organización Defensores del Reino. La potencia opresora a la que aluden estas palabras es la Unión Europea (UE).
Este grupo ha redescubierto el canal de la Mancha como límite natural entre Gran Bretaña y el resto de Europa, a pesar del túnel que une la isla con el continente desde 1994.
Y pretende reivindicar Gran Bretaña para los británicos antes de que, como ellos dicen, se les imponga el nuevo Tratado Constitucional de la UE. La carta a estudio de la Convención que conduce el ex presidente francés Valery Giscard D'Estaing se conocerá a fin de año y entrará en vigor el 13 de junio de 2004.
"Queremos, al menos, un referéndum en Gran Bretaña para ver si aceptamos esta nueva constitución", dijo a IPS la dirigente del opositor Partido Conservador Diana Coad, quien participa en la organización de una marcha nacional el 24 de abril para protestar contra la aplicación de la carta europea en este país.
Antes de la marcha, los Defensores del Reino planean enviar a los 25,3 millones de hogares de Gran Bretaña un formulario con una petición que, en última instancia, se remitirá a la reina Isabel II de Inglaterra.
"Estamos pidiendo a la Reina que cumpla con los votos que pronunció en su coronación. Ella se comprometió a gobernarnos de acuerdo con nuestra ley y nuestras costumbres. La responsabilidad está en el Palacio de Buckingham", donde reside la monarca, dijo Gouriet a IPS.
El argumento de los Defensores del Reino es que la constitución británica está por sobre el parlamento, el cual carece de autoridad para aceptar una constitución ajena a Gran Bretaña.
El parlamento gobierna en nombre de la Corona, según la constitución británica, buena parte de la cual no está escrita. Los Defensores del Reino están ahora tomando ese principio literalmente y le piden a la reina Isabel II que haga lo que aseguró que haría cuando fue coronada en 1952.
"La Soberana tiene el poder de negar su real consentimiento a cualquier legislación que amenace, reduzca o entregue la soberanía, derechos, libertades, costumbres e independencia del pueblo", indicó la organización en una proclama.
El derecho consuetudinario indica que el consentimiento real es obligatorio una vez que una ley ha sido aprobada por la Cámara de los Comunes, la rama baja parlamentaria.
La campaña se denomina "La Batalla de Gran Bretaña", igual que la gran conflagración aeronaval entre la Alemania nazi y las fuerzas aliadas ocurrida en 1940.
Y los Defensores del Reino ya dejaron claro que su campaña es algo más que una agitación de patrioteros que viven en el pasado. El diario derechista Daily Telegraph informó que la Corona comenzó a realizar consultas sobre el impacto legal que tendría la adopción del Tratado Constitucional.
Una encuesta realizada por el propio Daily Telegraph concluyó que tres de cada cuatro británicos están a favor de que se realice un referéndum al respecto.
La nueva Batalla de Gran Bretaña es percibida por muchos como una actividad del Partido Conservador, cuya ala derechista se opone al Tratado Constitucional de la UE porque, a su juicio, implicaría el fin de la soberanía británica y la creación de un "superestado" europeo conducido por "eurócratas" desde Bruselas.
Si bien no existe una única voz conservadora sobre el Tratado Constitucional europeo, el ala más derechista del partido se opone a él con firmeza.
El primer ministro Tony Blair, del Partido Laborista, se apresuró a anunciar que Londres no cederá su derecho a establecer por sí mismo políticas tributaria, de defensa y de relaciones exteriores.
De todos modos, Blair describió la constitución europea en ciernes como "una simple consolidación" y "ordenamiento" de "los tratados existentes".
El proyecto está abierto a la negociación, si bien se prevé que sea aprobado antes de que 10 países ingresen a la UE en mayo próximo.
Blair aseguró que la Corona no cambiará su posición. Eso desacredita cualquier sugerencia de que la reina Isabel II pueda elevar su voz contra el Tratado Constitucional, como pretenden los Defensores del Reino.
La disputa se concentra en el artículo 10 del proyecto de Tratado: "La constitución y las leyes adoptadas por las instituciones de la UE en ejercicio de las competencias que se le asignen primarán por sobre la ley de los Estados miembros."
Los Defensores del Reino afirmaron que esta cláusula "destruye la soberanía" británica. "Considerar estos cambios ilegales como triviales o como un mero ordenamiento es una decepción rampante. Un abogado, especialmente uno que también es primer ministro, debería saber que eso es un engaño", dijeron.
El parlamento británico ha "usurpado" los poderes de la constitución, dijo Gouriet. "Si lo ignoramos, la tiranía, sin duda, se arraigará y nos enfrentaremos a un enemigo mucho peor; no a meros barones sindicales, sino algo mucho más grande", sostuvo.
El conductor del Libro Guinness de los Récords, Norris McWirter, se unió a la campaña. El Tratado Constitucional de la UE, dijo, "producirá una situación en la cual seremos gobernados por personas a las que no podemos despedir y a las que no hemos elegido".