El pasaje de la cárcel al arresto domiciliario del ex presidente nicaragüense Arnoldo Alemán (1997-2002), a quien se juzga por corrupción, causó duras críticas al sistema judicial de su país.
Alemán, de 57 años, fue trasladado el jueves, en nombre de razones de salud, de una celda de la Policía Nacional Nicaragüense en Managua a su hacienda El Chile, en el municipio de El Crucero, y tiene absoluta libertad para movilizarse en esa área administrativa, que está unos 20 kilómetros al sur de Managua.
El ex presidente fue arrestado hace un año, acusado por la Procuraduría General de la República de malversación de fondos públicos, enriquecimiento ilícito, lavado de dinero y asociación para delinquir. Los fiscales pidieron que se le condenara a 45 años de prisión.
Por otra parte, la Fiscalía General de la República solicitó a la jueza Juana Méndez, del Distrito del Crimen de Managua, que el juicio a Alemán se declare nulo, porque ”no existe la prueba del delito”.
Ese pedido se basa en que, según la fiscal Mayra Paiz, la tipificación del lavado de dinero se asocia en Nicaragua con el narcotráfico, y eso no corresponde en el caso de Alemán ni en el del ex director general de Ingresos, Byron Pérez, acusado de cometer junto con él ese delito.
La Fiscalía alegó que a través de la Fundación Democrática Nicaragüense, creada por Alemán y colaboradores suyos, se desviaron miles de dólares a una cuenta que esa organización tenía en Panamá, y el caso es llamado ”La guaca”, un localismo que alude a algo escondido.
Según fuentes del Estado nicaragüense, el ex presidente pudo haberse adueñado de manera indebida de unos 100 millones de dólares.
”La justicia de mi país es la vilipendiada dama de los ojos cerrados”, dijo a IPS, en alusión a lo sucedido esta semana con Alemán, el procurador de Derechos Humanos de Nicaragua, Benjamín Pérez.
”Lo que sucede con la Corte Suprema de Justicia es el mal de los males de mi país, porque se ha dado la politización de la justicia”, expresó..
De los 16 magistrados que conforman esa Corte, ocho simpatizan con el gobernante Partido Liberal Constitucionalista (PLC), al que pertenece Alemán, y los otros ocho restantes al opositor Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), liderado por Daniel Ortega.
El gobierno del presidente Enrique Bolaños, líder de una fracción del PLC enfrentada con el ex presidente, afirmó directamente que Ortega es ”el responsable de la liberación de Alemán”.
Bolaños tiene el respaldo de sólo nueve diputados de su partido, y Alemán el de 35.
Un acuerdo entre la Bancada Azul, como se conoce a los diputados que están con Bolaños, y el FSLN permitió al gobierno aprobar, en diciembre de 2002, el desafuero de Alemán para que fuera juzgado.
Pérez admitió que el traslado de Alemán a su casa responde a un nuevo acuerdo entre derechistas del PLC e izquierdistas del FSLN, cuya contrapartida sería la ratificación de la sandinista Alba Luz Ramos como presidenta de la Corte Suprema de Justicia.
”El pacto entre el FSLN y el PLC atenta contra la institucionalidad de Nicaragua, porque las decisiones no obedecen a lo que dictan las leyes, sino a determinaciones temperamentales de los caudillos Ortega y Alemán”, sostuvo.
En 1999, durante el gobierno de Alemán, ambos partidos firmaron un acuerdo para realizar en 2000 enmiendas a la Constitución, que les permitieron repartirse el poder en las principales instituciones del país, entre ellas ” la Corte Suprema de Justicia, La Fiscalía General de la República y el Tribunal Supremo Electoral”, señaló el procurador de Derechos Humanos.
Analistas políticos nicaragüenses temen que una alianza entre Ortega y Alemán deje a Bolaños en minoría en el parlamento, justo cuando ambos caudillos hablan de impulsar nuevas reformas constitucionales para pasar del sistema presidencialista a uno semiparlamentario.
”En Nicaragua existe una conmoción” por el traslado de Alemán a su casa y la petición de la Fiscalía de declarar nulo el juicio contra él, dijo a IPS el experto Alberto Novoa.
”El que Alemán disponga de una libertad condicional en el municipio de El Crucero es un golpe traumático para el sistema judicial, porque es poner en libertad a una persona sobre la que pesan múltiples delitos de corrupción, para los que existen pruebas”, expresó.
”El pueblo nicaragüense, que cada día sale a ganarse su pan, ya está cansado de las componendas políticas y ha mostrado su rechazo a lo sucedido con Alemán”, opinó Novoa.
En una encuesta del diario nicaragüense La Prensa, 71,7 por ciento de los consultados expresaron rechazo al proceder de la jueza Méndez, y 80,3 por ciento dijeron que el sistema judicial los había decepcionado con esa decisión.
Alberto Saborío, ex candidato presidencial del Partido Conservador, dijo a IPS que desde el 3 de este mes, cuando el secretario de Estado (ministro de Relaciones Exteriores) estadounidense Colin Powell, dijo que ”Alemán y Ortega son dos cadáveres políticos”, se empezó a gestar una nueva alianza entre ambos líderes.
”Desde entonces, Bolaños se vio forzado a establecer una distancia con Ortega, con quien se había aliado en otras ocasiones”, opinó.
Saborío piensa que el acuerdo entre Alemán y Ortega dejará a Bolaños con poco margen de acción para gobernar.
”Hay que admitir, también, que no existe un plan nacional de gobierno, por lo que el Poder Ejecutivo está a lo que dicten algunos organismos que facilitan préstamos”, aseveró.
Sin embargo, Pérez afirmó que ”para nadie es un secreto que Bolaños está respaldado por los estadounidenses, y éste es un punto muy importante a su favor”.
