LITERATURA: Plumas contra la intolerancia

Unos 200 escritores integrantes del PEN Club se reunieron esta semana en la capital mexicana para promover la diversidad cultural y defender su oficio ”de insurrección permanente”, como lo describió el peruano Mario Vargas Llosa.

Por su trabajo de creación y denuncia, cerca de 400 escritores y periodistas murieron en la última década y otros más sufren hoy cárcel, se informó en el 69 Congreso de la organización, dedicado a promover la tolerancia en la diversidad.

En la actualidad, los ataques a la libertad recrudecen y aumentan los peligros, pero los escritores del mundo no se amilanan y saben que ”no pueden sustraerse del desafío de la historia”, dijo a IPS el poeta mexicano Homero Aridjis, presidente del PEN (Poetas, Ensayistas, Novelistas) Club Internacional.

La cita, que comenzó el domingo y terminará este viernes, incluyó mesas de discusión y múltiples charlas para reivindicar la libertad de los creadores y sus compromisos con la verdad y la tolerancia.

Los asistentes que atrajeron mayor atención fueron Vargas Llosa, nacionalizado español, y la sudafricana Nadine Gordimer, ganadora en 1991 del Premio Nobel de Literatura, quienes ejercen sendas vicepresidencias del PEN.

”Nuevas intolerancias, nuevos fanatismos, nuevas verdades absolutas que nacen de los integrismos religiosos, de los movimientos étnicos, de los movimientos exacerbados, están creando fuentes de violencia que en estos días siembran en el mundo víctimas inocentes”, señaló Vargas Llosa.

Los escritores están llamados a demostrar en los hechos y en la práctica que la coexistencia en la diversidad es posible, opinó.

Hace 36 años, cuando recibió el premio de literatura Rómulo Gallegos en Venezuela, Vargas Llosa afirmó que ”la literatura es una forma de insurrección permanente y ella no admite las camisas de fuerza”.

”Todas las tentativas destinadas a doblegar su naturaleza airada, díscola, fracasarán”, vaticinó en aquella ocasión.

Para Aridjis, lo dicho por su colega en 1967 sigue vigente, pese a los peligros, la intolerancia y la muerte que hoy amenazan a muchos escritores en el mundo.

Gordiner llamó a sus colegas a respetar ”la diversidad como la base de la tolerancia requerida para el nuevo milenio”.

”Nuestro mundo globalizado desafortunadamente está lejos de ser un solo mundo, pero la literatura hace caer las barreras y el PEN desempeña un papel principal en esto”, expresó la escritora que luchó activamente por el fin del régimen racista del apartheid en su país.

El Club tiene unos 15.000 miembros de 91 países, y fue fundado en Londres en 1921. Es la única asociación mundial de escritores creada para promover la cooperación intelectual y acentuar el papel de la literatura en el desarrollo de la cultura y la tolerancia en el mundo.

Además, denuncia persecuciones sufridas por escritores, y aboga por la libertad de los que están presos debido a sus ideas.

Según Gordiner, el oficio genera una paradoja: ”Al mantener su integridad, el escritor muchas veces tiene que arriesgarse tanto a la acusación del Estado por traición como a la queja de las fuerzas de liberación de la falta de un ciego compromiso”.

Aridjis, quien además es un activista por el ambiente, afirmó que la cita del PEN es un éxito, pues dejó en claro que los escritores están unidos contra la censura y la intolerancia, y dispuestos a acompañarse en esa lucha.

Para el escritor español Carlos Tornero, las nuevas amenazas a las libertades vienen especialmente del gobierno de Estados Unidos, por imponer al mundo, ”a pretexto de la lucha contra el terrorismo” medidas de seguridad que atentan sobre todo contra las minorías lingüísticas.

La escritora inglesa Joan Smith opinó algo similar, al expresar que es preocupante el clima de censura que creció a raíz de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York y Washington.

”Condenar el terrorismo no significa que vamos a aceptar todas las medidas para hacerle frente”, en especial ”cuando éstas atentan contra nuestros derechos individuales”, dijo.

Según el poeta colombiano Eduardo García, gran parte del panorama actual de excesiva seguridad y censura ”ha sido provocado y fomentado por la labor de los medios de comunicación, que insisten en ver la guerra como un espectáculo rentable”.

Para Vargas Llosa, lo mejor que pueden hacer los miembros del PEN ante a las actuales ”intolerancias y verdades absolutistas” es seguir ”demostrando que la coexistencia es posible y necesaria si no queremos que desaparezca la civilización”.

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