Las escuelas de Iraq se han transformado en un nuevo campo de batalla en la guerra física y psicológica entre las fuerzas de ocupación encabezadas por Estados Unidos y los grupos de resistencia.
Las nuevas autoridades intentan que las escuelas funcionen normalmente pese a las amenazas a la seguridad, mientras elaboran planes para erradicar los vestigios del régimen de Saddam Hussein en los programas educativos.
En las dos últimas semanas, cinco escuelas de Bagdad resultaron dañadas por explosiones. Aunque las escuelas no eran el blanco de los ataques, el hecho de que se colocaran bombas tan cerca de ellas indica una total falta de consideración por su neutralidad en el conflicto.
Además, en los últimos 15 días también se neutralizaron media docena de bombas colocadas dentro o fuera de escuelas en la capital iraquí, según autoridades de la coalición ocupadora.
”Tenía miedo. Habían dicho que iban a volar la escuela. No quería venir”, dijo Shams Mohammed Alí, una tímida niña iraquí de 10 años, explicando por qué faltó a clases el pasado sábado.
A pesar de los riesgos, le gusta la escuela y quiere seguir asistiendo, dijo a IPS en la oficina principal del establecimiento educativo, en Bagdad.
Alí no fue la única que faltó a la escuela ese día. Sólo 20 de los 408 alumnos de enseñanza primera y secundaria concurrieron, informó la directora, Yasmine Sobhi Amin.
Los días previos, habían circulado rumores de que grupos de resistencia a las fuerzas de ocupación iban a atacar escuelas en Bagdad.
Tres o cuatro escuelas recibieron amenazas por escrito, según el Ministerio de Educación. ”El resto cerraron por los rumores, no por amenazas concretas”, sostuvo Hassanein Mualla, asesor especial del ministro.
La seguridad escolar se ha colocado en el centro de la preocupación pública. Los iraquíes pretenden que las fuerzas de la coalición restauren la seguridad, pero no les entusiasma la idea de ver soldados estadounidenses armados en las puertas de las escuelas.
Sin embargo, no hay suficientes policías para hacer el trabajo, y esto implica que las autoridades escolares deban acudir a las fuerzas de ocupación cada vez que reciben una amenaza.
Los pocos policías iraquíes en funciones ayudan, sin embargo. ”Si no fuera por los policías iraquíes, todos los estudiantes se quedarían en casa. Los padres están muy preocupados por la seguridad”, dijo la directora Amin.
Pero la seguridad física no es el único problema. Las escuelas también se han transformado en un campo de batalla por el futuro político de Iraq.
”Durante 35 años, (el derrocado presidente) Saddam Hussein lavó los cerebros de los niños”, afirmó Hend Rassam, asesor de educación de la Autoridad Provisional de la Coalición.
”Esa era uno de sus métodos para cambiar la sociedad. Los libros abundaban en fotografías y discursos del presidente”, agregó.
Luego de derrocar a Saddam Hussein, las autoridades de la coalición invasora también trataron de incidir en la educación, aunque de manera diferente.
Unas de las primeras decisiones de la Autoridad Provisional, encabezada por el estadounidense Paul Bremer, fue ordenar una revisión de los textos escolares.
La Autoridad pidió al Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) y al Fondo de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) que reimprimiera los textos sin fotografías de Saddam Hussein ni ninguna referencia al ex presidente.
Pero un mes después de comenzado el año lectivo, al menos la mitad de los alumnos no tienen todavía los nuevos libros. Muchos padres han debido comprar textos viejos, sobreexigiendo el presupuesto familiar en estos tiempos de incertidumbre financiera y política.
Una comisión establecida por el Ministerio de Educación debe examinar los textos escolares, sobre todo los de historia, y determinar qué cambios precisan. Algunos críticos señalaron que la revisión de los programas escolares es una tarea demasiado grande que insumirá tiempo.
”Cambiar los programas es esencial”, declaró Entifadh Qanbar, portavoz del Congreso Nacional Iraquí, una coalición de grupos opositores al antiguo régimen de Saddam Hussein.
”La 'des-baasificación' es una tarea monstruosa. No se trata sólo de destituir a funcionarios del Baas (el partido de Saddam Hussein) de cargos educativos, sino de erradicar su ideología”, agregó.
En línea con ese enfoque, el Ministerio de Educación recomendó esta semana a todos los directores de escuelas que estimulen a los estudiantes a asistir a clases pese a los riesgos que corren.
”Estamos estudiando los antecedentes de todos los directores para asegurarnos de que no sean pro-Saddam. Si estimulan a los estudiantes a faltar a clases, esto será aprovechado por partidarios de Saddam y del Baas”, dijo un funcionario del Ministerio.
Sin embargo, los directores que suspendieron las clases el sábado no serán despedidos. ”Hablaremos con ellos, y si continúan con su actitud serán destituidos”, dijo el funcionario.
La medida no cae muy bien a algunos padres.
”Si comienzan a castigar a maestros y directores por proteger a nuestros hijos, no habrá diferencia entre este gobierno y el anterior”, dijo el padre de un escolar.