La Cumbre Iberoamericana de este viernes y el sábado en Bolivia tratará de definir una ayuda al país anfitrión y de crear una secretaría permanente, mientras una reunión paralela buscará que los asuntos sociales no pasen desapercibidos.
Los jefes de Estado y de gobierno iberoamericanos se darán cita en la central ciudad boliviana de Santa Cruz de la Sierra apenas un mes después de que protestas populares de más de cuatro semanas en todo el país culminaran con la renuncia a la presidencia del derechista Gonzalo Sánchez de Lozada.
Los cortes de calles y marchas sucesivas en La Paz y la vecina El Alto, de indígenas, campesinos, sindicatos y otras organizaciones, reprimidas en la última semana con un saldo de unos 70 muertos y centenares de heridos pusieron en el gobierno a Carlos Mesa por mandato del Congreso del 17 de octubre.
Por eso el Encuentro Social paralelo a la XIII Cumbre Iberoamericana, también en esta ciudad y al cual asistirá el propio presidente Mesa, se espera con expectativas.
Allí se discutirá el plan de venta de gas natural boliviano a América del Norte, una de las principales demandas de las protestas, la tenencia de tierras y ”la impunidad en los países iberoamericanos”, informó la coordinadora de la reunión, María Eugenia Canedo.
Esta también llamada cumbre paralela es organizada por el diputado indígena Evo Morales, uno de los líderes de la revuelta de octubre y el segundo candidato presidencial más votado en las últimas elecciones al frente de su izquierdista Movimiento al Socialismo.
”Nuestro encuentro es complementario a la reunión de presidentes y vamos a pronunciarnos para que las demandas sociales, el sufrimiento de las mayorías en América Latina sean tomadas en cuenta en las conclusiones de la cumbre oficial”, señaló este jueves Morales a IPS.
Explicó, además, que la intención del Encuentro Social es sensibilizar a los mandatarios para que puedan buscar soluciones a los problemas de las grandes mayorías marginadas de la región, en el marco del equilibrio económico, pero también con participación.
”Por ejemplo, a la democracia hay que complementarla con la democracia comunal”, dijo Morales, quien confirmó que asistirá a la Cumbre, de la que forman parte Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Costa Rica, Cuba, Chile, Ecuador, El Salvador, España, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, Portugal, República Dominicana, Uruguay y Venezuela.
”Me han invitado, pero seré invitado de piedra nomás, porque voy a esta ahí pero sin voz ni voto”, se lamentó el también líder de los campesinos cultivadores de coca.
La presencia de Morales tiene que ver precisamente por la asistencia económica, comercial y respaldo político que la Cumbre Iberoamericana se propone ofrecer a la democracia boliviana, en condiciones que aún discuten este jueves los coordinadores nacionales, cancilleres.
El ministro de Relaciones Exteriores de Bolivia, Juan Ignacio Siles, adelantó que los gobernantes emitirán una declaración especial de apoyo a Bolivia y al proceso democrático, y se aprobará un plan de apoyo de emergencia.
En cuanto a los asuntos propios de la Cumbre, uno de los más polémicos en la agenda parece ser la creación de una denominada Secretaría Permanente de la Comunidad Iberoamericana, propuesta por el ex presidente brasileño Fernando Henrique Cardoso (1995-2003) ha pedido de la anterior reunión de República Dominicana.
Esta iniciativa ya ha recibido el rechazo contundente de Cuba, México y Venezuela, según comentó Siles.
”Algunos de los países ven con desconfianza la idea de que un organismo internacional tenga la voz y el voto de tomar decisiones por ellos en el concierto internacional”, comentó.
En el texto elaborado por Cardoso se establece que la Secretaría Permanente tendrá entre sus atribuciones la de ”representar a la Comunidad Iberoamericana ante los gobiernos que la conforman y las instituciones establecidas en el ámbito iberoamericano, así como ante cualquier otro gobierno, institución u organismo”.
Otra cuestión que ya ha merecido discusiones fuertes en las reuniones preparatorias es la referida al papel del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y el debilitamiento del propio foro mundial en relación a la invasión en marzo de Estados Unidos y sus aliados a Iraq.
Un borrador de la llamada Declaración de Santa Cruz, recogido en partes por el diario La Razón, de La Paz, reafirma el respeto a la Carta de la ONU, el principio de la no intromisión en asuntos internos de los países y la solución pacífica de controversias.
Otro eje de las discusiones de las reuniones previas a la Cumbre es el tema de la inclusión social, propuesto por Bolivia, que da nombre al lema de la reunión de este año: ”Inclusión social como motor del desarrollo”.
Ese planteo hace referencia a la necesidad de incorporar políticas de desarrollo y apoyo en beneficio de los sectores indígenas y marginados de los países iberoamericanos, a fin de evitar exclusiones sociales como la ocurrida precisamente en Bolivia, producto de la extrema pobreza y exclusión social.
Bolivia es ejemplo de ese riesgo para las democracias, pues la pobreza afecta a más de 70 por ciento de sus 8,2 millones de habitantes, la indigencia a tres de cada 10 y el desempleo llega a 13 por ciento de la población económicamente activa.
En la universidad estatal de Santa Cruz, lejos de la zona residencial donde se realizará la Cumbre, activistas contra la globalización en curso, dirigentes sindicales, indígenas, organizaciones sociales y personalidades de la cultura, entre otros, debatirán una agenda diferente a la oficial.
Allí se pondrá especial énfasis a propuestas alternativas al modelo neoliberal dominante en América Latina y el Caribe.
Morales indicó que el Encuentro Social se desarrollará de manera propositiva y pacífica, por lo que el gobierno boliviano, dijo, no debiera temer por ninguna manifestación de violencia.
Tanto la Cumbre como el Encuentro Social se realizarán en medio de estrictas medidas de seguridad, con la presencia aproximadamente de 6.000 policías y militares en esta ciudad de Santa Cruz de la Sierra, de un millón de habitantes.