FORO SOCIAL BRASILEÑO: Gobierno de Lula en el banquillo

El Foro Social Brasileño puso en tela de juicio la política económica en los 10 primeros meses de gobierno de Brasil de Luiz Inácio Lula da Silva, líder del izquierdista Partido de los Trabajadores (PT).

Hay discrepancias entre la diplomacia que está construyendo una inserción independiente de Brasil en el mundo y la actual política económica interna, de libre flujo de capitales externos y altas tasas de interés, evaluó Luiz Gonzaga Belluzo, profesor de la Universidad de Campinas, en uno de los seminarios.

Sin el control de capitales especulativos no se logra bajar los intereses porque, en caso de hacerlo, esos fondos serían retirados de inmediato del país, desestabilizando así el tipo de cambio y trabando el crecimiento económico, explicó el economista.

Por esa causa es que se registró recesión en el primer semestre de este año y de gobierno de Lula, aseguró Gonzaga Belluzo, al hablar en el Foro Social Brasileño (FSB) que finalizó el domingo en la meridional ciudad brasileña de Belo Horizonte, con 2,3 millones de habitantes.

La independencia con que el gobierno deja al Banco Central conducir esa política monetaria, sin que legalmente disponga de esa autonomía, fue criticada por varios participantes en el FSB, el capítulo brasileño del Foro Social Mundial que duró cuatro días.

El drama político actual de Brasil es que el gobierno del PT no satisface "y a veces está en contra de las aspiraciones de cambio" de la población que eligió a Lula presidente en octubre de 2002, afirmó Juarez da Rocha Guimaraes, profesor de la Universidad Federal de Minas Gerais.

Lula mantiene una alta popularidad porque, según una encuesta, la opinión pública le concede un plazo promedio de 23 meses para cumplir las prometidas transformaciones en la realidad del país, dijo el cientista político en un seminario sobre la "agenda post neoliberal", promovido por el Instituto Brasileño de Análisis Sociales y Económicas.

En las conferencias, principales eventos del FSB al que asistieron cerca de 3.000 personas diariamente, no faltaron aplausos a las críticas al gobierno y abucheos a algunas políticas oficiales mencionadas.

La aparente unanimidad en el rechazo al Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA), al Fondo Monetario Internacional (FMI) y al neoliberalismo puso a los participantes en contradicción con la política oficial.

La conferencia sobre "Estado y movimientos sociales", realizada el domingo, se constituyó en la más política de todas con la charla de Valerio Arcary, historiador y dirigente nacional del Partido Socialista de los Trabajadores Unificado (PSTU), pequeña fuerza de oposición izquierdista al gobierno de Lula.

Este político condenó la decisión gubernamental de negociar el ALCA, aunque sea defendiendo un acuerdo "dietético" que excluiría temas que no interesan a Brasil, y también por firmar un nuevo acuerdo con el FMI. Esa exposición obtuvo muchos aplausos, en parte producidos por los militantes de su propio partido.

Arcary, el único dirigente partidario en hablar en una de estas conferencias, acusó a Lula de hacer "una opción estratégica por el capitalismo".

También sostuvo que América Latina vive una "ola revolucionaria" de la que son ejemplos, a juicio de Arcary, las rebeliones indígenas de Ecuador y Bolivia y el fracaso el año pasado del golpe de Estado contra el gobierno venezolano de Hugo Chávez.

"Apoyo, pero con críticas" fue la posición defendida por Luiz Marinho, presidente de la Central Única de Trabajadores (CUT), quién destacó que el gobierno de Lula es producto de una alianza y escenario de disputas internas entre ministros de distintas orientaciones políticas.

Pero la actitud que pareció sintetizar mejor el sentimiento del público presente en el FSB fue la del Movimiento de los Sin Tierra (MST), expresada por Gilmar Mauro, uno de sus coordinadores nacionales.

Sin "lucha de masas", organización, unidad y autonomía de los movimientos sociales no se logran las transformaciones sociales anheladas, porque el gobierno sólo no las puede hacer, sostuvo Mauro, indicando que se trata de movilizar a la población para presionar el gobierno a adoptar políticas de cambio.

El dirigente del movimiento de trabajadores rurales que reclaman tierras para producir distinguió una "izquierda social" de la "izquierda partidaria" y destacó la necesidad de una "mística", que en su opinión representa el sueño, la esperanza que impulsa las luchas.

Se habían inscripto para participar en el FSB casi 23.000 personas y 1.500 grupos sociales, pero en realidad asistieron más de 40.000, informó a IPS Salete Valesan, una de las organizadoras del encuentro, como representante del Instituto Paulo Freire, una organización no gubernamental (ONG) educacional.

Más de 250 seminarios y talleres se sumaron a las seis conferencias que componían el programa oficial del FSB. Además se desarrollaron incontables actividades paralelas por las tiendas de campaña instaladas por movimientos sociales y ONG, observó Valesan.

Es el caso del "Planeta Femea", encabezado por un grupo de organizaciones feministas, de las tiendas de la CUT y MST, de la Niñez y de partidos izquierdistas. El campamento de la juventud también reunió miles de personas en actividades propias.

El Foro Social Brasileño "superó las expectativas" en cantidad de participantes y "en tranquilidad", pues no se registraron robos ni conflictos de ningún tipo, pese a las dificultades financieras y organizativas, concluyó Valesan.

El plan es realizar un foro nacional cada dos años en distintas ciudades brasileñas, poco antes del Foro Social Mundial (FSM) cuando este se realice en el exterior.

La sede del FSM desde 2004, cuando tendrá lugar en la ciudad india de Mumbai, ex Bombay, se alternará entre la meridional ciudad brasileña de Porto Alegre, que cobijó las tres primeras ediciones anuales de este encuentro, y otras ciudades extranjeras.

Esos foros son importantes para fortalecer la sociedad, incrementando la conciencia política y promoviendo el intercambio entre experiencias variadas, dijo a IPS Nivea Gonçalves Nisa, de 76 años, ex directora de una escuela pública y que forma parte de un grupo de asistencia a ancianos en Belo Horizonte.

Sirven para expresar "ideas del pueblo que el pueblo no sabe poner en palabras", ya que las soluciones para los problemas de la humanidad nacen en las comunidades, acotó.

"Encuentro e integración de los diferentes movimientos" es el principal resultado del FSB, destacó Silvia Regina de Almeida, de Join Consult, una cooperativa de Río de Janeiro que presta consultoría a otras cooperativas.

En esa área, por ejemplo, hay corrientes de cooperativismo cuyo acercamiento puede ser muy productivo, señaló Regina de Almeida a IPS.

Archivado en:

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe