Legisladores del gobernante Partido Republicano de Estados Unidos le enmendaron la plana a la Casa Blanca al acordar un significativo aumento de la ayuda al exterior, en especial la destinada a la lucha contra el sida.
Según el acuerdo alcanzado en ambas cámaras, Washington aportará el año próximo 2.400 millones de dólares a las iniciativas globales contra el sida, 400 millones más de lo solicitado por el propio presidente George W. Bush.
Se trata de parte del paquete de asistencia exterior estadounidense para el año fiscal 2004, el cual sumará 17.100 millones de dólares de un presupuesto total de 373.000 millones.
El paquete incluye una asignación de 550 millones de dólares al Fondo Mundial para la Lucha contra el VIH/Sida, la Tuberculosis y la Malaria, 350 millones más de lo propuesto por Bush.
Activistas se manifestaron contentos con el aumento de las partidas, aunque no satisfechos.
La cifra acordada en el Congreso es, para ellos, mucho menor aun de lo necesario para combatir una epidemia que se habrá cobrado tres millones de vidas al cabo de este año, casi 80 por ciento de ellas en Africa subsahariana, según el último informe especializado de la ONU, publicado el lunes.
Esta es una clara señal de que los republicanos en el Congreso han roto con la política del gobierno, dijo a IPS el director de la no gubernamental Alianza Global contra el Sida, Paul Zeitz.
El paquete de ayuda exterior incluye 1.000 millones de dólares para instalar la Cuenta del Desafío del Milenio, controvertida iniciativa de Bush según la cual se aumentará la asistencia a los países pobres que sigan políticas económicas y de gobierno preferidas por Washington.
Pero este proyecto tendrá, según lo planificado por los líderes del Congreso, 300 millones de dólares menos de lo que Bush había pedido el año pasado, si bien 350 millones más de lo previsto antes por los legisladores.
La mayoría de los países pobres no cumplen los requisitos exigidos para gozar de los beneficios del programa. Además, la Cuenta quedó fuera de la órbita de la Agencia para el Desarrollo Internacional (Usaid), el organismo oficial con más experiencia en asistencia externa.
El proyecto de presupuesto cubre cuestiones tan disímiles como la construcción de carreteras y el etiquetado de alimentos, y su aprobación definitiva está prevista, a más tardar, para enero.
Pero el destino de la iniciativa aún es incierto debido a quejas de legisladores demócratas y algunos republicanos sobre cuestiones específicas, casi todas ellas referidas a cuestiones nacionales.
De todos modos, todos los pronósticos apuntan a que las previsiones en materia de asistencia externa sobrevivirán a las negociaciones.
Los 17.100 millones de dólares incluidos en el paquete de asistencia representan un aumento de seis por ciento respecto del año fiscal concluido el 30 de septiembre.
Pero la cifra es menor a los 20.000 millones de dólares que el Congreso asignó este mes, a pedido de Bush y mediante una ley de emergencia, a la reconstrucción de Afganistán e Iraq, a pedido de Bush.
Y la asistencia exterior suma, apenas, cuatro por ciento de los 460.000 millones asignados para el año fiscal próximo al Departamento (ministerio) de Defensa.
Por otra parte, de los 17.100 millones, 3.000 millones serán aportes a Israel, país de 6,5 millones de habitantes cuyo ingreso por persona supera largamente el de la gran mayoría de las naciones en desarrollo.
Otros 3.000 millones de dólares serán asignados a apenas tres países: Colombia, Egipto y Jordania. Casi 1.000 millones de dólares se gastarán en operaciones antidrogas, 731 millones de los cuales en la región andina.
Del total, 1.835 millones de dólares se destinarán a iniciativas de salud, 516,5 millones de los cuales figuran en la sección de VIH/sida.
Unos 185 millones se asignarán a campañas contra otras enfermedades infecciosas, 330 millones a programas de atención médica maternal e infantil y 375 millones a programas bilaterales de planificación familiar.
Un total de 1.385 millones de dólares corresponden a otros proyectos de asistencia bilateral al desarrollo, incluidas iniciativas para la educación, pero parte de ese dinero se incluirá en la Cuenta del Desafío del Milenio.
Asimismo, 913 millones de dólares se entregarán a la Asociación para el Desarrollo Internacional, rama del Banco Mundial dedicada a los préstamos blandos, y 95 millones a la reestructuración de la deuda bilateral de los países pobres.
Poco más de 1.000 millones de dólares se asignarán a mitigar desastres y ayudar a emigrantes y refugiados, mientras 321 millones de dólares se entregarán a organizaciones internacionales, de los cuales la mayor parte, 321 millones, recaerán en el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).