Israel se arriesgó a ampliar el conflicto de Medio Oriente al llevar su lucha contra la resistencia palestina a Siria, pero la respuesta militar no parece ser una opción para Damasco, que también tiene a Estados Unidos en su contra.
Siria ejercerá la contención ante la agresión del domingo contra su territorio, anunció el canciller sirio Farouk al-Sharaa en una carta a la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Según Israel, el objetivo era una base de entrenamiento del grupo extremista palestino Jihad Islámica, autor del atentado suicida del sábado en un restaurante de la ciudad israelí de Haifa, que dejó 19 muertos y más de 50 heridos.
Pero Siria aseguró que el blanco del ataque fue un campamento de refugiados palestinos y que no respalda a ningún grupo terrorista, como acusan Israel y Estados Unidos.
El ataque, perpetrado el domingo cerca de la capital siria, constituyó la primera incursión israelí en territorio de Siria desde la guerra de Yom Kipur, en 1973, cuando Israel repelió un ataque sorpresivo de Egipto y Siria, ayudados por otros estados árabes.
Funcionarios de seguridad sirios impidieron el domingo la aproximación de periodistas al campamento de Ein Saheb, 22 kilómetros al noroeste de Damasco, que había sido atacado por aviones israelíes a las 4.30 hora local.
Siria consideró que el ataque representa una grave escalada de la tensión en Medio Oriente y pidió una reunión inmediata del Consejo de Seguridad de la ONU para condenar la agresión.
El ataque amenaza la seguridad y la paz en la región y en el mundo, y podría agravar la situación en Medio Oriente, con consecuencias que podrían resultar incontrolables, advirtió Sharaa en su carta.
Pero el Consejo de Seguridad terminó este lunes el debate sobre el tema sin adoptar ninguna decisión sobre la solicitud de Damasco. Estados Unidos, miembro permanente del Consejo con poder de veto, se opuso de forma tajante a condenar a Israel.
Estados Unidos cree que Siria se encuentra del lado equivocado en la guerra contra el terrorismo, declaró el embajador estadounidense John Negroponte, presidente de turno del Consejo, y consideró increíble que el proyecto presentado no hiciera referencia alguna al atentado de Haifa.
No es secreto para nadie que Israel goza de un lugar especial en el corazón de Washington, dijo a IPS Mohammed Ela, profesor de ciencia política de la Universidad de Damasco.
Por lo tanto, es inútil y probablemente contraproducente que los líderes sirios saquen a relucir las mismas consignas carentes de imaginación que han usado por años, agregó.
Pese a la voluntad de contención anunciada, Siria insistió en que no firmará la paz con Israel hasta que éste se retire por completo de las alturas del Golán, que capturó en la guerra de los Seis Días, en 1967.
En esa guerra, Israel invadió también los territorios palestinos de Gaza y Cisjordania, que permanecen ocupados hasta hoy, y la península del Sinaí en Egipto, del cual se retiró por el tratado de paz de Camp David, de 1978.
Israel, por su parte, declaró que su ataque no tuvo la intención de provocar un enfrentamiento con Siria en vísperas del 30 aniversario de la guerra de Yom Kipur, sino servir de advertencia para los grupos extremistas palestinos que supuestamente operan en territorio sirio.
El parlamentario sirio George Jabbour también descartó cualquier respuesta armada. La opción militar exige condiciones, entre ellas que sea beneficiosa para Siria, y en general las respuestas militares no han ayudado a Siria, recordó.
Una reacción militar de Siria provocaría más ataques de Israel, y el ejército sirio no está preparado ni de lejos para responder al poderío militar israelí. Por otro lado, Siria no puede permitirse aparecer como sumisa ante las amenazas israelíes.
Por lo tanto, Siria debe moderar su discurso y presentar sus argumentos de manera más convincente, aconsejó Ela.
Siria debe ser inteligente esta vez y hacer que la otra parte salga perjudicada al buscar una guerra en la que ninguno de sus potenciales adversarios está interesado, sugirió.