Los conflictos armados en Asia, Africa y América Latina agravaron las dificultades que ya sufren los países más pobres del mundo, según un informe de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
”Los conflictos tienden a concentrarse en los países más pobres. Más de la mitad de todos los países de bajo ingreso han sufrido conflictos de importancia desde 1990”, indica el estudio de 90 páginas titulado ”La situación social del mundo en 2003”.
En las últimas dos décadas del siglo XX, hubo 164 conflictos violentos en todo el mundo, que afectaron a 89 países por un promedio de más de seis.
”El mayor impacto fue en Africa, donde virtualmente cada país o un vecino inmediato han sufrido un gran conflicto en la última década”, indica el informe, que será elevado a la Asamblea General de la ONU.
Entre los países africanos devastados por conflictos militares figuran Angola, Eritrea, Liberia, Mozambique, Sierra Leona, Somalia, Sudán y República Democrática de Congo (RDC).
Y donde se registran conflictos violentos, el desarrollo económico retrocede por la destrucción de instalaciones industriales, por el abandono de los servicios sociales, las áreas agrícolas quedan yermas y los pobres afrontan el riesgo de hambruna.
”En las últimas décadas también se vieron cambios en la naturaleza de los conflictos, con una mayor probabilidad de que ocurran dentro de los estados que entre estados”, indica el estudio de la ONU.
En países como Liberia, Sierra Leona y RDC, los bandos en pugna se mantienen tomando el control de propiedades civiles y recursos naturales, incluidos campos forestales y minas.
Cinco ejércitos extranjeros (los de Angola, Namibia, Ruanda, Uganda y Zimbabwe) estuvieron involucrados en seis años de guerra civil en RDC y en la explotación ilegal de los recursos minerales del país, como oro, cobre, coltano, diamantes, madera y cobalto.
El dinero obtenido por esas actividades se ha utilizado para la compra de armas de pequeño porte y también para armas de avanzada.
”La nueva economía de la guerra condujo a una proliferación de grupos armados organizados con débiles líneas de comando y control. Así, combatientes sin entrenamiento han soportado la mayoría de las últimas guerras, en violación —y probablemente con desconocimiento— de las Convenciones de Ginebra” que protegen a la población civil, según el estudio de la ONU.
”Los civiles han sido utilizados en la guerra de varias maneras, includa la expulsión o masacre de poblaciones y la violación de mujeres, con el fin de controlar territorios ricos en recursos, forzar una rendición o ganar dominio sobre el enemigo”, añade el informe.
Las crisis militares entre India y Pakistán y entre las dos Coreas obligaron a esos países asiáticos a elevar sus gastos militares, a costas del desarrollo económico.
El embajador de Sudáfrica en la ONU, Dumisani Kumalo, dijo el lunes ante el Comité sobre Desarme y Seguridad Internacional que los conflictos militares alimentan el armamentismo en todo el mundo.
”Se prevé que el gasto militar mundial aumente a un billón de dólares este año, mientras la mitad de la población del mudno sufre pobreza crónica”, advirtió Kumalo.
El Instituto Internacional de Investigaciones para la Paz de Estocolmo informó en junio que el gasto militar mundial aumentó de 741.000 millones de dólares en 2001 a 784.000 millones en 2002.
El informe de la ONU examina el impacto de la guerra en varios grupos sociales, incluidos los ancianos, la juventud, los discapacitados, los indígenas, los inmigrantes y las mujeres, que sufren ”un inusual grado de vulnerabilidad a los eventos fuera de su control a causa de la alta dependencia social y económica”.
”Dada su falta de recursos, aquellos que sufren pobreza o están cerca de sufrirla son incapaces de soportar la conmoción” de la guerra, advirtió el informe.