La pandemia de VIH/sida, que afecta a 70 millones de personas en todo el mundo, sólo podrá revertirse si se desarrolla y distribuye eficazmente una vacuna contra el virus, aseguraron especialistas.
”Nunca terminaremos con el sida sin una vacuna”, afirmó el médico Seth Berkley, presidente y director general de la Iniciativa Internacional por una Vacuna contra el Sida (IAVI), que organizó una conferencia para discutir los logros, desafíos y objetivos de la campaña internacional por la vacuna.
Cada día, se producen 15.000 nuevas infecciones por VIH (virus de inmunodeficiencia humana, causante del sida) en todo el mundo, la gran mayoría en Africa subsahariana, donde hay 12 millones de niños huérfanos debido al sida.
La mitad de las nuevas infecciones se producen en jóvenes de menos de 25 años de edad, en su mayoría del sexo femenino y en el mundo en desarrollo, reveló el último informe del Fondo de las Naciones Unidas para la Población sobre ”El estado de la población mundial”, publicado el miércoles.
Berkley describió a 2003 como el año en que ”la epidemia de sida ganó proyección”, y destacó que, en lo que va del año, se han comprometido 22.000 millones de dólares para combatir la enfermedad.
Sin embargo, ”no se ha concentrado suficiente atención en el desarrollo de una vacuna”, dijo en la conferencia, celebrada el miércoles.
Se han registrado algunos progresos, entre ellos la primera prueba clínica de Fase III, es decir, la última etapa. Lamentablemente, esa vacuna no ha logrado prevenir las infecciones.
Berkley señaló que llevó más de 22 años hacer que una versión de vacuna contra el sida alcanzara la etapa de pruebas clínicas, y que en los últimos cinco a siete años se desarrollaron numerosas vacunas que se encuentran en diferentes fases de prueba.
Chrispin Kambili, funcionario médico regional para el este de Africa, describió una prueba clínica que involucrará a más de 20.000 participantes y numerosos países africanos.
Los programas piloto han tenido mucho apoyo, gracias a los esfuerzos para involucrar a los comunidades locales y desarrollar en los participantes un sentido de pertenencia, explicó.
Sin embargo, aclaró Kambili, fue difícil obtener la participación femenina, de fundamental importancia porque las vacunas pueden tener diferentes efectos en hombres y mujeres.
Las mujeres son especialmente vulnerables al VIH/sida. El informe del FNUAP señala que dos de cada tres jóvenes con VIH son mujeres, y que la mayoría no pueden protegerse, en muchos casos porque ni siquiera saben cómo se transmite.
Otras simplemente no tienen la posibilidad de rehusarse a tener relaciones sexuales o de exigir que se realicen en condiciones seguras.
Berkley subrayó la importancia de realizar pruebas clínicas en el Sur en desarrollo, porque allí se encuentran las poblaciones más vulnerables y porque diferentes cepas del virus pueden reaccionar de manera distinta a las vacunas.
Todos los panelistas destacaron la importancia de planificar y considerar todos los componentes de un desarrollo y una distribución exitosos de la vacuna.
Desde el desarrollo hasta las etapas de prueba de la vacuna, y desde su producción masiva hasta su distribución, pueden presentarse numerosos problemas, advirtió Andreas Neubert, gerente de producción de vacunas de IDT, una empresa alemana de biotecnología.
Según Neubert, ”existe un cuello de botella en la capacidad de producción de vacunas en el mundo, incluso para las ya desarrolladas”.
La producción de 100 millones de dosis requeriría nuevas instalaciones, en especial porque los componentes de una vacuna contra el sida exigirían nuevas técnicas y tecnologías, explicó.
Berkley estimó que serán necesarios de 300 a 350 millones de dólares para desarrollar esas instalaciones, aparte de los fondos para la distribución y programas de precios que reflejen la diferencia de capacidad adquisitiva del Norte y del Sur.
A pesar de las dificultades, los expertos manifestaron optimismo. ”En definitiva, el instrumento que derrotará al virus (del sida) es el cerebro humano”, concluyeron.
