El próximo libro del periodista estadounidense Eric Schlosser, autor de un best seller mundial sobre las cadenas multinacionales de comida rápida, analizará el sistema carcelario de su país, el más poblado y cuestionado en la historia del planeta.
Schlosser anunció que este nuevo trabajo sería el último de una trilogía, que incluye a ”Fast Food Nation: The Dark Side of the All-American Meal” (”La nación de la comida rápida: el lado oscuro de la comida típica estadounidense”, 2001), y ”Reefer Madness” (”La locura de la marihuana”, 2003).
”Los tres libros están vinculados en muchas formas. Sin querer sonar demasiado pretencioso, los considero una trilogía. Estados Unidos ha experimentado algunos cambios fundamentales a lo largo de mi vida. Intento con esto ofrecer una historia alternativa de los últimos 30 años”, dijo Schlosser, de 44.
Al hablar en Nueva York la semana pasada, Schlosser explicó que tenía la intención de escribir sobre el sistema carcelario de Estados Unidos aun antes de que se publicara ”Fast Food Nation”.
La población carcelaria de Estados Unidos aumentó en forma alarmante en los últimos 30 años, de 250.000 presos a fines de los 70 a 2,1 millones hoy. Es la mayor del mundo y de la historia.
De estos presos, apenas 450.000 cometieron crímenes violentos. ”Para conocer la historia de los 1,6 millones restantes, tenemos que estudiar la guerra contra las drogas”, señaló Schlosser.
Las personas detenidas por primera vez por delitos con marihuana reciben, con frecuencia, sentencias más largas que algunos asesinos.
Schlosser cuenta la historia de un ciclista hippie que fue sentenciado a 10 años de cárcel por un delito vinculado con la marihuana. No es inusual que un asesino reciba una condena por 10 años.
”Es una elaborada puerta giratoria. Las personas con problemas de drogas salen de un ambiente donde están expuestos a éstas y van a la cárcel, donde siguen drogándose con libertad. Luego regresan al ambiente donde se exponen a las drogas. Si fallan, vuelven a la prisión”, dijo el periodista.
Los jóvenes negros y los blancos toman drogas por igual, según su investigación. Pero los jóvenes negros tienen cinco veces más de probabilidades de ser detenidos, porque son más pobres. ”Si no puedes pagar un buen abogado, seguro que vas a prisión”, explicó Schlosser.
Tres cuartas partes de los presos son negros o latinos. También hay unos 300.000 enfermos mentales, que cuentan con escasos medicamentos, señaló Schlosser, quien visitó varias cárceles para elaborar su libro.
”Luego de haber visitado estas cárceles para mi investigación, no quiero nunca más volver a otra, nunca. Pero si tuviera que hacerlo, lo haría en Suecia”, afirmó.
El periodista destacó que en una cárcel de máxima seguridad sueca que visitó tiempo atrás nadie recordaba que se hubiese cometido una violación. En cambio, en las cárceles de Estados Unidos, uno de cuatro reclusos son sometidos a abuso sexual todos los años.
Schlosser dijo haber encontrado en las cárceles estadounidenses una cultura de abuso sexual, violencia, brutalidad, mafias y hasta neonazismo.
Para el periodista, este sistema carcelario no es eficaz y resulta una ”pérdida de tiempo”. Sistemas alternativos, como los programas de rehabilitación para drogadictos, serían más eficaces y baratos para combatir el crimen.
La razón por la cual ningún otro país en la historia tiene más personas en la cárcel que Estados Unidos es que ”ningún otro país ha sido tan rico” hasta ahora, según Schlosser.
Estados Unidos invierte entre 18.000 y 75.000 dólares por año para mantener cada uno de sus presos. Todo el sistema le cuesta a los contribuyentes estadounidenses cerca de 40.000 millones de dólares anuales. ”Eso es mucho más de lo que gastamos en nuestras universidades”, señaló el autor.
En el sudoccidental estado de California hay más reclusos que en Alemania, Francia, Gran Bretaña, Holanda y Singapur juntos. Y los presos estadounidenses sufren en mucha mayor proporción la pobreza, la drogadicción y las enfermedades mentales.
En su libro, Schlosser presenta estadísticas sobre la raza de los reclusos.
Uno de cada cuatro jóvenes negros estadounidenses está en prisión o en libertad condicional. Uno de cada ocho hombres negros en Estados Unidos perdieron su derecho a votar por haber estado en prisión o haber recibido alguna otra sentencia.
”No hay duda de que si votaran no tendríamos de presidente a George W. Bush”, dijo Schlosser.
El libro, que aún no tiene título, será publicado en el otoño boreal de 2004 o en la primavera de 2005, según un portavoz de su editorial, Houghton Mifflin.
El trabajo de Schlosser parece responder en forma afirmativa la pregunta formulada en el libro similar de la activista negra Angela Davis, ”Are Prisons Obselete?” (”¿Son las cárceles obsoletas?”)
El periodista, hijo de Herbert Schlosser, presidente de la cadena de televisión NBC, se hizo famoso con su libro ”Fast Food Nation”.
Esta obra sigue causando controversia: una compañía de comida rápida mencionada en su libro lo demandó semanas atrás.
”Fast Food Nation” sorprendió a los estadounidenses no sólo por los detalles que brinda sobre la falta de higiene en ciertas cadenas de comidas, sino porque aborda también la influencia de estas firmas en la educación pública, la compra de políticos y su responsabilidad en la bancarrota de muchos agricultores.