IRAQ: Donantes se convierten en acreedores

Iraq afrontará su reconstrucción no con donaciones sino endeudándose, pese a que la ONU advirtió que este país devastado por la guerra y por 13 años de sanciones internacionales será incapaz de pagar tales compromisos.

La eventual conversión en préstamos condicionados de lo que Estados Unidos y otros donantes internacionales originalmente previeron como donaciones crearía en Iraq ”terrible resentimiento y oposición”, dijo en Madrid el administrador del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Mark Malloch Brown.

Iraq ya debe más de 120.000 millones de dólares, la mayoría a países occidentales y vecinos del Golfo, además de miles de millones correspondientes a reparaciones a los afectados por la invasión a Kuwait en 1990, según cálculos del Fondo Monetario Internacional (FMI).

La economía iraquí está resquebrajada por 12 años de sanciones internacionales promovidas por la ONU (Organización de las Naciones Unidas) y por Estados Unidos, y por la invasión encabezada por ese país del 20 de marzo al 1 de mayo últimos.

Malloch Brown dijo ante representantes de la comunidad internacional de donantes reunidos en la capital española que Iraq necesitará en los próximos cuatro años 56.000 millones de dólares en donaciones directas, para reconstruir su destruida infraestructura industrial y económica.

El funcionario acotó: ”Este monto es bastante superior a lo que el mundo le dio en los últimos cuatro años a Africa subsahariana, una región con una población 25 veces mayor a la de Iraq.”

La conferencia de dos días, a la que asistieron delegados de más de 75 países y representantes de agencias de la ONU e instituciones multilaterales como el FMI y el Banco Mundial con compromisos que sumaron alrededor de 13.000 millones de dólares.

Estados Unidos se comprometió el mes pasado a aportar 20.000 millones de dólares para Iraq, con lo que el total que entregará la comunidad internacional de donantes ascenderá a 33.000 millones, 23.000 millones menos de lo requerido.

La alianza del gobierno de Estados Unidos con poderosas corporaciones y su política exterior unilateralista redujeron el alcance del pedido de ayuda formulado por el presidente George W. Bush para financiar la ocupación militar y la reconstrucción de Iraq, según fuentes en Washington consultadas por IPS.

Y, a pesar del alerta de Malloch Brown, muchos de los compromisos fueron en concepto de préstamos y créditos a las exportaciones.

Mientras, el propio gobierno de Bush puja con el Congreso legislativo por una propuesta de aporte de 20.000 millones de dólares para la reconstrucción de Iraq. Los legisladores procuran que la mitad sea en donaciones y el resto en préstamos.

Al mismo tiempo, la mayor parte de los 20.000 millones de dólares comprometidos por ese país servirán para financiar contratos con empresas estadounidenses, por lo que ese dinero volverá al país norteamericano.

Hasta ahora, el reparto de tales contratos se realizó a puertas cerradas en Washington. Funcionarios estadounidenses alegaron razones de seguridad para que así se hiciera.

Donantes y organizaciones de derechos humanos están preocupados por la responsabilidad de las compañías que operan en Iraq, pues Bush firmó un decreto hace tres meses que da a las empresas de energía estadounidenses inmunidad de querellas civiles y penales vinculadas con la venta del petróleo iraquí.

Arabia Saudita se comprometió en Madrid a aportar 1.000 millones de dólares, pero la mitad corresponderá a préstamos y el resto a créditos a las exportaciones.

Como consuelo, el líder de la delegación saudita, príncipe Saud al Faisal, anunció que condonará parte de los 24.000 millones de dólares que Bagdad le debe a Riyad.

El FMI comprometió 4.250 millones de dólares en préstamos en un periodo de tres años, y el Banco Mundial entre 3.000 y 5.000 millones de dólares en cinco años.

Las únicas donaciones conocidas en Madrid procedieron de Japón (1.500 millones de dólares el año próximo que ascenderán a 3.500 millones hasta 2007), la Unión Europea (812 millones), Kuwait (500 millones), Gran Bretaña (495 millones), España (300 millones), Italia (232 millones), Canadá (230 millones) y Corea del Sur (200 millones).

El secretario de Estado (canciller) estadounidense Colin Powell manifestó desencanto porque Alemania y Francia no comprometieron aporte alguno fuera de los ofrecidos por la Unión Europea, a pesar de que ambos países votaron en el Consejo de Seguridad de la ONU a favor de una exhortación en ese sentido.

Berlín y París exigen que se acelere la transferencia del poder al pueblo iraquí, el establecimiento de un gobierno nacional y el fin de la ocupación militar estadounidense.

Hoy, Iraq es administrado por la Autoridad Provisional de la Coalición encabezada por el diplomático estadounidense Paul Bremer. Ese organismo designó un Consejo de Gobierno Interino integrado por iraquíes, así como ministros.

”El mensaje de la conferencia de donantes es el mismo que Bush oye consistentemente desde que pidió en septiembre ayuda internacional para pagar la cuenta en Iraq. Estados Unidos no puede mantener todo el poder y esperar que los otros paguen”, dijo a IPS el editor de la revista especializada Middle East Report, Chris Toensing.

Mientras, el secretario general de la ONU, Kofi Annan, dijo a la prensa luego de la conferencia: ”No debíamos esperar que los gobiernos indicaran hoy en Madrid todo lo que harían. Es un proceso. Con el paso del tiempo, los países harán más.”

Los representantes del Consejo de Gobierno iraquí designado por Washington repetían el jueves y este viernes una y otra vez en los pasillos y en las reuniones de Madrid que ”los países que ayuden a Iraq ahora recibirán un trato distinto al que obtendrán los que vengan más adelante”.

”Necesitamos dinero. No es que tengamos que empezar de cero, sino de muy por debajo de cero”, añadieron.

Uno de los integrantes del Consejo de Gobierno, Mowaffak al Rubaye, explicó que muchos edificios públicos de Bagdad, semiderruidos por los bombardeos, se encuentran ocupados por 50.000 personas sin hogar, y que se necesita construir de inmediato un millón y medio de viviendas.

Mientras, para la activista Medea Benjamin, del Centro de Observación de la Ocupación en Iraq, cree que el mensaje de la comunidad internacional a Estados Unidos es claro: ”Ustedes se metieron solos en este lío. Ahora, salgan por sus propios medios.”

(*) Con aportes de Emad Mekay, desde Washington, y Alicia Fraerman, desde Madrid.

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