Opositores colombianos esperan que los reveses sufridos por el derechista presidente Alvaro Uribe en el referendo del sábado y las elecciones locales del domingo pongan freno a su política de mano dura.
La oposición política y social promovía mayoritariamente la abstención en el referendo. De casi 25 millones de colombianos habilitados para votar, algo más de seis millones ejercieron ese derecho.
El ministro del Interior y de Justicia, Fernando Londoño, aceptó su responsabilidad en un eventual fracaso del referendo y reconoció que Uribe estaba muy afectado por los resultados parciales de la consulta.
Según la Registraduría Nacional del Estado Civil, ninguna de las 15 preguntas que formaban parte de la propuesta con la que Uribe aspiraba a llevar a cabo una serie de reformas fiscales y políticas, alcanzó los 6.267.250 de votos, el umbral de 25 por ciento del padrón electoral requerido para hacerlas válidas.
Y para que resultaran aprobadas, cada propuesta debía obtener por lo menos 50 por ciento de votos afirmativos, es decir, 3.133.626. Restan escrutar algo más de dos por ciento de los sufragios.
Además, candidatos izquierdistas ganaron las alcaldías de las cuatro principales ciudades del país, comenzando por Bogotá, la capital, además de Medellín, Cali y Barranquilla, en las elecciones para renovar gobernadores, alcaldes, concejales y diputados departamentales.
El referendo fue promovido como un "plebiscito en torno a la figura del presidente y su programa de gobierno", al punto que la etapa final de la campaña fue de estigmatización a la abstención "y sin muchas garantías para los sindicatos y fuerzas sociales que llamaron a no votar", dijo a IPS el profesor Marco Romero, de la Universidad Nacional.
En sus últimas intervenciones de campaña, el mandatario y otros funcionarios señalaban que votar era estar con la democracia y abstenerse equivalía a complicidad con el terrorismo, añadió Romero, también integrante de la Consultoría para los Derechos Humanos y el Desplazamiento (CODHES).
A su juicio, por parte del gobierno de Uribe no sólo hay una estigmatización del movimiento de derechos humanos y por la paz, sino también de las fuerzas de oposición.
"Si el referendo hubiese tenido un resultado muy fuerte a su favor, el mandatario habría radicalizado su agenda y veríamos inmediatamente una andanada de contrarreformas a la Constitución de 1991, tanto en el tema de la justicia como en el de la democracia", apuntó el analista.
La consulta de Uribe contó con la campaña favorable de los tradicionales partidos Conservador y Liberal.
Según el último reporte divulgado, la pregunta sobre sanciones a los funcionarios corruptos obtuvo 6.256.777 votos, de los cuales 5,837.114 fueron por el Sí. Esta, así como la de eliminación de suplencias en el Congreso legislativo son las más próximas a obtener la votación requerida.
Los puntos menos votados son el congelamiento del gasto público durante dos años, incluyendo salarios y pensiones de empleados públicos, y la eliminación de los entes locales y regionales de control fiscal.
En el terreno económico, una votación favorable habría llevado a Uribe a un "avance más rápido en su agenda neoliberal", dijo Romero.
Pero ante los resultados, "el presidente tendrá que hacer una reflexión más profunda con respecto al hecho de que en el país hay otras fuerzas políticas que piensan diferente a él", añadió.
En su opinión, Uribe está obligado ahora a una actitud más democrática, de más diálogo y tolerancia, en este país que sufre una guerra interna de cuatro décadas.
Uno de los mensajes de las urnas al gobierno, según un artículo editorial del diario El Tiempo, es que la popularidad del mandatario (de 70 por ciento según encuestas) y de su política de "seguridad democrática", "no significa un cheque en blanco ni lo exime de escuchar las voces disidentes".
Uribe recibió "una lección de humildad muy fuerte, tanto en la votación del referendo como en las elecciones del domingo", sostuvo el senador Carlos Gaviria, del izquierdista Polo Democrático Independiente, que promovió la abstención en la consulta.
Es muy positivo que los ciudadanos no hayan acudido a las urnas a "votar un referendo que era perverso, porque con el pretexto de luchar contra la corrupción llamaba a la gente a aprobar medidas económicas que iban a producir efectos nocivos entre la población, pero responsabilizando a la misma población de esos efectos", dijo Gaviria.
Por otra parte, el triunfo de su correligionario y ex sindicalista Luis Garzón, que obtuvo la alcaldía de Bogotá, significa "un hito en el sentido de que esa especie de hechizo que Uribe ha venido ejerciendo sobre la opinión nacional ha comenzado a diluirse", estimó Gaviria.
En Medellín, segunda ciudad en importancia, fue elegido el matemático Sergio Fajardo, en Cali, el candidato de extracción popular Apolinar Salcedo, y en Barranquilla, Guillermo Hoeninsberg.
La campaña estuvo marcada por 25 asesinatos de candidatos a gobernadores, alcaldes o concejales municipales, atribuidos a guerrilleros de izquierda o a paramilitares de derecha.