China rompió hoy más de 40 años de dominación galáctica de Estados Unidos y Rusia al lanzar su primera nave tripulada al espacio, en un hecho que infló de orgullo nacionalista al gobierno y a la mayoría de la población.
A las 9 a.m. hora local, un único astronauta partió hacia el espacio para situarse en órbita a unos 200 kilómetros de distancia de la Tierra.
La nave Shenzhou V (”Nave divina”) despegó en el centro de lanzamiento de Jiuquan, cerca del desierto de Gobi, y se prevé que regrese después de 21 horas en órbita.
El primer chino en el espacio es el teniente coronel Yang Liwei, de 38 años, miembro del militar Equipo Chino de Astronautas.
La agencia estatal de noticias Xinhua informó con orgullo que Yang ”fue entrenado en el país”. Informes iniciales indicaron que dos de los tres astronautas seleccionados en principio para el histórico vuelo tripulado se formaron junto a colegas rusos en el centro espacial de Star City, cerca de Moscú.
”He esperado este momento desde que era niño”, declaró Chen Lan, un antiguo observador del programa espacial chino. ”Esto significa que China ha logrado conquistar la última frontera”, agregó.
El lanzamiento de la nave Shenzhou V se produjo un día después de una sesión plenaria del Comité Central del gobernante Partido Comunista, en la que el presidente Hu Jintao manifestó su ambición de realizar un gobierno innovador, moderno y populista.
La sesión aprobó un amplio plan de reformas económicas destinadas a convertir a China en una economía de mercado plenamente desarrollada.
Para un gobierno formado casi exclusivamente por ingenieros de profesión, el costo del lanzamiento espacial se justifica por el orgullo nacionalista que genera.
A diferencia de Mongolia y países de Europa oriental, China rechazó en varias ocasiones ofrecimientos de ayuda de la extinta Unión Soviética para enviar un hombre al espacio, y se apresuró para superar a India en la carrera espacial por sí misma.
Luego del exitoso lanzamiento de Shenzhou V, Beijing se propone enviar un ser humano a la luna para 2010 y establecer su propia estación espacial. También quiere su propio telescopio Hubble y un laboratorio espacial.
Autoridades chinas destacaron que todos los equipos a bordo de Shenzhou V fueron fabricados en China.
”La tecnología espacial china fue creada por China”, subrayó Xie Guangxuan, ex director del Departamento de Diseño de Cohetes, en declaraciones al diario Beijing Youth Daily.
”Empezamos después de Rusia y Estados Unidos, pero es sorprendente la rapidez con que lo hicimos”, resaltó.
Hu, que estuvo presente en el sitio del lanzamiento, lo describió como ”un honor para nuestra madre patria… y un paso histórico del pueblo chino en sus esfuerzos por alcanzar la cumbre mundial de la ciencia y la tecnología”.
Si la misión espacial termina con éxito, será un triunfo para las fuerzas armadas.
El programa espacial chino es una de las pocas partes exitosas del vasto y costoso complejo militar industrial creado a principios de la década de 1960 por el entonces presidente Mao Zedong.
En el auge de la guerra fría, el complejo llegó a emplear a 16 millones de personas, entre ellas dos millones de científicos.
Mao Zedong lanzó el programa espacial y un proyecto para desarrollar armas nucleares en la creencia de que la supremacía militar sería la única forma de competir con los enemigos ideológicos.
Mientras millones de chinos morían durante la gran hambruna de 1959-1961, el programa espacial recibía generosos fondos.
Ese período culminó con el lanzamiento del primer satélite chino en 1971, que dio la vuelta a la Tierra emitiendo el himno comunista chino, ”Oriente es rojo”.
El actual programa espacial empezó en 1992, dirigido y estimulado por el ex presidente Jiang Zemin.
Jiang, también ingeniero de profesión, veía en el programa espacial chino un símbolo de la marcha del país hacia la modernización.
El mandatario insistió en que China debía llegar al espacio para desarrollar su industria de las telecomunicaciones, pero también para asegurarse de que el espacio no se transformara en un campo de batalla inalcanzable en eventuales conflictos.
Se esperaba que Jiang, que actualmente es jefe del ejército y conserva gran influencia política, estuviera presente en el sitio del lanzamiento para felicitar a Yang Liwei y reivindicar su propio crédito en este hito nacional.
Sin embargo, fue Hu Jintao el que saludó al astronauta, en otra señal de que el actual gobierno está decidido a ganarse el apoyo popular logrando una antigua ambición nacional.
Hu llamó a Yang Liwei un ”guerrero” que llegará al espacio exterior para realizar el ”sueño del milenio” del pueblo chino, y le pidió que tuviera la cabeza fría y fuera valiente al realizar esa ”misión gloriosa y sagrada”.
El orgullo nacionalista parece haber acallado las voces de los críticos que sostienen que el programa espacial es un esfuerzo demasiado costoso y fuera de lugar, que sólo representa lo que otros países alcanzaron hace ya cuatro décadas.
Interrogado sobre el precio del viaje galáctico en un país donde millones de personas ganan menos de un dólar al día, el contratista de construcción Ma Bin se encogió de hombros.
”Esto no es Estados Unidos, donde el dinero procede de los contribuyentes. Este es dinero del Partido Comunista, y hacen con él lo que quieren. Es muy bueno que lo inviertan en algo que nos llena de orgullo”, respondió, aunque el Partido Comunista y el Estado son casi sinónimos en China.
Chen Lan, un observador del programa espacial, estuvo de acuerdo. ”Si esperáramos a que el producto interno bruto sea igual al de Estados Unidos para enviar un ser humano al espacio, sería demasiado tarde”, dijo.
”La conquista del espacio requiere esfuerzos acumulados en un largo período de tiempo. Si China quiere ser protagonista en el mundo, debe asociarse al club espacial ahora, y no después”, concluyó.