El gobierno de Canadá mantiene su intención de despenalizar la posesión de pequeñas cantidades de marihuana para consumo personal, pese a la oposición de grupos conservadores del país y del gobierno de Estados Unidos.
El proyecto de despenalización será enviado pronto a la Cámara de Diputados, anunció la semana pasada el ministro de Justicia, Martin Cauchon, cercano colaborador del primer ministro Jean Chrétien.
Fuentes del gobierno fueron más específicas al indicar a IPS que esa iniciativa ingresará al parlamento en los próximos 10 días, contra la voluntad de Washington, de algunos parlamentarios oficialistas, de organizaciones policiales y de los ministros provinciales de Justicia.
Cauchon y Chrétien, que se retirará en febrero y tiende a adoptar posiciones más izquierdistas en sus últimos meses de gobierno, se aferran a su plan pese a que han estado bajo constante presión estadounidense en los últimos meses.
El gobierno lanzó la iniciativa con el argumento de que demasiados canadienses habían pasado a tener registros de antecedentes penales por la simple posesión de pequeñas cantidades de marihuana para uso personal.
El proyecto anunciado establecerá que la posesión de hasta 15 gramos de esa droga deje de ser castigable con penas de prisión, y sólo sea sancionada con una multa de 74 a 296 dólares de Estados Unidos.
Muchos conservadores canadienses opinan que eso es una bofetada a Washington, que culpa a Canadá por un creciente flujo de marihuana muy potente hacia Estados Unidos.
El director de la Oficina de Política Nacional de Control de Drogas de Estados Unidos, Jon P. Walters, acusó en agosto a Ottawa de tolerar el cultivo de marihuana y su tráfico hacia territorio estadounidense por valor de miles de millones de dólares.
El componente psicoactivo de la marihuana es el THC (tetrahidrocannabinol), y Walters afirmó, durante una conferencia en un centro de rehabilitación de drogadictos en la noroccidental ciudad estadounidense de Detroit, que cultivadores canadienses han desarrollado una variedad con hasta 30 por ciento de esa sustancia.
Gran parte de la marihuana consumida en los años 70 tenía sólo uno por ciento de THC, indicó para establecer un punto de referencia.
”El problema es que los gobernantes de Canadá han sido completamente incapaces de luchar a brazo partido contra eso. Hablan de legalización mientras Roma se incendia”, opinó Walters.
Pero Cauchon insiste en que el gobierno no quiere legalizar el consumo de marihuana en pequeñas dosis, sino sólo despenalizarlo, y destaca que el proyecto incluirá también la duplicación de penas para los cultivadores en gran escala.
Eso no evita las crecientes expresiones de ira de muchos altos funcionarios estadounidenses contra el gobierno de Chrétien, que por otra parte se opuso al ataque contra Iraq comandado por Washington, mantiene buenas relaciones con Cuba, y ha criticado en público a la Casa Blanca por no pagar sus deudas con la Organización de las Naciones Unidas.
El proyecto de despenalización es parte de un programa de iniciativas izquierdistas que Chrétien ha desarrollado desde el comienzo de la guerra contra Iraq, el 20 de marzo, dijo a IPS Lawrence Martin, biógrafo del primer ministro.
”Chrétien es un luchador, y ha elegido este asunto para pararse a pie firme. Ha vuelto a sus raíces izquierdistas y nacionalistas. Pienso que percibe que los hechos le dieron la razón en relación con la guerra contra Iraq, y que está exultante”, sostuvo.
”Es difícil imaginar un gobierno canadiense menos simpático que el de Chrétien”, dijo a periodistas en Ottawa, la semana pasada, Richard Perle, alto asesor del Pentágono (Ministerio de Defensa de Estados Unidos), e integrante de la influyente fracción neoconservadora del gobernante Partido Republicano.
”Cuando un amigo tiene una preocupación vital, es de buena amistad someterse a su opinión sobre ese asunto, aunque uno no la comparta por completo, entre otras cosas porque llegará el día en que uno también tenga una preocupación vital” y necesite la ayuda de ese amigo, arguyó.
Perle ha sido uno de los principales portavoces de los neoconservadores en las dos últimas décadas, y sus opiniones son consideradas muy representativas de las de Bush.
Los ministros provinciales de Justicia de Canadá coinciden en la oposición al proyecto de despenalización, y expresarán ese punto de vista esta semana, en una reunión de dos días con Cauchon, que a su vez tratará de convencerlos, según versiones periodísticas locales.
El gobierno busca lograr la aprobación del proyecto antes de que Chrétien se retire, porque de lo contrario la iniciativa será echada al olvido cuando asuma el sucesor del primer ministro en su cargo y en el liderazgo del Partido Liberal, Paul Martin.
Martin aboga desde hace años por una alianza más estrecha con Washington, y ya anunció que la despenalización del consumo de marihuana no estará entre sus prioridades.