El robo de petróleo crudo en Nigeria asciende a 50.000 barriles por día y le costó a este país africano 151 millones de dólares en el primer trimestre de 2003, dijeron fuentes oficiales.
Un factor que contribuye con los robos y con la violencia predominante en la principal zona petrolera nigeriana, el delta del Níger, es la rivalidad entre los tres grupos étnicos locales, según el presidente Olusegun Obasanjo. Pero esas etnias habían convivido pacíficamente durante siglos hasta hace seis años.
Aunque los ijaws, los itsekiris y los urhobos acordaron dialogar a través de sus líderes, hay revoltosos que estimulan el conflicto para poder robar la fuente de riqueza de nuestro país, afirmó el mandatario.
Grupos de la sociedad civil atribuyen las violentas protestas y choques étnicos en el delta a la postergación de la región y a la degradación del ambiente, originada, precisamente, por la explotación petrolera.
La paradoja es que del subsuelo del delta procede 90 por ciento de los ingresos de divisas del país. En contraste, el desempleo juvenil asciende a 90 por ciento.
Los últimos disturbios en Warri, en el delta del Níger, costaron más de 200 vidas y la destrucción de propiedades por millones de dólares. El gobierno respondió con el despliegue de tropas y el establecimiento de una misión militar especial para restaurar la paz.
Los explotadores ilegales de petróleo echan leña a los sangrientos choques étnicos porque se benefician de ellos, sostuvo Obasanjo. No sólo él piensa eso.
Antes pensaba que la crisis en el delta del Níger era consecuencia del subdesarrollo, pero ahora veo que se debe a la existencia de un 'cartel del crudo' en Nigeria, así como hay carteles de la droga en América Latina, dijo el activista Lucky Akaruese, del Comité para la Defensa de los Derechos Humanos.
Varios traficantes ilegales de petróleo fueron arrestados frente a las costas de Nigeria a mediados de agosto.
Lo que sucede ahora va más allá de comprar combustible y llevarlo a alta mar para venderlo más caro, como sucedía en el pasado. Hoy, el crudo se bombea directamente por los oleoductos, aseguró Akaruese.
La explicación ortodoxa de atribuir el conflicto en el delta del Níger a la pobreza, la falta de desarrollo y la marginalización s desatinada, según el activista. Después de todo, hay desempleo y marginalización en todo el país, sostuvo.
El ex profesor universitario Eni-Afolabi Mukowu también cree que el robo de petróleo alimenta la crisis.
Esto ha creado un estado de anarquía que impide a las furzas de seguridad alcanzar las áreas donde se refugian los saqueadores. Eso les da oportunidad de continuar con sus actividades, dijo entrevistado por la televisión.
La pesca y las granjas, principales ocupaciones de la población, sufrieron el efecto de los vertidos de petróleo. Miles de personas murieron en incendios causadas por el mal estado de los oleoductos y por su perforación ilegal.
Los problemas que el subdesarrollo y la pobreza infligen al pueblo del delta del Níger constituyen una gran carga para ellos, dijo el gobernador del estado de Rivers, Peter Odili, quien acusó a la administración federal de fracasar en la búsqueda de soluciones duraderas a los males de la región.
La economía nigeriana depende del petróleo. Este país es el principal productor africano, con una extracción de dos millones de barriles diarios,
El ex decano universitario Joseph Evah, quien procede del delta del Níger, acusó al gobierno de reticencia en resolver la crisis étnica, y aseguró que los jóvenes fueron armados por los partidos políticos para amañar las elecciones.
Después de las elecciones, los políticos olvidaron de recoger las armas, utilizadas ahora por los jóvenes para apuntar contra sus hermanos, dijo.
Organizaciones de derechos humanos temen que el despliegue de de tropas y el uso de la fuerza por parte del gobierno sólo sirva para causar más muertes.
La fuerza militar solo debería tratar de mantener la paz entre grupos armados, mientras se busca una solución permanente para poner fin al desempleo juvenil.
Los usualmente pacíficos habitantes de Warri, donde las tres etnias han convivido durante siglos, chocaron en 1997 por la mudanza de la sede del gobierno local de una localidad de los itsekiri a una de los ijaw.
En marzo, los ijaws volvieron a enfrentarse con las restantes etnias pues se oponían a la celebración de elecciones en tres localidades de Warri. (