Los jefes del Banco Mundial y del FMI se alinearon con el Grupo de los 22, nueva expresión del Sur pobre en las negociaciones comerciales multilaterales, al urgir al Norte rico a abandonar la pretensión de mantener sus elevados subsidios agrícolas.
En el primero de dos días de reunión conjunta de ambas instituciones en Dubai, Emiratos Arabes Unidos, el director gerente del FMI (Fondo Monetario Internacional), el alemán Horst Kohler, y el presidente del Banco Mundial, el estadounidense James Wolfensohn, apoyaron este martes demandas del Grupo de los 22.
El "fracaso" este mes de la Quinta Conferencia Ministerial de la Organización Mundial del Comercio (OMC) en Cancún, México, "debe ser una llamada de alerta para la comunidad internacional", dijo Kohler.
"Todos sabemos que el comercio es la fuerza más poderosa del crecimiento económico mundial y del alivio de la pobreza. Y esa fuerza trabaja mejor cuando se aplica en un contexto multilateral y basado sobre normas", agregó.
"Lo que se requiere ahora es voluntad política de ambos lados para superar el 'impasse' y volver a la mesa de negociaciones tan pronto como sea posible. El éxito dependerá más que nunca del liderazgo de los grandes países industriales, y la agricultura sigue siendo la clave para desbloquear avances decisivos", dijo.
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Por su parte, Wolfensohn acusó de "contradictorios" a los países que "predican los beneficios del comercio libre y luego mantienen subsidios y aranceles elevados para productos para los cuales los países pobres tienen ventaja comparativa".
El presidente del Banco Mundial manifestó que "los países en desarrollo sienten haber hecho esfuerzos importantes para cumplir con su parte de la negociación mundial" pero "no ven igual disposición del otro lado".
Mientras, representantes del mundo en desarrollo insisten en que los países ricos cedan más en la negociación, en particular en materia de subsidios agrícolas.
"Estamos desilusionados con el resultado de Cancún", dijo el ministro delegado de Burkina Faso, Jean Baptiste Compaore. "Cuarenta por ciento de la población de mi país depende del algodón. Y si el algodón está amenazado, estará en peligro el cumplimiento de las Metas del Milenio."
Compaore se refería a las Metas del Milenio establecidas para 2015 en una sesión especial de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en 2000, entre ellas reducir a la mitad la cantidad de hambrientos del mundo y asegurar la universalidad de la educación básica.
Los propietarios de las 25.000 haciendas algodoneras de Estados Unidos reciben más de 3.000 millones de dólares al año en subsidios, lo cual reduce 25 por ciento los precios internacionales y, en consecuencia, 200 millones de dólares el ingreso de Benín, Burkina Faso y Malí.
Wolfensohn sostuvo que, a la luz de los resultados en Cancún, se reformulará la discusión sobre el reparto de poder en los organismos financieros multilaterales.
"Creo que este asunto es serio y que nuestros accionistas deben tomar una decisión. No me sorprendería que surgieran nuevas negociaciones sobre el derecho de votación (de los países en el Banco Mundial y el FMI). Eso sería coherente con (la posición del Grupo de los 22) en Cancún", dijo el funcionario internacional.
Por su parte, Kohler consideró "muy importante que las estructuras de gobierno mundiales, incluidas las del Fondo, promuevan un diálogo amplio e inclusivo que asegure que la posición de todos los países sea tenida en cuenta".
Países en desarrollo y activistas han solicitado durante años reformas institucionales en el FMI y en el Banco Mundial. El asunto iba a considerarse abril, en la reunión conjunta de las juntas de gobernadores, en Washington, pero a último minuto fue retirado de la agenda.
Cuarenta y seis países de Africa subsahariana cuentan en total con apenas dos directores ejecutivos respectivamente en el FMI y en el Banco Mundial. En cambio, ocho países ricos tienen, cada uno, un director. Lo países ricos controlan más de 60 por ciento de los votos en las dos intstituciones.
Estados Unidos tiene, por su participación en la directiva, poder de veto aun cuando se trate de resoluciones que requieren mayorías especiales.
"Fue muy importante que el mundo en desarrollo mostrara un frente común en Cancún. En el pasado, Estados Unidos y la Unión Europea pudieron imponer sus acuerdos pues ese frente era inexistente", dijo a IPS el activista Oliver Buston, de la organización humanitaria británica y católica Oxfam.
Pero la experiencia de Cancún demostró que el cambio es posible, según el ministro de Finanzas de Sudáfrica, Trevor Manuel.
"No creo que Cancún haya sido un fracaso para los países en desarrollo. Fuimos capaces de comunicar con mucha vehemencia nuestra fuerza, que representamos la mayoría de la población mundial y que no habrá acuerdo que nos ataña sin nosotros."