La mayor comercializadora de café de Estados Unidos, Procter & Gamble, anunció este lunes que ofrecerá el producto con certificado de Comercio Justo, un éxito para el movimiento mundial creado en favor de 25 millones de caficultores empobrecidos.
La subsidiaria especializada en café de Procter & Gamble, Millstone, ofrecerá a los consumidores la producción de pequeños agricultores organiados en cooperativas y que reciben como mínimo 2,77 dólares por kilogramo, el doble que el actual precio mundial.
El café certificado será ofrecido a los clientes institucionales de la firma —entre ellos, universidades, hoteles y empresas— y a través de la red informática mundial Internet.
Como consecuencia, Procter & Gamble comprará un millón o más de kilogramos por año de café con certificación de Comercio Justo, con lo cual se convertirá en el principal importador del producto, dejando atrás a las empresas Equal Exchange y Starbucks.
La firma anunció que realizará esas compras a Brasil, América Central y México.
Más agricultores que nunca antes recibirán un precio justo por su cosecha. Al establecer un precio mínimo, Comercio Justo permite a los agricultores lograr una vida digna al tiempo que les brinda nuevas oportunidades de cultivar café de alta calidad y ambientalmente sustentable, dijo Deborah James, activista de la organización Global Exchange en San Francisco.
Los activistas que presionaron a Procter & Gamble para que tomara tal medida anunciaron que retirarían el proyecto de resolución en ese sentido presentado en abril ante la asamblea de accionistas.
La acción de Procter & Gamble es un ejemplo excelente de lo que puede lograrse a través de la colaboración entre accionistas activistas y organizaciones sin fines de lucro, dijo Ruth Rosenbaum, directora ejecutiva del Centro de Reflexión, Educación y Acción (CREA), organización que condujo el diálogo entre poseedores de acciones y altos ejecutivos de la firma.
Este diálogo continúa, y hemos logrado una relación de trabajo, la cual confiamos en que llevará a más acciones constructivas, agregó.
En los últimos tres años, el precio del café cayó casi 50 por ciento y ahora está en su mínimo en 30 años, muy por debajo del costo de producción. Como consecuencia, se registra una crisis humanitaria en más de 50 países pobres.
Productores de América Latina y el Caribe, Africa y el sudeste asiático han sido especialmente golpeados.
El precio mundial del café cayó en picada en los últimos cinco años y esto provocó una gran crisis para los pequeños productores, en especial en América Central, partes de América Latina y el Caribe, el este y oeste de Africa y el sudeste de Asia.
En promedio, el café se cotiza actualmente a 1,10 dólares por kilogramo, aunque el costo de producción asciende a 1,76 dólares por kilogramo.
Como resultado, miles de familias fueron expulsadas de sus tierras y otras miles abandonan sus hogares para buscar trabajo en otra parte.
Sólo en América Central, casi 600.000 empleos temporarios y permanentes desaparecieron en los últimos años.
En algunas áreas de cultivo de café de América central y Africa oriental, muchos niños padecen desnutrición grave, según un informe publicado el martes por Oxfam, bajo el título Mugged: Poverty in your coffee cup (Pobreza en su taza de café).
Hay un retrogusto amargo en el café que se bebe en este país, dijo Liam Brody, coordinador del programa de café de Oxfam/Estados Unidos.
Esa amargura se debe a la miseria que enfrentan a diario millones de cultivadores de café desesperados y sus familias, agregó.
Numerosos comerciantes locales de café también se arruinaron, al igual que algunos bancos incapaces de recuperar sus créditos, en especial en América Central.
La situación de los bancos presiona a sus gobiernos a rescatarlos con fondos previamente asignados para áreas sociales, como la salud y la educación, o para el reembolso de su propia deuda externa.
De este modo, la crisis del café se ha transformado en un desastre del desarrollo, cuyos efectos se harán sentir por largo tiempo, advierte el informe de Oxfam.
Mientras la situación de los pequeños agricultores se vuelve cada vez más desesperada, la de las empresas multinacionales procesadoras de café es cada vez más próspera.
Starbucks, que adquiere cantidades limitadas de café certificado como Comercio Justo, triplicó sus ganancias entre 1997 y 2000, mientras Nestlé obtuvo un margen de ganancia de 26 por ciento del café instantáneo, por ejemplo.
Mientras los agricultores reciben un precio inferior al costo de producción, esas empresas realizan grandes negocios, lucrando con la situación de algunas de las comunidades más pobres del mundo, denunció Oxfam.
Las multinacionales se beneficiaron del aumento de la oferta de café como resultado de la entrada de Vietnam al mercado mundial y el incremento de la producción en Brasil.