Estados Unidos mantuvo en 2002 su dominio sobre el mercado de armas del Sur en desarrollo por octavo año consecutivo, con cerca de la mitad de las ventas, según el informe anual del Servicio de Investigaciones del Congreso legislativo.
Las exportaciones de armas al mundo en desarrollo fueron dos tercios del total mundial en 2002, según el informe, basado sobre datos recogidos por el gobierno estadounidense, incluidas agencias de inteligencia.
Las compras de armas contratadas en 2002 por el Sur ascendieron a 17.700 millones de dólares, 10 por ciento por encima de los 16.200 millones de 2001. A Estados Unidos correspondieron 8.600 millones de ese total, casi 48 por ciento. El año anterior, ese porcentaje había sido de 41.
El segundo lugar entre los vendedores correspondió a Rusia, con 5.700 millones de dólares, el tercero a Ucrania, con 1.600 millones, el cuarto a Italia, con 1.500 millones, y el quinto a Alemania y a Francia, con 1.100 millones cada uno.
Pero ninguno de los 60 sistemas de misiles tierra-tierra vendidos el año pasado fueron vendidos esos grandes vendedores ni por países de Europa occidental que no integran esa lista, sino por Corea del Norte, Sudáfrica e Israel, entre otros pocos países.
Asia —en particular China, India y Malasia— representaron 82 por ciento de las ventas rusas y la mitad del total de la región en los últimos siete años, según el informe.
China fue el principal comprador individual de armas convencionales, con 3.600 millones de dólares, seguida por Corea del Sur, con 1.900 millones, India, con 1,4 millones, y Omán, con 1,3 millones.
De los 10 principales compradores, cinco se ubican en Medio Oriente —Omán, Egipto, Kuwait, Arabia Saudita e Israel— y cuatro en Asia, con Malasia en el octavo puesto detrás de China, Corea del Sur e India. Chile es el décimo.
Medio Oriente fue el cliente favorito de los fabricantes de armas en los años 80, en especial por la guerra Irán-Iraq, así como por la acumulación en los arsenales sauditas.
Esta región representó, en los últimos tres años, 76 por ciento de las ventas de Estados Unidos, y un porcentaje similar de las compras de Medio Oriente son a este país.
Pero Asia, en especial China e India, se convirtió en la gran gastadora de los últimos siete años.
Durante ese periodo, China compró 17.800 millones de dólares en armas, Emiratos Arabes Unidos, 16.300 millones, e India, 14.100 millones. Este dato puede marcar el surgimiento de una carrera armamentista entre los dos países más poblados del mundo.
Estados Unidos no pretende mantener en secreto su intención de integrar a India en una estrategia de contención ante China, y ha elevado el nivel de su cooperación militar con el país sudasiático.
El autor del estudio desde su origen hace dos decenios, Richard Grimett, indicó que continúa el declive del mercado de armas iniciado en los primeros años 90, cuando los países que podían pagarlo compraban grandes cantidades de sistemas de avanzada estadounidenses desplegados en 1991 en la guerra del Golfo.
Las transferencias de armas subieron en 2002 respecto de 2001, pero ese monto fue el segundo menor en los últimos siete años. Grimmet sostuvo que aún es muy pronto para establecer el impacto en el mercado armamentista de la ”guerra contra el terrorismo” lanzada por Estados Unidos en 2001.
Un gran factor que deprime la compra de armas es la situación económica mundial y el mal rendimiento de varios grandes compradores específicos, y ”esa circunstancia, al parecer, continuará por algún tiempo”, agregó.
Rusia, que se mantiene en el segundo puesto entre los exportadores de armas desde 1995, intenta ofrecer condiciones de crédito y de pago más flexibles.
No es para menos. Moscú debe afrontar la fuerte competencia de los cuatro grandes proveedores europeos, cuyas ventas, sumados, rivalizan con las rusas, dijo Grimmet a IPS. La porción del mercado exportador correspondiente a esos países occidentales subió de cinco por ciento en 2001 a 12 por ciento en 2002.
En cuanto a China, que ha sido el cuarto exportador a lo largo del mismo periodo, tiene un perfil de comprador más que de vendedor, agregó Grimmet.
Dos grandes importadores de la década del 90, Arabia Saudita y Taiwan, están cayendo en la tabla, en parte porque aún están pagando las armas compradas en el pasado.