ARGENTINA: Elecciones mejoran posición de Kirchner

El presidente argentino Néstor Kirchner cosechó victorias este domingo en comicios de cinco distritos, en los cuales participaron casi la mitad de los votantes del país, pero eso podría ser insuficiente para fortalecerlo ante grandes desafíos que debe afrontar.

En la mayoría de esos distritos, y en los más importantes, triunfaron candidatos apoyados por Kirchner.

”Estas elecciones son un aval explícito a la gestión del presidente, un plebiscito para nuestro gobierno”, festejó su jefe de Gabinete, Alberto Fernández.

Pero el propio Kirchner fue más cauto, y se limitó a celebrar que los votantes hayan optado por profundizar ”la lucha contra la corrupción y la exclusión social”.

El presidente hace bien en ser prudente, ya que ”no arrasó”, y ”de ninguna manera las elecciones de este domingo pueden considerarse un plebiscito a su favor”, dijo a IPS el politólogo Marcos Novaro, profesor de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (más conocida por su acrónimo FLACSO).

”Hubo señales de acompañamiento a la gestión nacional con algunos triunfos, y eso da al presidente más juego y fortaleza, pero el principal problema sigue siendo cómo hará Kirchner para convivir con un Partido Justicialista (PJ) al que no controla, cuando deba llevar adelante una agenda de temas que es muy compleja”, reflexionó.

Kirchner integra el PJ o peronismo, pero éste tiene corrientes internas antagónicas, como quedó de manifiesto en abril, cuando presentó tres candidatos a la primera vuelta de las elecciones presidenciales.

El gobierno necesita apoyos territoriales si quiere apuntalar el prestigio ganado hasta ahora ante la opinión pública.

Desde que asumió en mayo, el presidente se involucra con un candidato en cada elección de distrito, y procura beneficiarlo con su popularidad, a cambio de ganar un aliado para su proyecto político. Es lo que hizo claramente con Ibarra, que no es miembro del PJ, y con otros gobernadores que sí pertenecen al peronismo.

Los argentinos votaron este domingo para elegir al jefe de gobierno de la ciudad de Buenos Aires, y al gobernador, los intendentes y los legisladores nacionales y de distrito de la provincia homónima.

También se eligieron gobernadores, legisladores y autoridades municipales en las septentrionales provincias de Chaco y de Jujuy, y en la austral de Santa Cruz.

En la capital fue reelegido, en segunda vuelta, Aníbal Ibarra, líder del centroizquierdista Frente Grande, al superar a su vencedor de la primera vuelta realizada el 24 de agosto, el empresario centroderechista Mauricio Macri.

En las dos últimas semanas, Macri pasó del 36,4 por ciento de los votos logrado en agosto a 46,5 por ciento, e Ibarra de 32,5 a 53,4 por ciento.

Según un estudio del Centro de Estudios de Opinión publicado este lunes por el diario Clarín, 30 por ciento de los que votaron a Ibarra lo hicieron por pensar que ”es el mejor representante del proyecto Kirchner”.

Kirchner asumió el 25 de mayo, tras lograr apenas 22 por ciento de los votos en la primera vuelta, en la cual la mayoría relativa correspondió, con 24 por ciento, al ex presidente Carlos Menem (1989-1999), también del PJ, porque Menem desistió de participar en la segunda vuelta, cuando todas las encuestas le vaticinaban una dura derrota.

Desde entonces, Kirchner afrontó con éxito el desafío de legitimar su gobierno mediante la gestión. En poco tiempo, ha logrado una popularidad cercana a 80 por ciento entre los encuestados por varias empresas.

Novaro señaló que ese respaldo a Kirchner no se volcó completamente a favor de Ibarra en la ciudad de Buenos Aires, y consideró que la reelección en la provincia del mismo nombre del gobernador peronista Felipe Solá, con 43,3 por ciento de los votos, tampoco se debió sólo al apoyo presidencial.

”Los gobernadores no le deben su triunfo a Kirchner”, opinó.

En Jujuy, el presidente anunció su apoyo al triunfador peronista Eduardo Fellner cuando éste ya era favorito, y en Chaco ganó la opositora Unión Cívica Radical.

Parece incuestionable, en cambio, la influencia de Kirchner en Santa Cruz, donde fue tres veces gobernador y ocupaba el cargo cuando se postuló a la presidencia.

Para Novaro, los triunfos del peronismo, que lograría en diciembre mayoría en las dos cámaras del Congreso nacional, no necesariamente son victorias oficialistas, pero la victoria de Ibarra en la capital sí de considerarse un refuerzo al proyecto progresista del presidente.

”No parece que Kirchner apueste a ser líder del PJ, sino a hacer acuerdos con cada sector”, añadió el profesor.

En la provincia de Buenos Aires, el principal líder peronista no es Kirchner, sino el ex presidente Eduardo Duhalde (2002-2003).

Por eso, Novaro opinó que el presidente deberá ser muy hábil para conseguir apoyo de gobernadores y legisladores del PJ cada vez que los necesite para llevar adelante su gestión, que afronta como principales retos la pobreza, el desempleo y una gravosa deuda externa.

Un ejemplo de esa habilidad fue el acuerdo que se alcanzó la semana última con el Fondo Monetario Internacional para refinanciar la deuda externa, dijo.

Ese convenio no prevé que el país reciba fondos frescos, y compromete a lograr un superávit fiscal alto, pero 70 por ciento de los encuestados por la firma Equis dijeron estar satisfechos con el acuerdo.

Otro ejemplo de la exitosa política de imagen de Kirchner es que este lunes muchos medios de comunicación lo presentaron como el gran ganador de las elecciones del domingo, casi sin tener en cuenta que aún tiene mucho trabajo por delante para consolidar su posición.

Para Novaro, en la actualidad los éxitos del presidente dependen de sus gestos, más que de los resultados electorales, pero eso implica riesgos, y apenas ”una mala noticia muestra la fragilidad del gobierno”, como ocurrió cuando Kirchner se enemistó con el vicepresidente Daniel Scioli, y recibió fuertes críticas de medios de comunicación.

El choque de Kirchner con Scioli fue también un ejemplo de cómo el peronismo puede generar su propia oposición interna. Ambos pertenecen al mismo partido, pero cuando el vicepresidente procuró, por su cuenta, dar un sesgo más derechista al gobierno, el presidente abortó de inmediato la maniobra.

Novaro piensa que ”hay posibilidades” de que el gobierno pueda lidiar con esas dificultades porque ”empezó bien”, pero también que el futuro será ”complicado” cuando deba avanzar en la renegociación de la deuda externa, o negociar con otros dirigentes del PJ el reparto de la recaudación impositiva entre el gobierno central y las provincias.

”Si (Kirchner) no consigue apoyos dentro del peronismo, el tenor de las reformas institucionales se va a ir moderando y el gobierno perderá apoyos”, vaticinó. (

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