AMBIENTE: FAO minimiza desforestación tropical

La desforestación tropical es mucho peor de lo que dicen los últimos estudios de la FAO, y sus causas son la propiedad pública y la corrupción, afirmaron científicos en el XII Congreso Forestal Mundial, en curso en Quebec, Canadá.

"La desforestación tropical continúa al ritmo de los años 70, si no más rápido", señaló Matti Palo, profesor de economía forestal del Instituto Finlandés de Investigaciones Forestales.

La comunidad internacional intenta ocultar esta situación cambiando la definición de "árbol maduro" y "bosque" utilizada en las últimas evaluaciones forestales de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación), dijo a IPS.

"Como científico, me preocupan estos intentos de ocultar la situación real, porque la mayor parte de la biodiversidad restante se encuentra en los bosques tropicales", declaró Palo.

Numerosos grupos ambientalistas plantearon preocupaciones similares cuando la FAO publicó su Evaluación Mundial de los Recursos Forestales de 2000, en el año 2001.

Ese estudio, considerado el más amplio de la historia, con información de más de 200 países, concluyó que la superficie forestada del planeta había aumentado en 460 millones de hectáreas al pasar de 3.400 millones de hectáreas en 1990 a cerca de 3.860 millones en 2000.

El Instituto de Recursos Mundiales (WRI), una organización ambientalista con sede en Washington, criticó duramente el informe y a la propia FAO por subrepresentar el ritmo de desforestación.

Según el WRI, la desforestación no se redujo a nueve millones de hectáreas por año en la década de 1990, como sostenía el informe, sino que aumentó a un promedio de 16 millones de hectáreas anuales.

La enorme diferencia entre ambas evaluaciones responde a distintas definiciones de bosques.

Entre 1990 y 2000, la FAO realizó varios cambios en su metodología de evaluación, explicó Peter Holmgren, director de proyecto del estudio de esa agencia de las Naciones Unidas.

Por ejemplo, en 1990 muchos países consideraban que un bosque era un área con una cobertura de copas de al menos 20 por ciento, pero para el estudio de 2000, la FAO les pidió que usaran como definición común de bosque aquellas superficies con una cubierta forestal de más de 10 por ciento.

"Sólo este cambio implicó un notable incremento en la superficie forestada de Australia para los fines de la evaluación", dijo Holmgrem a IPS desde el congreso que se realiza en Quebec del 21 al 28 de este mes.

Otras modificaciones de criterio consistieron en la reducción de la superficie mínima de un bosque de 100 a 0,5 hectáreas, y la altura de un árbol maduro de siete a cinco metros, agregó.

Un punto más polémico aún es que la FAO definió como bosques a las plantaciones de árboles.

La industria forestal considera bosque a un monocultivo de una especie específica, en contraste con expertos como Palo, que señalan enormes diferencias de biodiversidad entre las plantaciones y los bosques naturales.

Holmgren defendió la práctica, arguyendo que el informe de la FAO separa claramente las cifras de los bosques naturales de las de plantaciones.

"No es secreto para nadie… Si se quiere afirmar que la superficie de bosques naturales se está reduciendo rápidamente, se puede hacerlo", dijo el funcionario, y agregó que los criterios de evaluación fueron largamente debatidos y no se modificarán para el estudio de 2005.

Estadísticas aparte, lo que más preocupa a los expertos es que las cifras de la FAO han sido interpretadas como una reducción del ritmo de desforestación. "En realidad, la situación está empeorando", señaló Palo.

La propiedad pública y la corrupción son los dos motivos principales del aumento de la desforestación, sostiene un informe publicado el lunes por el proyecto de investigación sobre Bosques del Mundo, Sociedad y Ambiente (WFSE).

El WFSE está integrado por 149 científicos de todo el mundo y fue lanzado en 1996 por el Instituto Finlandés de Investigaciones Forestales, el Instituto de Estudios Avanzados de la Universidad de las Naciones Unidas (UNU/IAS) y el Instituto Forestal Europeo.

Ochenta por ciento de los bosques del mundo son propiedad pública. Bajo este régimen, es frecuente la venta de madera en pie a precios inferiores a los del mercado, señala el informe.

Por ejemplo, Rusia, el país que posee más bosques, cotiza su madera en pie a un promedio de un dólar por metro cúbico, mientras en Finlandia el precio competitivo del mercado asciende a 25 dólares.

Otros países con prácticas similares son Brasil, Canadá, Indonesia y Malasia.

La subcotización incentiva la desforestación y la degradación forestal, afecta la rentabilidad del manejo de los bosques y puede servir de fuente de ingresos para funcionarios corruptos, en especial en países en desarrollo, según el WFSE.

"Existe una especie de círculo vicioso en los países en desarrollo, por el que la propiedad pública de los bosques lleva a precios muy bajos, que a la vez conduce a la corrupción y a la desforestación", señaló Palo, investigador del WFSE.

Por ejemplo, cuando tribunales de Indonesia intentan aplicar penas por tala ilegal, los infractores son protegidos por funcionarios gubernamentales o por el ejército, dijo.

Esta práctica es frecuente en muchos países, y la única forma de detenerla es la presión de organizaciones internacionales y grupos ambientalistas, agregó el científico.

El WFSE es partidario de la descentralización y la privatización de los bosques, pero sólo una vez eliminada la corrupción. De otro modo, la desforestación podría aumentar, advirtió. ***** +XII Congreso Forestal Mundial (http://www.wfc2003.org/es/index.php) +FAO (http://www.fao.org/forestry/index.jsp) +Instituto de Recursos Mundiales (http://www.wri.org/index_spa.html) +Resumen del informe del WFSE, en inglés (http://www.unu.edu/env/forests/WFSEexecutive-summary.pdf)

(FIN/IPS/tra-en/sl/ml/mlm/en/03)

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