LIBERIA: Solución a la africana

Los líderes africanos lograron, con discretas gestiones diplomáticas, que el presidente liberiano Charles Taylor cediera el poder y se refugiara en Nigeria, 14 años después de que encabezara una rebelión con ramificaciones en Sierra Leona, Guinea y Costa de Marfil.

Taylor ganó las elecciones presidenciales de 1997 después de convertirse en el más poderoso de los señores de la guerra de Liberia a lo largo de siete años de guerra civil.

El vicepresidente Moses Blah fue investido presidente en una colorida ceremonia en Monrovia, a la que asistieron los presidentes Thabo Mbeki, de Sudáfrica, John Kufuor, de Ghana, y Joachim Chissano, de Mozambique.

"Renuncio a esta función por mi propia voluntad", aseguró Taylor, de 55 años, en un discurso. "Nadie puede atribuirse mi renuncia como un logro. No quería abandonar este país. Puedo decir que fui obligado por la superpotencia mundial", sostuvo, en referencia a Estados Unidos.

El domingo, en otro discurso de despedida, dijo: "Decidí irme porque, por primera vez en la historia, casi, Estados Unidos está utilizando alimentos y otras cosas contra el pueblo liberiano."

"Como dice el presidente (estadounidense George W.) Bush, (los soldados de paz de Estados Unidos) no vendrán a este suelo mientras yo esté aquí. Esto amenaza vuestra sobrevivencia como pueblo y, como he dicho, no puedo verlos sufrir más", agregó.

Un buque militar estadounidense con 2.300 infantes de marina (marines) a bordo, espera no lejos de la costa liberiana a la espera de órdenes de Washington para desembarcar e intervenir en el conflicto.

La organización insurgente Liberianos Unidos para la Reconstrucción y el Desarrollo (LURD), que procuraba derrocar al gobierno, había amenazado con reanudar sus operaciones en Monrovia, la capital, si Taylor no cumplía su promesa de renunciar y abandonar Liberia de inmediato.

El papel de los gobiernos de la Unión Africana en las gestiones para poner fin a la guerra civil en Liberia es percibida como un paso adelante de esta organización, constituida en 2000 por los 52 países del continente.

El consejo de Mbeki y otros gobernantes fue clave para persuadir a Taylor de que renunciara. Por otra parte, ha sido una solución de naturaleza continental a los problemas africanos, para la que intervinieron varios gobiernos.

El presidente de Nigeria, Olussegun Obasanjo, ofreció al ex señor de la guerra liberiano asilo una vez que renunciara. El ghanés John Kufuor ignoró en julio un pedido de arresto formulado por un tribunal especial para crímenes de guerra en Sierra Leona contra Taylor, que se encontraba en Ghana.

Y Mbeki ignoró insistentes pedidos de que manifestara su opinión sobre si Taylor debía permanecer en el poder o no.

Después de la gira de Bush por Africa en junio, las potencias económicas del continente, Nigeria y Sudáfrica, procuraron asumir la posición de "mediador honesto" para los conflictos en Burundi, Liberia, República Democrática de Congo y Zimbabwe.

Por otra parte, Mbeki y Obasanjo han procurado que la Nueva Alianza por el Desarrollo de Africa (NEPAD), plan que requiere 60.000 millones de dólares para comenzar a implementarse, logre financiamiento de la comunidad internacional, para lo cual los países deberán cumplir ciertos requisitos de gobernanza.

Mientras, Liberia necesita el apoyo político de Mbeki y Obasanjo para recibir ayuda financiera y de infraestructura de Estados Unidos.

Liberia tiene 3,3 millones de habitantes. Sus principales exportaciones son diamantes, mineral de hierro, caucho, madera, café y cocoa.

El territorio que hoy es Liberia fue comprado en 1821 por la Sociedad Estadounidense de Colonización, con la finalidad de dar espacio a los esclavos negros libertos que comenzaban a ser problemático en Estados Unidos, en especial en el sur.

En 1847, el territorio se declaró país independiente. El nombre de su capital, Monrovia, honra al presidente estadounidense James Monroe (1817-1825).

Taylor estudió en Estados Unidos. Regresó poco después de que el sargento Samuel Doe tomara el poder en Liberia en 1980. Luego fue nombrado director de la Agencia General de Servicios, cargo desde el cual controló la mayor parte del presupuesto del país.

Doe lo acusó de malversar 900.000 dólares, y entonces se vio obligado a huir a Estados Unidos. Taylor, pese a negar las acusaciones, fue enviado a una prisión en el nororiental estado de Massachussets ante un pedido de captura de parte de Liberia.

En circunstancias nunca aclaradas, Taylor logró escapar y huyó a Costa de Marfil para desde allí iniciar en 1989 una guerra civil que derrocaría el gobierno de Doe en 1997.

El último tramo de la incesante guerra civil de Liberia comenzó en 1999, cuando LURD acusó a Taylor de dictador y lanzaron una rebelión en el norte del país. Once de los 15 distritos del país quedaron sumidos en la violencia.

Desde principios de junio, cuando LURD intensificó su ofensiva contra la capital para derrocar al presidente, murieron más de 1.000 civiles. Además, los combates destrozaron la planta de agua potable y los almacenes portuarios de alimentos y otros suministros, ocasionando una catástrofe humanitaria.

Por otra parte, Taylor fue acusado por el Tribunal Especial de la ONU para Sierra Leona de suministrar armas y entrenamiento al insurgente Frente Unido Revolucionario (RUF) de ese país a cambio de diamantes.

Miembros del RUF mutilaron a miles de civiles, incluso niños, y saquearon e incendiaron cientos de pueblos y aldeas.

El presidente y ex líder insurgente liberiano ha sido involucrado en rebeliones en Sierra Leona, Costa de Marfil y Guinea. El Grupo Internacional de Crisis, un grupo de expertos con sede en Bruselas, advirtió que la paz en la subregión será esquiva hasta que Taylor desaparezca del escenario político.

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