El fútbol, considerado el deporte más popular del mundo, se supedita cada vez más a las exigencias del sustancioso negocio transnacional en el que se convirtió de la mano de los grandes capitales y la propia televisión satelital.
Así lo demuestran por ejemplo la compra de clubes por nuevos multimillonarios, la disputa de las empresas de televisión por la exclusividad en la transmisión de los partidos y el impacto de este negocio en las economías nacionales.
Lo mismo ocurre al observar la cotización publicitaria de los jugadores estrellas de los grandes equipos, en especial de Europa, y hasta la última gira asiática del equipo español Real Madrid.
Todo ello sin excluir el movimiento ilegal de dinero, como pareciera indicarlo la denuncia contra el brasileño Ronaldo, delantero madridista, quien fuera involucrado junto a sus representantes en una causa iniciada este año en la justicia de su país natal por tráfico de inversiones.
Los ingresos producidos por este deporte en España equivalen a uno por ciento del producto interno bruto (PIB), según un balance de la Liga del Fútbol Profesional (LFP), la institución que agrupa, coordina y dirige las actividades en este ámbito.
Sólo los árbitros perciben en cada temporada seis millones de euros, en tanto que el presupuesto de los clubes de primera y segunda división suma casi mil millones de euros (unos 6,8 millones de dólares).
Para este año se calcula que el campeonato de la LFP registrará ingresos por 240 millones de euros (unos 272 millones de dólares) solamente por concepto de derechos por conceder la transmisión exclusiva de los partidos por televisión.
Al Estado español, por su parte, ingresarán más de 700 millones de euros (casi 800 millones de dólares) por las cuotas de seguridad social de los empleados en la estructura del fútbol, entre ellos jugadores y árbitros, impuesto a las ganancias y al valor agregado.
La dirección del Real Madrid no ha terminado de contabilizar el dinero ganado en su gira de 30.000 kilómetros por Asia, que finalizó el 10 de este mes en Tailandia, cuando ya su presidente, Florentino Pérez, estudia ofertas de empresas para organizarle otra serie de partidos, un par de ellos en Estados Unidos.
Esta nueva ronda de juegos en el exterior le pueden reportar a este club español al menos unos 11 millones de dólares.
Por si fuera poco, Pérez, también uno de los más fuertes empresarios del sector inmobiliario y de la construcción en España, tiene listo ya un proyecto para emitir carnés de socios simpatizantes del Real Madrid a ciudadanos de cualquier parte del mundo.
Con ese plan no sólo lograría aumentar de modo importante los ingresos financieros de la institución deportiva que preside sino que, además, fortalecería su imagen internacional, ya sólidamente implantada desde que la Federación Internacional del Fútbol Asociado (FIFA) lo consagrara como el mejor club del mundo en el siglo XX.
Acerca del destino de esos ingresos la cuestión aparece clara para la dirección del Real Madrid.
”El Madrid no es una sociedad anónima, no reparte beneficios y éstos sólo redundan en beneficio del club y de sus socios”, dijo a IPS el argentino Jorge Valdano, años atrás una figura destacada en los campos de juego de su país y de España y en la actualidad director deportivo de esta entidad madrileña.
No se puede señalar lo mismo de otros clubes, dentro y fuera de España, que son propiedad de personas o de sociedades anónimas.
Es el caso del club británico Chelsea, propiedad desde comienzos de julio del multimillonario ruso Roman Abramovich, cuya fortuna ronda los 5.700 millones de dólares.
La prensa de Gran Bretaña criticó con dureza esa operación por el origen de la fortuna del comprador, quien estuvo en la cárcel en Letonia imputado de desviar cargamentos de combustible y es investigado ahora por la justicia suiza por sus maniobras monetarias.
En tanto en España, Jesús Gil, propietario del Atlético de Madrid, el club que compite con el Real el liderazgo en la capital del país, se vio obligado a renunciar a la presidencia de esa entidad al enfrentar un juicio por malversación de fondos.
Gil también debió renunciar a su cargo de alcalde de Marbella, una ciudad española ubicada en la costa norte del mar Mediterráneo.
Precisamente, durante un proceso aún en curso en la misma Marbella se reveló que el todavía alcalde del lugar, Julián Muñoz, y el jefe de sus servicios jurídicos y presidente del Sevilla Fútbol Club, José María del Nido, fueron acusados por la Fiscalía Anticorrupción de cuatro delitos, entre ellos el de prevaricación.
Mientras, la disputa por los derechos de transmisión de los partidos entra ahora en España en una etapa difícil. Sólo el Real Madrid y el Barcelona, hasta ahora los clubes más fuertes de este país, tienen garantizados sus contratos hasta la temporada 2007- 2008, con ingresos asegurados mayores a 340 millones de dólares.
Las otras instituciones deberán renegociar en los próximos dos meses sus contratos con AVS, la compañía que ganó la exclusividad en un concurso y que ya anticipó que reducirá sus presupuestos debido a que los ingresos de la televisión cayeron 13 por ciento en la última temporada, respecto de la anterior.
Pero los clubes grandes, entre ellos el Real Madrid, cuentan no sólo con sus ingresos nacionales sino también con los que provienen del resto del mundo. En ese sentido, Pérez encomendó a sus colaboradores que encaren la negociación con la LPF de un acuerdo para jugar algunos partidos poco después del mediodía.
El objetivo es que esos encuentros se puedan transmitir en directo en horarios que puedan contar con una audiencia masiva en Asia, por ejemplo. De ese modo, el mercado internacional pasaría a ser así uno de los escenarios más productivos para este club madrileño.