El tráfico de niños y niñas esclavos se remonta en Africa a cientos de años. Las víctimas procedían, históricamente, del oeste del continente. Pero ahora lo sufren también los niños del sur y del sudeste.
Deben establecerse salvaguardias para proteger a los niños de Mozambique, advirtió Gabriel Pereira, de la oficina de la Organización de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) en Maputo.
Pero la activista Leia Boaventura, de la organización Terre des Hommes, advirtió que las redes de trata de niños esclavos ya operan en Mozambique, y que en ellas participan extranjeros, la mayoría rusos y chinos.
En general, la esclavitud infantil no implica el secuestro de la víctima, sino un acuerdo económico con la familia del niño o niña.
A veces, padres desesperados que no pueden alimentar, vestir o curar a sus hijos tratarán de que alguien se haga cargo de sus necesidades, dijo el activista Lawrence Ngwane, de la agencia humanitaria católica Caritas.
En áreas pobres con instituciones de seguridad social débiles, esto puede significar la venta de un niño. Estos acuerdos rompen el corazón de todos los involucrados: los padres, los niños desgarrados de sus familias… menos los traficantes que logran cuantiosas ganancias, agregó.
Cada año, 1,2 millones de niños y niñas son objeto de la trata de esclavos en todo el mundo, según un estudio de Unicef. La mayor parte del tráfico procede de los países de Africa occidental empobrecidos por la guerra civil, como Sierra Leona.
También se registran movimientos desde el sur de Sudán, de mayoría negra, hacia países árabes del norte del continente.
Los niños esclavizados terminan en plantaciones o como trabajadores domésticos en otros países africanos.
La organización no gubernamental Child Network, de Mozambique, detectó actividades de tráfico de niños esclavos en Mahubo, en la misma provincia donde se encuentra Maputo, la capital.
Estos niños y niñas son explotados, maltratados, sometidos a abuso sexual, mantenidos en condiciones inhumanas, vulnerables a enfermedades como el sida. Todas las leyes sobre trabajo infantil son polvo en el viento cuando se trata de la esclavitud, dijo a IPS un funcionario de Unicef.
Está de más decir que las necesidades educativas y emocionales de estos niños inocentes son ignoradas, agregó.
Los niños y niñas esclavizados de Mozambique son embarcados con frecuencia rumbo al extranjero, en especial hacia China y Rusia, los países de origen de sus amos, según diversos estudios.
Otro destino son los países africanos del norte, en especial Tanzania, desde donde pueden ser trasladados a naciones árabes. Allí son asignados a tareas domésticas.
La esclavitud fue abolida en el Imperio Británico en los años 1820 y en Estados Unidos en la década de 1860. En todos los países del mundo se abolió este flagelo a lo largo del siglo XX. Los tratados internacionales —y especialmente la Convención de los Derechos de la Infancia— lo prohíben.
Pero la condena de las próximas generaciones africanas al sometimiento persistirá mientras no se alivie la pobreza en el continente, advierten expertos y activistas. Más de 350 millones de africanos, más de la mitad de la población, viven con menos de un dólar por día, según el Banco Mundial.
No hay ningún país en la Tierra en que el tráfico de niños esté permitido, ni siquiera en las naciones donde se admite el matrimonio de niñas menores de edad. El comercio de carne humana está fuera de la ley, sostuvo Ngwane.
La pobreza ha sido la fuerza motriz de la esclavitud infantil, pues provee a los traficantes de niños explotables y familias desesperadas. Pero un nuevo factor afloró con la epidemia de sida, que sembró el continente de huérfanos.
Los huérfanos hijos de muertos por sida están en aumento, y tienen que luchar por sus propios medios para sobrevivir. Algunos que no lo logran pueden caer en manos de un traficante que les ofrece alimento y comida. Por supuesto, esos niños no saben que se están convirtiendo en propiedad de una persona, dijo el funcionario de Unicef.
La proporción de adultos portadores del virus de inmunodeficiencia humana, causante del sida, en la provincia sudafricana de KwaZulu-Natal asciende a 40 por ciento, igual que en Swazilandia. El sida es también elevado en Mozambique.
Unicef pronosticó que en 2010 habrá en Swazilandia 110.000 huérfanos menores de 15 años en una población que se habrá reducido de los actuales 928.000 habitantes a 700.000 a causa del sida.
Los buitres humanos descenderán para apoderarse de esos niños, dijo el religioso protestante swazi Jabulani Dlamini. A menos que nos responsabilicemos por cada niño y establezcamos instituciones y programas para velar por sus necesidades, serán arrebatados por los traficantes y no volveremos a verlos jamás.