TEATRO-AMERICA LATINA: Veinte años no es nada

La ruta de los grandes espectáculos de ópera y concierto tiene en la capital venezolana una escala obligada desde hace 20 años en el teatro Teresa Carreño, el más moderno de América Latina.

Los festejos del aniversario de este centro cultural que cambió la fisonomía arquitectónica de Caracas, edificado en pleno auge petrolero de los años 70 y comienzos de los 80 de la por eso llamada entonces ”Venezuela saudita”, reflejarán en cambio la modestia de un país que carga dos décadas de crisis económica.

La programación del año evocará los 20 años de vida del teatro, pero se descartó convocar algún espectáculo internacional por el desestímulo que representa el severo control de cambios implantado en enero.

En cambio, habrá conciertos para la nostalgia con dos grandes orquestas bailables del país, Billos's y Los Melódicos, y actuando como anfitriona Susana Djuim, la Miss Mundo de 1955 que iniciara el camino de triunfos de la mujer venezolana en los certámenes internacionales de belleza.

El teatro Teresa Carreño, enclavado en el centro cultural de Caracas, fue inaugurado el 24 de julio de 1983, en la conmemoración del bicentenario del natalicio de Simón Bolívar a la que acudieron los presidentes de los países que liberó con sus ejércitos y representantes del gobierno de España.

También ese día el teatro fue el escenario elegido para la primera entrega de los premios ”Simón Bolívar” de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), que fueron otorgados al rey Juan Carlos, de España, y al líder sudafricano Nelson Mandela.

Como Mandela aún se encontraba en prisión, el galardón fue recibido en su nombre por el fallecido Oliver Tambo, entonces presidente del Congreso Nacional Africano.

La construcción del teatro, colindante con el parque Los Caobos, en un área donde también están ubicados los museos de Bellas Artes, de Arte Contemporáneo y de Ciencias, la Galería de Arte Nacional, un ateneo y la mezquita y la sinagoga de Caracas, significó una revolución cultural y urbanística para la ciudad.

Hasta entonces, Caracas contaba sólo con los pequeños Teatro Municipal, inaugurado en 1881, y el Teatro Nacional, de 1905.

En los años 60 fue construida el Aula Magna de la Universidad Central de Venezuela, con 2.600 butacas y hoy declarada por la Unesco patrimonio cultural de la humanidad, pero su propia pertenencia al campus universitario limitaba su uso para espectáculos.

”El Teresa Carreño es uno de los grandes proyectos urbanos que toda ciudad necesita para mantener su hegemonía e importancia. Se trata de un teatro de la ópera comparable con el Colón, de Buenos Aires, y que otras capitales, como Lima o Bogotá, equiparables en dimensiones a Caracas, lamentablemente no tienen”, dijo a IPS el director del Instituto de Urbanismo de la Universidad Central, Frank Marcano.

”Hace 20 años, ese proyecto gigantesco jugó un papel muy importante en el ranking de la ciudad, ayudó a revitalizarla. Fue algo similar a lo que ocurrió en Bilbao (España) con la inauguración del museo Guggenheim”, indicó el urbanista.

El proyecto de los arquitectos venezolanos Tomás Lugo, Dietrich Kunckel y Jesús Sandoval se erige sobre una superficie de 22.586 metros cuadrados y tiene 80.000 metros cuadrados de construcción.

Cuenta con dos salas principales, la mayor llamada Ríos Reyna, con 2.400 asientos, y la otra José Félix Ribas, concebida para conciertos de cámara.

La obra está acompañada con esculturas de los artistas Jesús Soto, Harry Abend y Erling Oloe.

Según Marcano, el principal valor arquitectónico del Teresa Carreño es su integración con la naturaleza a través del foyer, completamente al aire libre, abierto al parque vecino.

En cuanto a su modernidad, Marcano destacó los logros en acústica, y el escenario, que con una superficie de 261 metros cuadrados permite tener tres montajes a la vez.

A lo largo de sus 20 años, este teatro se convirtió en una referencia latinoamericana, con la presentación de cantantes de ópera del nivel de los españoles Montserrat Caballé y Plácido Domingo, de músicos como el indio Ravi Shankar, y directores de orquesta como el estadounidense Yehudi Menuhim, evocó a IPS Luisa Fermín, directora de programación del teatro.

Además, ha alojado al Teatro Negro de Praga, al London Festival Ballet, al Ballet de Harlem, y a las compañías de danza del argentino Julio Bocca y del francés Maurice Béjard.

También se han presentado en el Teresa Carreño la cantante argentina Mercedes Sosa, el español Joan Manuel Serrat, y los brasileños Caetano Veloso, Chico Buarque y María Betania.

El teatro ha servido también para el montaje de grandes producciones musicales al estilo Broadway, como Jesucristo Superstar y Evita, recordó Fermín.

Adicionalmente, el teatro ha realizado coproducciones operísticas con el Teatro Colón, de Buenos Aires, con el montaje de Turandot, y la Fundación Camerín del Carmen, de Colombia, con Rigoletto.

El teatro Teresa Carreño aloja de manera permanente al Ballet Nacional de Caracas, a la Orquesta Sinfónica Nacional Juvenil y a la Orquesta Sinfónica Venezuela.

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