Desde que dos sentencias judiciales legalizaron el casamiento entre homosexuales en las dos mayores provincias de habla inglesa de Canadá, parejas no sólo canadienses sino también de Estados Unidos llegaron en masa para hacer sus votos.
Ahora, el gobierno nacional presentará un proyecto de ley que extenderá el matrimonio homosexual a todo el país.
Poco después de que tribunales de Ontario y Columbia Británica determinaron en junio que el casamiento entre personas del mismo sexo es legal, funcionarios municipales de ambas provincias comenzaron a celebrar ceremonias civiles y emitir licencias de matrimonio.
Algunos ministros de la Iglesia Unida de Canadá, la mayor denominación protestante del país, también están celebrando matrimonios religiosos.
Varios cientos de gays y lesbianas estadounidenses viajaron en las últimas seis semanas a Toronto y Vancouver, las principales ciudades de ambas provincias, para casarse.
Aunque para recibir una licencia de matrimonio sólo se les exige una residencia de 48 horas, aquellos que deseen divorciarse deben haber vivido en el país al menos un año.
La mayoría de los estados de Estados Unidos no reconocen estos casamientos, pero en Canadá, tienen el mismo valor legal que los matrimonios entre hombres y mujeres.
Fue la Corte de Apelaciones de Ontario la que abrió el camino al casamiento entre homosexuales al rechazar el 10 de junio la definición tradicional del matrimonio como la unión entre un hombre y una mujer.
Luego, el primer ministro Jean Chrétien anunció que su gobierno no apelaría la sentencia y presentaría un proyecto de ley para legalizar el matrimonio entre personas del mismo sexo en todo el país.
El gobierno presentará la propuesta directamente a la Corte Suprema de Canadá, para evitarse años de litigios de las provincias más conservadoras del país.
Las iglesias quedarán libres de decidir si solemnizar o no esos casamientos.
Antony Porcino y Tom Graff hicieron historia en Columbia Británica al contraer matrimonio el 24 de junio, el día de la decisión judicial. Porcino es un bioquímico orgánico, y Graff es director de la galería de arte Burnaby.
Ya tuvimos nuestra luna de miel hace siete años, dijo Graff a la prensa luego de la ceremonia, realizada por Tim Stevenson, miembro del concejo municipal de Vancouver. La pareja había sido benedecida hace siete años por Gary Paterson, ministro de la Iglesia Unida de Ryerson y compañero de Stevenson.
Anticipándose a la sentencia judicial, funcionarios locales ya habían mandado imprimir formularios de licencias matrimoniales para parejas del mismo sexo.
Muchas parejas homosexuales de Columbia Británica se apresuran a unirse legalmente, y algunas procuran la aprobación adicional de alguna iglesia.
La Iglesia Católica se opone al matrimonio entre personas del mismo sexo, mientras la Iglesia Anglicana se limita a ofrecerles bendiciones en lugar de casarlas.
Algunos rabinos de Vancouver también casan a personas del mismo sexo.
La Iglesia Unida no tiene una política establecida al respecto, y deja en libertad a cada congregación para que decida sobre el asunto.
Paterson ya recibió cuatro pedidos de casamiento homosexual. En los últimos seis o siete años hemos realizado ceremonias que en nuestra iglesia consideramos equivalentes del casamiento, pero no fueron reconocidas como matrimonios legales por el Estado, explicó.
Ahora, Paterson espera que algunas de esas parejas bendecidas vuelvan para casarse formalmente.
La legalización de los casamientos homosexuales generó rechazo en los sectores más conservadores. Vic Toews, un parlamentario de la oposición, consideró el proyecto de ley del gobierno un ataque a la familia.
