Un medicamento ingerido a la hora prescrita no sólo mejora la salud del paciente crónico, sino también la economía de su sociedad.
Algo tan básico como el cumplimiento de las indicaciones médicas por parte de los enfermos crónicos permitiría ampliar la eficacia de los servicios sanitarios del mundo, que están lejos de cubrir las necesidades de la humanidad, según un estudio de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Cuando los enfermos no siguen los tratamientos recetados en las terapias de largo plazo, los resultados sanitarios son mediocres y el costo de los cuidados médicos aumenta, destacó Eduardo Sabaté, funcionario de la OMS y autor del estudio.
La observancia de las terapias de largo plazo para enfermedades crónicas en el mundo industrializado es en promedio sólo de 50 por ciento.
No hay datos suficientes para establecer con precisión el promedio correspondiente al mundo en desarrollo, pero todo indica que puede ser apenas 20 por ciento.
Ese comportamiento en los países en desarrollo es aun más preocupante por la amenaza del virus de inmunodeficiencia humana (VIH), causante del sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida).
Suministramos medicinas gratuitas, pero los pacientes no cumplen las instrucciones, dijo Sabaté el miércoles, durante la presentación del informe a los medios de comunicación.
De todos modos, es innegable que muchos pacientes afrontan dificultades para observar las prescripciones, reflexionó.
La OMS deduce que el problema del incumplimiento de las terapias aumenta en relación con el incremento de la carga mundial de enfermedades crónicas.
En 2001, enfermedades no transmisibles como las cardiovasculares, el cáncer, la diabetes y los trastornos mentales fueron responsables, junto con el VIH/sida y la tuberculosis, de 54 por ciento de la morbilidad mundial, y se prevé que espera que en 2001 superen 65 por ciento.
En países industrializados, como Estados Unidos o muchos de Europa, el promedio de observancia de tratamientos con medicamentos antirretrovirales, que frenan el desarrollo del sida, oscila de 37 a 83 por ciento, según el fármaco.
En las mismas áreas se registra un promedio de cumplimiento de 43 por ciento para los tratamientos contra el asma y la depresión.
En las últimas décadas hubo distintos y sucesivos enfoques sobre el problema de la continuidad de las terapias para dolencias crónicas, señaló el director ejecutivo de Enfermedades No Transmisibles y Salud Mental de la OMS, Derek Yach.
En principio se pensaba que el paciente era la causa del problema del incumplimiento. Más tarde se resaltó el papel de los responsables del suministro de las terapias. Ahora reconocemos que se requiere un enfoque más orgánico, dijo Yach.
La idea de la observancia está asociada de una manera demasiado estrecha con la culpa, sea de los médicos, de los auxiliares de la salud o de los mismos pacientes, expuso el director de la OMS.
Pero, ¿es de los enfermos toda la culpa?
El director de Manejo de las Enfermedades No Transmisibles de la OMS, Rafael Bengoa, admitió que los profesionales de la salud son testigos de la necesidad de que los pacientes cumplan mejor los tratamientos prescriptos.
El sistema de salud es también responsable parcial del problema, dijo. Por tanto, hay que crear incentivos para reforzar los esfuerzos a favor del cumplimiento del tratamiento, observó Bengoa.
Yach subrayó que el fenómeno del incumplimiento de las prescripciones altera la capacidad de los sistemas de atención de salud en todo el mundo para lograr sus objetivos relacionados con la salud de la población.
Entre las consecuencias del problema está, en primer lugar, que las personas enfermas no se curan, y que su calidad de vida disminuye de manera notoria, con predominio de discapacidades prevenibles.
En esos casos se aprecia con mayor nitidez la carga sobre la sociedad, que debe asumir el cuidado de personas que estarían trabajando si hubieran cumplido con las prescripciones.
Los costos de la salud se incrementan de inmediato, porque el precio de los medicamentos es muy sensible a la rentabilidad, explicó Sabaté.
En casos de hipertensión o de asma, algunos ejemplos demuestran que la inversión oportuna de un dólar puede ahorrar hasta 20 dólares, al evitar que un paciente necesite atención de urgencia, terapia intensiva u hospitalización, dijo a IPS el funcionario.
Pero los datos recogidos por la OMS revelan que el cumplimiento de los regímenes de medicación contra la hipertensión sólo llega a 43 por ciento de los pacientes en China, a 27 por ciento en Gambia y a 26 por ciento en Seychelles.
En Australia, sólo 43 por ciento de los enfermos de asma toman de manera permanente los fármacos que se les recetaron, y sólo 28 por ciento usan los medicamentos preventivos.
Una investigación sobre el costo de la diabetes en Europa comprobó que apenas 28 por ciento de los pacientes tratados por esa enfermedad se sometían a controles apropiados de glucosa en sangre.
El informe, publicado sólo en inglés, se titula Adherence to Long-Term Therapies. Evidence for Action.