Activistas de Estados Unidos rechazaron la decisión de la Cámara de Representantes del Congreso de mantener bloqueadas las contribuciones de Washington al Fondo de las Naciones Unidas para la Población (UNFPA).
La Cámara se perdió una oportunidad de modificar su política fracasada por otra exitosa. Apoyar al UNFPA es apoyar a una gran historia exitosa, la historia de cómo la planificación familiar puede salvar y mejorar muchas vidas, afirmó la presidenta de la organización Population Action International (PAI), Amy Coen.
Legisladores antiabortistas, encabezados por el representante del nororiental estado de New Yersey Christopher Smith, del gobernante Partido Republicano, lograron el martes derrotar una enmienda que habría permitido al UNFPA recibir 100 millones de dólares en los próximos dos años de parte del Departamento de Estado (cancillería).
En una estrecha votación de 216 contra 211, la Cámara rechazó un cambio propuesto por el representante Joseph Crowley, del opositor Partido Demócrata, a una disposición de 1985 que determinaba la forma de colaboración con esa agencia de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
La disposición de 1985, conocida como la enmienda Kemp-Kasten, prohíbe a Washington entregar dinero a cualquier organización que, a criterio del presidente de Estados Unidos, colabore o participe en programas de abortos coercitivos o esterilización involuntaria.
Fue la enmienda Kemp-Kasten que permitió el año pasado al presidente George W. Bush negar fondos al UNFPA por participar de programas de salud en China.
Bush, en la más amplia interpretación de la enmienda, se negó a colaborar con los planes de ayuda del UNFPA al Ministerio de Salud de China, al que acusó de subsidiar hospitales que realizan abortos coercitivos.
A diferencia de anteriores gobiernos, que descontaban de su ayuda al UNFPA el dinero anual gastado en los programas en China, Bush decidió suspender por completo la colaboración.
Crowley, del nororiental estado de Nueva York, quería modificar esta disposición aclarando que las contribuciones al UNFPA serían suspendidas sólo si apoyan o participan en forma directa de programas de aborto coercitivo o esterilización involuntaria.
Esta enmienda habría autorizado la entrega de 100 millones de dólares para los años fiscales 2004 y 2005 de UNFPA, la principal fuente internacional de financiamiento para programas de salud reproductiva y planificación familiar.
En la Cámara de Representantes prevaleció la política sobre la necesidad de hacer lo correcto para las mujeres de los países más pobres. Una vez más, la Cámara ha dado un paso atrás. Nosotros estamos desilusionados, y todo el pueblo estadounidense debería estarlo, dijo la vicepresidenta de PAI, Terri Bartlett.
No obstante, la estrecha votación demostró que los representantes de ambos partidos comienzan a cuestionar la política que tiene este gobierno con el UNFPA, añadió.
Por su parte, el vicepresidente de la ambientalista Audubon Society, Bob Perciasepe, lamentó el resultado de la votación y destacó que la agencia de la ONU es el lugar donde la ayuda llega a los pobres de los países más pobres.
Muchos legisladores demócratas coincidieron con los activistas.
Fue un día triste para las mujeres de todo el mundo. El UNFPA salva la vida de miles de mujeres todos los años ayudando a las embarazadas en países donde no hay recursos. Pero la potencia mundial decidió dar la espalda a esas mujeres, dijo la representante demócrata Carolyn Maloney, de Nueva York.
Hemos sufrido una decepción, pero lo más importante es que las mujeres del mundo sufrieron una gran pérdida, añadió.
El presupuesto anual del UNFPA es de unos 350 millones de dólares. La negativa de Bush el año pasado a colaborar con 34 millones de dólares implicó un recorte de 10 por ciento de su financiamiento.
Las autoridades del UNFPA calculan que los 34 millones de dólares faltantes hubieran prevenido dos millones de embarazos no deseados y cerca de 800.000 abortos inducidos, así como la muerte de 4.700 mujeres y 77.000 niños.
Debido a la política de nuestro país, tenemos una lamentable política en todo el mundo, que le dice a las organizaciones sin fines de lucro que no pueden usar su propio dinero para intentar cambiar las leyes de su propio país, dijo la senadora demócrata Barbara Boxer, del occidental estado de California.
Lo peor de todo es que no podrán usar su propio dinero para proveer información médica correcta y completa sobre las opciones que tiene una mujer, añadió.
Contrariamente a las acusaciones de Bush, una investigación especial del Departamento de Estado confirmó el año pasado que el UNFPA no provee apoyo directo a servicios de aborto en China ni en ningún otro país.