Lagoa de Tres Cantos, un pequeño municipio del sur de Brasil, es un ejemplo de cómo una población unida y movilizada en torno a un objetivo puede triunfar sobre la obesidad, un grave problema mundial de salud pública.
Marilene Weber es ama de casa. Tiene 29 años, 1,64 metros de estatura, y perdió 43 kilogramos desde abril del año pasado.
Weber agradece pesar 72,4 kilogramos al proyecto "Enmagreciendo con amor a la vida", que involucró a más de 500 personas, un tercio de la población de esa zona agrícola del interior del estado de Río Grande del Sur.
El programa comunitario, iniciado en marzo de 2002, logró en 13 meses quitar 3.841 kilogramos de peso al total de participantes, a razón de poco más de siete kilos por cada uno, informó la empresa Enmagreciendo, de Sao Paulo, que ofrece apoyo técnico y realiza un seguimiento de la campaña.
Tres Cantos (esquinas), así llamado por tener una laguna triangular, está habitado básicamente por inmigrantes alemanes y era conocido como el "campeón de la obesidad" en Brasil desde fines de 2001, cuando un reportaje para la televisión divulgó que 60 por ciento de sus 1.650 habitantes estaban excedidos de peso.
"Cuca", un pastel típico con dulce adentro y azúcar por fuera presente en casi todas las mesas de la zona, fue señalado como la principal causa de esa situación, seguido de tortas y otras golosinas de la cultura culinaria germánica, a las que se sumaban muchas fiestas y cerveza.
Ante ello, el alcalde Edio Schrader puso en marcha entonces el proyecto "Amor a la vida" contra la obesidad. Luego se ganó el respaldo de Enmagreciendo, encargada de aplicar un método de reeducación alimentaria que modera las calorías ingeridas sin eliminar ningún alimento.
El sistema indica que a cada tipo de alimento en determinado volumen corresponde una cantidad de puntos, de manera que la persona pueda controlar su dieta diaria por el total de puntos.
"No me privé de nada ni siquiera de la cuca, pues sólo sustituí la cantidad por la calidad", dijo a IPS Weber, quien ostenta el récord en adelgazamiento y que ahora trata de mantenerse en su nuevo peso caminando una hora por día.
El programa fue "excelente" para los participantes, que hoy se ven "más alegres, con mayor autoestima", certificó a IPS el director de Industria y Comercio de la alcaldía, Nilson Kilpp.
Los resultados se notan en la salud en general, como lo indica la reducción de 60 por ciento de las hospitalizaciones y la caída de un tercio de las consultas al puesto médico local, destacó el funcionario.
Por su parte, el director general de Enmagreciendo, César Pedroso, explicó a IPS que el éxito del plan se basa mucho en la "asistencia emocional" para que la gente persista en la dieta, supere eventuales deslices y consolide los nuevos hábitos alimentarios.
La empresa dirigida por Pedroso presta asistencia a los pacientes a través de la red mundial de computadoras Internet, donde mantiene un sitio para explicaciones y diálogo, y también por vía telefónica en Sao Paulo, aplicando el método de los puntos, desarrollado por el endocrinólogo Alfredo Halpern.
Con ese sistema de puntuaciones se obtiene el éxito en 60 a 70 por ciento de los intentos de adelgazamiento, mientras que en los consultorios médicos sólo se alcanza a 40 por ciento, sostuvo Pedroso, él mismo un ex gordo que asegura haber luchado toda su vida contra la obesidad.
Pedroso se interesó en actuar directamente en Lagoa de Tres Cantos debido a que era imposible operar a través de Internet en un municipio agrícola como ese, donde dos tercios de su población vive en el campo.
La firma mantiene allí todavía una nutricionista y dos auxiliares para apoyar en la llamada Casa de Enmagreciendo a los participantes del proyecto de lucha contra la obesidad.
Es un desafío "apasionante" atender a tantas personas en conjunto, poniendo a prueba el sistema, observó el ejecutivo, tras precisar que el seguimiento de los más de 500 participantes servirá para realizar un estudio al finalizar los dos años de puesta en marcha del programa.
Toda la información es enviada por Internet a la sede de la empresa en Sao Paulo, comentó a IPS Fernanda Bernardin Gomes, nutricionista de la Casa de Enmagreciendo, cuya tarea es recibir a las personas, orientarlas, escuchar sus "confesiones" de deslices y estimularlas en su lucha contra la obesidad.
Hay "gorditos que no participan", los que desisten y luego vuelven, y nuevas adhesiones, lo cual hizo que el total de participantes variara de 518 a 532 en estos 16 meses de campaña, relató.
El éxito inicial del proyecto atrajo la atención de autoridades y políticos del estado de Río Grande del Sur e, incluso, existe interés en extenderlo a todo el estado, según Pedroso.
Pero ese tratamiento colectivo, en que los vecinos se estimulan recíprocamente, parece imposible en una gran metrópoli como Sao Paulo, reconoció.
Sin embargo, la comunicación por Internet en este caso se reveló un poderoso instrumento, acotó.
La obesidad se convirtió en uno de los 10 mayores problemas del sistema de salud en el planeta, afectando a más de 300 millones de personas adultas, según la Organización Mundial de Salud (OMS).
Este riesgo, que involucraba en 1995 a 200 millones de personas, no es exclusivo de los países ricos, pues se calcula que en la actualidad afecta a 115 millones de habitantes del mundo en desarrollo.
La Federación Latinoamericana de Sociedades de Obesidad elaboró un Consenso sobre el tema, calificándolo como "la epidemia del siglo XXI" y definiendo principios, métodos y medicamentos comprobados en el tratamiento del problema.
El sobrepeso se expande especialmente entre los pobres que residen en áreas urbanas, ya que los alimentos más baratos son ricos en calorías.
Un cuarto de los niños de entre cuatro y 10 años de Chile, México y Perú tienen exceso de peso, según la Organización Panamericana de Salud (OPS).
Ese problema entre adultos peruanos creció 50 por ciento entre 1992 y 1996. En tanto, en Argentina, Colombia, México, Paraguay y Uruguay son obesos más de 15 por ciento de sus habitantes.
Pero los demás países de la región no están exentos de la epidemia. Se estima que 40 por ciento de los brasileños pesan más de lo debido.
Preocupa especialmente a la Sociedad Brasileña de Endocrinología y Metabolismos que 15 por ciento de los niños y adolescentes ya tienen exceso de peso.