CUBA-EEUU: Distensión migratoria

Cuba y Estados Unidos abrieron un compás de espera en su añejo conflicto al dar este lunes pasos concretos de entendimiento migratorio, tras la devolución por parte de Washington de los secuestradores de una nave de pasajeros.

El gobierno cubano de Fidel Castro calificó la decisión de valiosa contribución para frenar la emigración clandestina hacia Estados Unidos, único asunto que hasta ahora llevó a ambos países a la mesa de negociaciones.

La declaración oficial emitida este lunes por La Habana confirmó la repatriación del grupo que la semana anterior secuestró una embarcación en la oriental provincia de Camagüey, distante 670 kilómetros de La Habana, y la desvió hacia Estados Unidos.

Las autoridades cubanas se comprometieron ante el gobierno estadounidense de George W. Bush a respetar los acuerdos migratorios bilaterales y se abstendrán de encausar a los repatriados por "salida ilegal".

La justicia de esta isla caribeña de régimen socialista condenó a pena de muerte por fusilamiento en abril a tres secuestradores de una nave de pasajeros en la bahía de la capital cubana.
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La Habana informó también este lunes a Washington que "los responsables principales de los delitos de robo con fuerza de la embarcación y secuestro de personas" sí deberán responder ante los tribunales.

Sin embargo, Cuba aseguró que tomará en cuenta las circunstancias excepcionales de este caso y limitará "las sanciones correspondientes a no más de 10 años de prisión y, de ser necesario, en uso de las facultades legales a su alcance" ejercer "clemencia para reducirlas a ese límite".

"La devolución a Cuba de los participantes en el asalto de la nave Gaviota 16 es totalmente coherente con la letra y el espíritu de los Acuerdos Migratorios", subrayó una nota oficial entregada a la prensa extranjera acreditada en este país.

Esos tratados suscritos por Cuba y Estados Unidos en 1994 y 1995 comprometieron a ambos países a "dirigir la migración cubana hacia canales seguros, legales y ordenados".

En tanto, el jefe de la Oficina de Intereses de Estados Unidos (SINA) en La Habana, James Cason, advirtió que los secuestros de naves marítimas o áreas son "violaciones extremadamente serias" de las leyes de su país y del derecho internacional.

En un comunicado difundido en el noticiero principal del mediodía de la televisión cubana, a continuación de la nota cubana, Cason añadió que quienes arriben a su país por esa vía serán detenidos, encausados y condenados a largas sentencias en caso de ser culpables.

Como castigo adicional, estas personas "permanecerán como inelegibles para residir legalmente de forma permanente en Estados Unidos", meta de todo cubano que desea abandonar su país en busca de nuevos horizontes.

Cason mencionó como ejemplo del compromiso de Estados Unidos el enjuiciamiento de Adelmis Wilson González, quien llegó a ese país en un AN-24 secuestrado el 31 de marzo en la isla de la Juventud, en el sur del archipiélago cubano.

Wilson González fue juzgado en una corte de Miami y ahora enfrenta una pena mínima de 20 años de prisión, narró el diplomático, quien insistió en que sólo es posible una emigración segura, legal y ordenada desde Cuba hacia su país.

"Si ciudadanos cubanos desean emigrar a Estados Unidos deben usar únicamente los canales legales existentes para hacerlo", concluyó Cason, para añadir que su país continúa comprometido con los acuerdos migratorios.

Esos convenios obligan a Washington a conceder 20.000 visas anuales a emigrantes cubanos para ingresar a territorio estadounidense, punto que las autoridades pretenden cumplir, según el jefe de la SINA.

Para Cuba, la repatriación y la condena de Wilson González "constituyen una valiosa contribución por parte de las autoridades de Estados Unidos a la lucha contra el secuestro de naves aéreas y marítimas para la emigración ilegal con el empleo de la violencia y la fuerza".

El frustrado intento de secuestro de otra nave el 14 de este mes en el occidental puerto pesquero de la Coloma, en la provincia de Pinar del Río, a 176 kilómetros de La Habana, desembocó en la muerte de tres adultos autores del hecho y dejó con heridas graves además a un niño de 10 años.

Un primer comunicado oficial sobre ese caso dejó sin esclarecer las circunstancias del fallecimiento por heridas de bala de los secuestradores, que se habían atrincherado, armados de dos pistolas y un cuchillo, en el interior de la nave surta en el muelle.

"Mi impresión es que fue un acto de inmolación. Se mataron a sí mismos en muestra de desesperación", dijo a IPS Elizardo Sánchez, activista de la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional.

Sánchez consideró que el entendimiento en asuntos migratorios entre ambos países es "un ejemplo" para otros campos en que podrían trabajar coordinadamente, entre los cuales mencionó la lucha contra el tráfico de drogas y el cuidado del ambiente.

"Eso desalienta la emigración salvaje e ilegal, pero la razón fundamental de que tantos cubanos quieran emigrar se debe al fracaso del modelo totalitario, causante de pobreza y desesperanza", afirmó.

El gobierno de Castro responsabiliza de promover e instigar la emigración clandestina a la ley estadounidense llamada de Ajuste Cubano, que permite a toda persona procedente de esta isla que logre tocar suelo estadounidense obtener la residencia en Estados Unidos, cualquiera sea la vía de entrada utilizada.

Entre el 19 de marzo y principios de abril se produjo una ola de secuestros de naves aéreas y marítimas que, según denunció Castro, formaba parte de un plan tramado en Estados Unidos para crear condiciones que justificaran una agresión directa contra Cuba.

"Había que cortar radicalmente aquella ola de secuestros" y aplicar "sin vacilación alguna las sentencias", dijo el mandatario al explicar las razones de los fusilamientos, que provocaron una fuerte crítica internacional.

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