ALIMENTACION-IRAQ: Con Saddam se comía mal, pero mejor

Cien por ciento de los habitantes de Iraq dependen hoy por completo de la ayuda internacional para sobrevivir como consecuencia de la invasión encabezada por Estados Unidos, alertaron agencias de la ONU.

El Programa Mundial de Alimentos (PMA) inició en Iraq ”la más grande campaña de emergencia en sus 40 años de historia”, afirmó el representante en Bagdad de la agencia, Torben Due. La actual situación ”no tiene precedentes”, agregó.

Antes de que Washington y Londres lanzaran el 20 de marzo la invasión para deponer al presidente iraquí Saddam Hussein, 60 por ciento de la población de este país árabe sobrevivía gracias a la asistencia humanitaria extranjera.

”Ahora, la vida de 100 por ciento de la población de Iraq, de 27 millones de habitantes, depende de la provisión mensual de alimentos” enviada por la comunidad internacional, dijo a IPS el jefe de la delegación en Iraq del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, Carel de Roy.

La situación ya era grave antes de la invasión. Una investigación del PMA en el sur y el centro del país demostró que uno de cada cinco iraquíes vivían entonces en condiciones de pobreza crónica. Los resultados de este estudio se conocieron la semana pasada.
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El PMA define la pobreza crónica como la condición en la que una persona o una familia se ve imposibilitada de satisfacer por un largo periodo sus necesidades más esenciales, como comida, ropa, vivienda, salud y educación básica.

”La gran mayoría de las familias sufren el impacto de los acontecimientos externos, y tienen pocas posibilidades de buscar otras estrategias para sobrevivir”, señala el informe del PMA.

Esta agencia de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) señaló que los ”dos meses de inestabilidad y guerra agravaron una situación que ya era dramática” y aumentaron la vulnerabilidad de toda la población ante la pobreza, la inseguridad alimentaria y la desnutrición.

La guerra detuvo las actividades que generaban recursos para miles de iraquíes. Muchos comercios permanecen cerrados todavía y gran cantidad de empleados públicos no han cobrado su sueldo desde hace por lo menos dos meses.

La guerra con Irán (1980-1988), la guerras del Golfo (1991), la invasión de marzo y abril, las sanciones económicas internacionales y la política de Saddan Hussein empobrecieron a los iraquíes ”e hicieron que ahora dependan exclusivamente de la distribución de alimentos”, según el PMA.

Carol de Roy coincidió en que la sanciones económicas contra el régimen de Saddan Hussein perjudicaron a la población. ”No hay duda de ello. El problema alimentario es una evidencia”, afirmó.

Los mayores golpes a la calidad de vida de los iraquíes se asestaron en los años 90, justo cuando comenzaba a notarse un progreso en comparación con décadas anteriores.

Un estudio realizado por la estadounidense Universidad de Harvard luego de la guerra del Golfo constató que la proporción de iraquíes con acceso a agua potable aumentó de 66 a 87 por ciento de la población entre 1976 y 1987. Ese último año, 93 por ciento de los iraquíes tenían servicios de salud gratis.

Las sanciones fueron aliviadas a fines de los 90 con el programa Petróleo por Alimentos administrado por la ONU, que permitía a Bagdad exportar crudo con el objeto de comprar con el dinero obtenido comida y medicamentos para la población.

”En el corto y mediano plazo, la carencia de alimentos deberá ser cubierta con importaciones financiadas con el petróleo. Iraq tiene un importante potencial agrícola que puede ser activado por medio de inversiones”, afirmó Due.

”Se debe buscar soluciones de largo plazo sobre la base de un análisis que tenga en consideración la actual dependencia de las raciones de alimentos. Se debe tener un sólido conocimiento sobre pobreza, desnutrición y seguridad alimentaria para poder elegir las mejores políticas a seguir”, añadió.

Due aseguró que las autoridades ocupantes de Iraq son ”abiertas a las sugerencias del PMA”.

La asistencia alimentaria para el pueblo iraquí esta garantizada para los próximos cinco meses. El PMA recibió casi 500 millones de dólares en donaciones para su programa, del que Washington y Londres son los mayores contribuyentes.

Pero no será fácil hacer que ea administración provisional iraquí pueda hacerse cargo por sí sola de la situación en el futuro. ”La seguridad es su mayor preocupación por ahora, y es difícil operar en muchas partes del país”, admitió Due.

Las fuerzas estadounidenses y británicas son objeto de constantes ataques por parte de la resistencia iraquí.

La distribución de alimentos también se ve afectada por las graves carencias en infraestructura. Las oficinas del Ministerio de Comercio fueron destruidas durante la guerra, y esto afectó las comunicaciones entre Bagdad y el resto del país, señaló Due.

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