La hipótesis de una relación directa entre precariedad del saneamiento básico y síndrome respiratorio agudo severo (SRAS) genera temores de un desastre en Brasil si llega al país esa enfermedad, también llamada neumonía atípica.
La pobreza de un tercio de la población, con desnutrición y consecuente baja defensa inmunológica, además del hacinamiento de las favelas (barrios marginados) y en algunos barrios de clase media con numerosos edificios elevados, podrían acelerar la propagación del SRAS, detectado por primera vez en Asia.
Pero los datos conocidos hasta ahora indican que el SRAS se disemina con menor rapidez que la gripe y otras enfermedades causadas por virus, dijo a IPS el epidemiólogo Eduardo Costa, de la Fundación Oswaldo Cruz, un centro de investigaciones sanitarias con sede en Río de Janeiro.
Hace más de 80 años, cuando los viajes internacionales eran casi nada comparados con los de hoy, la llamada gripe española se convirtió en una epidemia mundial en cerca de dos años, y causó la muerte de unas 18.000 personas sólo en el estado de Río de Janeiro, ejemplificó Costa, ex secretario de Salud de ese estado.
El recuerdo de viejas pandemias y la agresividad de los virus del SRAS alimentan alarmas, aunque hace 10 años se previó un apocalipsis tras la aparición en el país de casos de cólera, pero fue posible controlar los brotes, limitados a algunas áreas, pese al insuficiente saneamiento, argumentó el médico.
No se ha confirmado un solo caso de SRAS en Brasil, pero la preocupación en relación con ese mal se acentuó por la publicación hace dos semanas del libro Agua en el siglo XXI, enfrentando la escasez, de José Galizia Tundisi, que hace un diagnóstico completo del saneamiento básico en Brasil.
Según Tundisi, la distribución de agua potable aún excluye a 24 por ciento de la población brasileña, y entre las familias más pobres, con ingresos menores que un salario mínimo (80 dólares), ese déficit llega a 33 por ciento.
El problema más grave es la falta de infraestructura de saneamiento para 59 por ciento de los pobres, y la desigualdad en la materia es enorme, porque entre los más ricos, con ingresos superiores a 20 salarios mínimos, sólo nueve por ciento no disponen de ese servicio.
Esa realidad se prolonga por la escasez de las inversiones en saneamiento durante las dos últimas décadas, causada a su vez por dificultades financieras del sector público y planes de privatización en suspenso por indefinición de reglas.
La insuficiencia del sistema de saneamiento puede implicar vulnerabilidad al SRAS, causado por un virus que sobrevive en las heces, aunque por poco tiempo, admitió la veterinaria Telma Abdalla, de la Comisión de Bioseguridad de la Fundación Oswaldo Cruz.
Pero aún se conoce poco sobre el comportamiento del virus, su transmisión y el tiempo de incubación de la enfermedad, observó. Los brotes en Canadá comprueban que la diseminación del SRAS involucra un conjunto de factores, no sólo pobreza y saneamiento precario, subrayó.
Por todo eso son vitales las medidas de prevención, como la rígida vigilancia en los aeropuertos, puertos y fronteras terrestres, para que viajeros sospechosos de portar el virus sean controlados durante el tiempo en que podrían contagiar a otros, afirmó Abdalla.
Las autoridades sanitarias examinaron hasta ahora a 48 personas que consideraban posibles portadoras del virus, debido a los síntomas que presentaban y a que habían pasado por países con casos confirmados, según la Fundación Nacional de Salud.
En abril se registraron dos casos probables de SRAS, en los cuales se verificó luego que no había contagio de esa enfermedad.
Sin embargo, Brasil aún figura en los boletines de la Organización Mundial de Salud (OMS) como uno de los 32 países en que habría aparecido la enfermedad, sumando 8.398 casos y 772 muertes hasta el 3 de este mes.
El temor al SRAS provocó una reducción de 90 por ciento de la venta de pasajes aéreos a países asiáticos en los últimos meses, según la Asociación Brasileña de Agencias de viajes.
El gobierno brasileño intensificó desde mediados de mayo las medidas de vigilancia epidemiológica, y exige a quienes ingresan al país una declaración de salud, en la que deben responder si experimentaron posibles síntomas en los 10 días previos a su llegada, e indicar donde estarán en los siguientes 14 días.
Las compañías de transporte de pasajeros son obligadas a distribuir el formulario correspondiente dentro de sus aviones o navíos, y también se entregan a los viajeros folletos con explicaciones sobre la enfermedad en portugués, español, francés e inglés.
En capitales provinciales y otras grandes ciudades del país se han preparado hospitales para atender a eventuales afectados por el SRAS, y la Fundación Oswaldo Cruz mantiene un laboratorio y técnicos calificados para exámenes de diagnóstico del virus.
Ese virus reveló un alto grado de letalidad, y por ser nuevo encuentra las personas sin inmunidad contra él, pero su transmisión, poco conocida, parece más lenta y por tanto menos amenazadora que la de otras enfermedades epidémicas, evaluó Costa.
En Brasil, la escasez de saneamiento es un factor negativo, pero la calidad del agua potable y canalizada que llega a la mayoría de la población ha probado ser un freno a ciertas epidemias, concluyó.