PINTURA-INDIA: Pasado y presente se encuentran

La dualidad cultural de India se refleja con claridad en la obra de la artista plástica Arpana Caur, que presenta en la Galería Octubre de la capital británica una selección de sus mejores pinturas.

Caur reconoce que su exposición, titulada ”Entre dualidades”, conjunga el pasado y el presente de una India cambiante.

”Nueva Delhi ha sido destruida y reconstruida muchas veces en su larga historia. Se puede encontrar un monumento del siglo XII junto a una central de energía eléctrica. Donde vivo hay un muro antiguo, y puedes ver mujeres cocinando en hornos de arcilla entre construcciones modernas. Esto influyó en mi obra”, dijo.

”Yo tomo tradiciones que tienen siglos y las traduzco en colores y dibujos para ver cómo se contrarrestan con símbolos de la modernidad”, explicó.

Esta mezcla entre lo antiguo y lo moderno puede verse, por ejemplo, en una de sus pinturas, que muestra a Buda alejándose de una ciudad en busca de un lugar apto para la meditación. El mundo moderno que rechaza está representado por rascacielos.

Aquí la autora toma una historia antigua y le da un giro contemporáneo, con lo que sugiere que el pasado tiene una gran trascendencia para la vida actual.

En su cuadro titulado ”Conexiones”, Caur presenta a dos árboles, el de la iluminación y el del sufrimiento. Buda está dormido bajo las hojas del primero, sugiriendo que la armonía espiritual en un mundo complejo es una cuestión de elección.

Los artistas contemporáneos de India se enfrentan con el desafío de encontrar una forma de acercarse al arte moderno sin dejar de lado las tradiciones, agregó Caur.

”Hablamos de temas contemporáneos, pero en nuestras venas corre la herencia de nuestro país. No se puede ignorar el mundo actual, pero también es importante que no te domine. El equilibrio es esencial para mi obra”, señaló.

”Al comienzo de mi carrera se me ofreció la oportunidad de estudiar en Londres, pero después de estar aquí por poco tiempo me quería ir. Al final, regresé a India y me di cuenta de que en Gran Bretaña no tenía ningún punto de referencia cultural. Tenía que volver a mi hogar”, recordó.

Caur también tuvo que luchar contra el prejuicio hacia las artistas mujeres. ”Cuando comencé, en los años 70, me era muy difícil progresar, a pesar de que mi trabajo siempre fue visto como bueno. Con el tiempo todo cambió, no sólo para mí, sino también para otras artistas mujeres”, señaló.

”Mi trabajo, como el de otras artistas, comenzó a ser vendido a los mismos precios que el de los hombres. Esto se debió a dos razones. Primero, lo comenzaron a comprar coleccionistas a quienes sólo les interesaba que fuera bueno, sin importar el sexo del autor. Segundo, cambió mucho la mentalidad en India”, añadió.

”Cuando comencé, sólo había dos galerías en Nueva Delhi. Ahora hay más de 100. Entonces, con más lugares para exponer y vender, la situación mejoró mucho tanto para hombres como para mujeres. Antes teníamos que sobrevivir enseñando, pero ahora ser artista se ha convertido en algo económicamente viable”, indicó Caur.

Pero a pesar de elogiar este cambio de actitud hacia las artistas plásticas mujeres en India, Caur no olvida que en su país está creciendo la intolerancia religiosa.

”Nuestro país siempre ha sido propenso a la violencia religiosa. Yo creo que esto se origina en que muchas de las promesas hechas desde la independencia nunca se concretaron y lamentablemente la situación está cada vez peor”, sostuvo.

No obstante, la artista destacó que ”hasta ahora hay libertad de expresión” y ”se puede trabajar”. (

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