Organizar un festival que combine hip-hop, dancehall y reggae para jamaiquinos residentes en Estados Unidos demostró ser una mala inversión: los inmigrantes quieren reggae tradicional de pura cepa para sentirse como en su propio país.
Johnny Gourzong, organizador del Festival Veraniego de Reggae en el sudoccidental estado estadounidense de Florida, atribuyó al mal tiempo el fracaso del espectáculo. Apenas 10.000 personas asistieran al concierto el 25 de mayo en el Parque Bicentenario de Fort Lauderdale, con capacidad para unas 35.000.
Pero Gourzong también admitió que la mezcla de estilos no fue una buena idea. ”Los jamaiquinos están más interesados en el reggae tradicional en Estados Unidos que en su propio país. Por eso, si queremos hacer otro concierto, debe ser de puro reggae”, reconoció.
El dancehall es una corriente del reggae que se apoderó de la escena musical jamaiquina después de la muerte de Bob Marley, en 1981. Muy diferente al estilo de Marley, se trata de una suerte de rap (recitado originario de los guetos negros estadounidenses) con letras agresivas y, al menos al inicio, localistas.
El hip hop es una versión más ruda del rap, que introduce una danza de variada coreografía, el uso del tocadiscos como instrumento y música electrónica. Nació en la calle y es con frecuencia allí donde se expresa.
Los músicos jamaiquinos de dancehall Sean Paul y Wayne Wonder participaron del espectáculo en el Parque Bicentenario, junto a los artistas de hip hop Wyclef Jean, Big Pun y Lil' Kim. Esta mezcla no agradó a los más tradicionalistas, reconoció Gourzong.
El reggae resurgió en Estados Unidos en los últimos tres años, en especial gracias a una mezcla con hip hop y dancehall introducida por los intérpretes Shaggy, Sean Paul y Wondex. Pero este renacimiento se percibió en la venta de discos, y no se reflejó en grandes espectáculos.
La costa occidental de Estados Unidos es el lugar donde el reggae goza de mayor popularidad. Allí se realizan varios conciertos como Reggae Sobre el Río, en el norte de California, que congrega a los músicos más tradicionalistas. Allí no llegan ni Shaggy ni Sean Paul, a pesar de su popularidad.
Los jamaiquinos en Estados Unidos tuvieron la oportunidad de conocer a los nuevos artistas del género, acompañados de los más tradicionales, en la gira Reggae Sunsplash International, hasta la muerte de su organizador, Tony Johnson, en 1997.
Copeland Forbes, veterano promotor de conciertos de reggae en Estados Unidos, sostuvo que uno de los impedimentos para que el dancehall deje ser música de club nocturno y pase a ser centro de grandes espectáculos es el dinero que piden los artistas.
”Son demasiado caros y los organizadores no pueden pagarles”, dijo Forbes.
Tanto Shaggy como Sean Paul obtienen grandes sumas de dinero por aparecer en canales de cable como MTV o Black Entertainment Television, así como por promocionar marcas de ropa.
El Festival Veraniego de Reggae que se realizará entre el 20 y 26 de julio en Montego Bay puede contar con la presencia del trío vocal femenino estadounidense Destiny's Child, lo que sin duda atraerá a muchos.
Este concierto también contará con la presencia de varios artistas dancehall, como Sean Paul, Bennie Man y Bounty Killer.
Gourzong señaló que la firma organizadora de estos festivales veraniegos, Summerfest Productions, decidió en 1995 ”integrar la música”, invitando a artistas de rythm and blues y de hip hop.
El espectáculo del mes pasado en Fort Lauderdale no fue organizado por Summerfest Productions, sino por Gourzong y su socio Walter Elmore, quienes decicidieron hacer una prueba luego de ver el éxito de Sean Paul y Wayne Wonder en Estados Unidos.
Además, sumaron a la marquesina al rapero haitiano Jean y al puertorriqueño Big Pun, esperando que esto atraería a las grandes colectividades haitianas e hispanas en Miami. Pero esto no pasó.
Gourzong señaló que las actuaciones fueron ”sobresalientes”, pero que la asistencia al espectáculo fue ”decepcionante”.
A pesar del fracaso de Fort Lauderdale, el organizador ya anunció que estudia preparar otros espectáculos en Estados Unidos, quizás en Nueva York, donde, según él, el reggae es aceptado en todas sus vertientes. (