DROGAS: Aumenta el consumo mundial

El consumo mundial de drogas ilícitas creció en los últimos años, con fuerte expansión general en los casos de la marihuana, el hachís y las sintéticas, y una mezcla de aumentos y disminuciones regionales que se contrapesan para la cocaína, la heroína y el opio.

La proximidad de producción y consumo es una característica de ese negocio ilegal, señaló Giovanni Quaglia al presentar en Río de Janeiro este jueves, Día Internacional contra el Abuso y el Tráfico Ilícito de Drogas, un informe de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC, por sus siglas en inglés).

La producción de cocaína se concentra en tres países andinos, con 72 por ciento en Colombia, 20 por ciento en Perú y ocho por ciento en Bolivia, y en términos de consumo es una droga netamente americana, observó Quaglia, representante de la ONUDC en Brasil y el Cono Sur latinoamericano.

Los expertos calculan que hay unos 14 millones de consumidores de cocaína, que representan 0,3 por ciento de la población mundial mayor de 15 años, y que más de nueve millones de esos consumidores son americanos, 6,35 millones en América del Norte y 2,7 millones en América del Sur.

Casi toda la producción de opiáceos, o sea de opio y heroína, se realiza en Asia, con 76 por ciento en Afganistán y 28 por ciento en Myanmar (Birmania). Esas drogas tienen unos 15 millones de consumidores, de los cuales la mitad son asiáticos y 30 por ciento europeos.

El consumo de drogas ilegales no crece en forma sostenida, sino que tiende a caer tras llegar a un máximo, como el que alcanzó la cocaína en Estados Unidos en los años 80, y luego reinicia el ciclo, destacó Quaglia.

Estados Unidos aún es el mayor mercado mundial de cocaína, pero su consumo actual es 60 por ciento menor que el de 1985 y 15 por ciento inferior al de 1998, según el informe de la UNODC.

Eso se debe en parte a la política gubernamental de gran inversión en servicios de salud y educación, para prevención y oferta de tratamiento a los adictos, además de la represión policial, afirmó Quaglia. Eso pasó también en Europa, que inició tal política unos 10 años antes, acotó.

El consumo de cocaína tiende a crecer en América Latina, aunque aún es relativamente bajo si se compara con los de Estados Unidos y Europa, y los países con mayores índices son Argentina, Colombia y Nicaragua, en ese orden.

Brasil, el gran mercado potencial para esa droga, aún presenta un consumo ”intermedio”, y ocupa el noveno lugar en América del Sur, con sólo 0,94 por ciento de adictos a la cocaína en la población mayor de 15 años, observó Quaglia.

La producción de marihuana y hachís, derivados del cáñamo o cannabis, se ha diseminado por el mundo, incluso en escala doméstica, y eso se acompaña de un gran aumento general del consumo, registrado en el informe difundido este jueves, con datos de 2000-2001, en relación con el anterior, referente a 1998-2000.

Los consumidores de esas drogas aumentaron de 144 a 163 millones entre los dos periodos, pese a que las incautaciones de la policía crecieron 40 por ciento. En 2001 las fuerzas de seguridad se apoderaron de 5.600 toneladas de marihuana y hachís, 100 veces más que la cantidad de heroína y 15 veces la de cocaína.

El aumento del consumo de derivados de cannabis y el de drogas sintéticas determinó que el total mundial calculado de consumidores aumentara de 180 a 200 millones entre el anterior informe y el nuevo.

Ya hay 34 millones de consumidores habituales de anfetaminas, estimulantes del sistema nervioso central, entre las cuales el informe destaca el producto llamado éxtasis, alucinógeno y excitante. Esa cantidad de personas equivale a 0,8 por ciento de la población mundial de 15 o más años.

El incremento en este terreno no puede medirse, porque se trata en gran parte de drogas nuevas, y en el informe anterior no se calculó el consumo de éxtasis, pero las evidencias no dejan dudas sobre la rápida diseminación del consumo de estos productos sintéticos.

Se trata de drogas producidas en laboratorios clandestinos y pequeños, difíciles de identificar, y eran de ese tipo tres cuartos de los laboratorios del narcotráfico cerrados en 2001. Una década antes, los dedicados a productos sintéticos fueron 18 por ciento de los detectados.

En América, la cocaína es el mayor problema de salud pública entre las drogas ilícitas, pero si se tienen en cuenta las legales, ese puesto corresponde a las bebidas alcohólicas y el tabaco, admitió Quaglia.

El mandato de UNODC se limita a las drogas ilegales, y eso no permite integrar un cuadro más completo de la cuestión de las drogas, sus daños e incluso su relación con la violencia.

La Organización Internacional del Trabajo destaca, por ejemplo, que el alcohol estuvo asociado en 2000 con 270 millones de accidentes de trabajo y consecuentes 330.000 muertes, además de 160 millones de enfermedades de trabajadores.

Esos datos fueron divulgados por el director de Salud y Seguridad del Ministerio de Trabajo brasileño, Paulo Pena, durante la Semana Antidrogas promovida por el gobierno del 19 al 26 de este mes en Brasilia.

En Brasil, el alcohol es responsable de 95 por ciento de las dependencias de sustancias químicas, la mitad de las muertes en accidentes de tránsito y 90 por ciento de los tratamientos psiquiátricos de urgencia, observó Pena.

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