DESARROLLO: Se busca alto comisionado para cooperación Sur-Sur

Los gobiernos de América Latina y el Caribe propondrán a Asia y Africa en el Grupo de los 77 (G-77), el mayor foro de países en desarrollo en la ONU, crear la figura del alto comisionado para impulsar los programas de cooperación Sur-Sur.

La iniciativa se debatirá en la Conferencia del G-77 sobre cooperación Sur-Sur, que reunirá del 16 al 19 de diciembre a los 133 países miembros, más China, en la meridional ciudad marroquí de Marrakesh, informó este martes en Caracas el presidente de turno del Grupo y embajador marroquí en la ONU (Organización de las Naciones Unidas), Mohamed Bennouna.

”No se trata de un nuevo diagnóstico ni de adoptar nuevos programas sino de encontrar medios para potenciar la negociación y la cooperación entre los sectores público, privado y organizaciones no gubernamentales de los países en desarrollo”, dijo Bennouna.

El foro económico y social de 28 estados de América Latina y el Caribe examinó durante dos días, en la sede caraqueña del Sistema Económico Latinoamericano (SELA), el aporte posible a la conferencia de Marrakesh, promovida por Rabat desde la cumbre de jefes de Estado y de gobierno del G-77 en 2000 en La Habana.

La primera propuesta latinoamericana y caribeña es fortalecer los espacios regionales para la cooperación e identificar los planes concretos que ayuden a captar recursos de los países e instituciones del Norte industrializado, explicó al término del encuentro el embajador de Venezuela ante la ONU, Milos Alcalay.

”En América Latina encomendamos al SELA, como foro de reflexión, que actúe a modo de enlace entre el G-77 y los actores de cooperación en la región”, dijo Alcalay.

El foro respaldó la propuesta del presidente de Venezuela, Hugo Chávez, de crear un Fondo Humanitario Internacional, volcado sobre proyectos de desarrollo en el Sur y que drene recursos de las operaciones internacionales de compraventa de armas y de la incautación de bienes a narcotraficantes.

Ese planteo se emparenta con el realizado por Túnez de un Fondo Social Internacional y el del presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, de crear un Fondo Contra el Hambre, con porcentajes de pagos por compras de armas y servicio de deuda externa, apuntó.

Son todas iniciativas que apuntan hacia un mismo objetivo”, observó Bennouna.

La Declaración de Caracas abogó porque los estados miembros de G-77 sean los primeros en incrementar sus aportes a la cooperación Sur-Sur y, en particular, al Fondo Fiduciario Pérez Guerrero, que toma su nombre del fallecido internacionalista venezolano Manuel Pérez Guerrero.

Ese Fondo fue creado en 1986 para estimular la elaboración de proyectos de desarrollo en el Sur, y por 16 años, con 8,3 millones de dólares, apoyó 128 proyectos en agricultura y alimentación, comercio, tecnología, información, energía, industrialización, materias primas, asesorías y adiestramiento.

En América Latina y el Caribe se insiste, por otra parte, en la necesidad de que se reformulen estructuras y programas en los organismos financieros multilaterales, con vistas a los grandes objetivos generales de promover el desarrollo y combatir la pobreza.

Se renuevan los llamados al Norte para que incremente la ayuda oficial al desarrollo (AOD), a partir de las estadísticas presentadas por el SELA, según las cuales se desembolsaron con ese fin 57.000 millones de dólares en 2002, pero se necesitan entre 50.000 y 70.000 millones de dólares adicionales cada año.

Los latinoamericanos apreciaron durante las sesiones la oferta británica de vincular AOD y deuda externa, por ejemplo con una facilidad financiera internacional que utilice bonos pagaderos en 15 años para aumentar esa asistencia a los países más pobres.

También subrayaron la necesidad de que en que en los programas de cooperación Sur-Sur no sólo se insista en obtener recursos de donantes de los países industrializados ni en aumentar aportes de los Estados miembros del G-77 sino en incorporar al sector empresarial privado y a las organizaciones no gubernamentales.

”Lo importante es que estas propuestas y la conferencia de Marrakesh no se vean como el punto final en los programas de cooperación Sur-Sur sino como un punto de partida, para incrementarla y potenciarla”, subrayó Alcalay.

A su vez, Bennouna precisó que, al igual que esta región, Asia y Africa efectuarán conferencias con el mismo propósito antes de la conferencia en Marrakesh.

Los delegados de gobiernos asiáticos se reunirán en octubre en Doha y los africanos en Addis Abeba, esta última después que los países más pobres del continente se encuentren a fines de este mes en Rabat.

El diplomático marroquí destacó que en el G-77, más China, ”tenemos países con más de 1.000 millones de habitantes, como (la propia) China e India, y pequeños estados del Caribe con apenas 100.000”. ”Esa diversidad nos obliga a procurar y aceptar desde los grandes proyectos de cooperación Sur-Sur hasta los más pequeños”, comentó.

Para el seguimiento de los programas, y compartir las experiencias más exitosas, vista la riqueza y la coincidencia en el diagnóstico y las demandas, los latinoamericanos insistirán desde ahora en que se adopte la figura de un alto comisionado para la cooperación Sur-Sur.

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe