Un grupo de 26 países en desarrollo lanzaron este martes un plan de acción para reactivar las negociaciones en la Organización Mundial del Comercio (OMC) con miras a la conferencia ministerial que realizará en México dentro de tres meses.
La propuesta tiende a asegurar el éxito de la reunión, que se llevará a cabo del 10 al 14 de septiembre en la sudoriental ciudad mexicana de Cancón, y a impulsar las negociaciones posteriores a ella, dijo Hernando José Gómez, representante de Colombia ante la OMC, quien presentó el plan.
La OMC ya consumió casi todos los plazos que se había fijado para concertar los acuerdos previos a Cancún, sin alcanzar progresos apenas a 90 días del inicio de la conferencia, que es también el último término para lograr entendimientos.
La iniciativa de las 26 naciones, entre las que figuran las dos más populosas del mundo, China e India, y otros representantes de Asia, Africa y América Latina, reclama la concertación antes de esa fecga de acuerdos sobre algunos de los temas más sensibles para los países del Sur en desarrollo.
Los primeros problemas que hace falta resolver, según esas naciones, son los vinculados con la aplicación y el fortalecimiento del trato especial y diferenciado, un mecanismo que busca compensar las desventajas de los países en desarrollo cuando comercian con los industrializados.
La otra cuestión pendiente fundamental para los países en desarrollo es la del acceso a medicamentos para las poblaciones del Sur, que también desean resolver antes de la conferencia.
Estados Unidos bloqueó en diciembre pasado un acuerdo que estaba casi concertado en la OMC para cumplir con las directrices impartidas por la anterior conferencia ministerial de la OMC, que sesionó en Doha en diciembre de 2001.
Un acuerdo sobre salud pública y comercio representaría una importante medida para crear confianza dijeron los 26 países.
En cuanto al trato especial y diferenciado, la concertación tendrá una repercusión positiva en otras esferas de la negociación, opinaron.
La propuesta de las naciones en desarrollo llega en un momento crucial para el proceso de negociaciones en el sistema multilateral de comercio.
La OMC aprobó en 2001 la Ronda de Doha, que consiste básicamente en negociaciones de agricultura, de servicios, de aplicación de aspectos de acuerdos anteriores que benefician a los países en desarrollo, y del trato especoal y diferenciado.
En Doha también se dispuso que la siguiente conferencia deberá establecer modalidades para la negociación posterior en cuatro áreas que interesan sobremanera a los países industrializados: inversiones, facilitación del comercio, competencia y compras gubernamentales.
El director general de la OMC, Supachai Panitchpakdi, admitió este martes ante el Comité de Negociaciones Comerciales, el organismo de esa institución que se ocupa de la Ronda de Doha, que se han incumplido los plazos establecidos para lograr acuerdos acerca de aranceles industriales y de reforma del sistema jurídico.
El fracaso más estrepitoso se verificó en las negociaciones del comercio agrícola, donde los países ni siquiera pudieron ponerse de acuerdo acerca de las modalidades que deben guiar esas discusiones, que tienen fecha límite el 1 de enero de 2005.
La mayor parte de las naciones industrializadas resisten la apertura de los mercados de la agricultura para poder mantener el sistema de subvenciones que protege a sus productores, con erogaciones promedio de unos 1.000 millones de dólares por día.
Pero el proceso de la negociación agrícola puede tener a breve plazo una definición, porque los ministros de Agricultura de los 15 países de la Unión Europea (UE) debatirán esta semana un proyecto para modificar el régimen de subsidios.
Un plan de reforma de la Política Agraria Común de la UE pretende desconectar el flujo de financiación que ese bloque destina a la producción, y orientarlo directamente a los campesinos en forma de ayuda.
Así se retirarían del mercado internacional grandes volúmenes de productos agrícolas subvencionados que hasta ahora se exportan y deprimen los precios, con perjuicios para los agricultores de los países en desarrollo.
Uno de los argumentos esgrimidos contra esa reforma es que el sistema de financiación en forma de ayuda crearía problemas psicológicos a sus beneficiarios, ya que se les pagaría sin que produjeran.
El representante europeo ante la OMC, Carlo Trojan, opinó que la reunión de ministros de Agricultura, que comenzará este miércoles en Luxemburgo, puede ser maratónica y extenderse por algunos días.
Gómez reconoció la importancia del cónclave europeo y coment'ó que de sus resultados puede surgir la tónica del avance en el resto de las negociaciones.
Los 26 países en desarrollo advirtieron que la agricultura no se puede negociar como un paquete autónomo, en razón de su importancia para esas naciones y de la necesidad de obtener resultados positivos.
Los países firmantes de la iniciativa son Argentina, Bolivia, Botswana, Brasil, Chile, China, Colombia, Cuba, Ecuador, El Salvador, Gabón, Guatemala, Honduras, India, Malasia, Marruecos, México, Nicaragua, Pakistán, Paraguay, Perú, República Dominicana, Tailandia, Uruguay, Venezuela y Zimbabwe.