BRASIL: Crece oposición de izquierda a Lula

Un manifiesto de más de 200 economistas de Brasil clausuró este viernes una semana de duras críticas al gobierno desde la izquierda, acentuando las divisiones y el desaliento entre quienes apoyaron el año pasado la elección del presidente Luiz Inácio Lula da Silva.

”Brasil es llevado a un callejón sin salida de estancamiento y desempleo por una política económica que capituló ante el totalitarismo de mercado”, afirmaron en el documento esos economistas, muchos de ellos viejos militantes del izquierdista Partido de los Trabajadores (PT) fundado por Lula en 1980.

Pero ”hay alternativa” de prosperidad para Brasil, sostuvieron en el manifiesto, titulado ”La agenda prohibida” para señalar que el debate económico fue suprimido por el ”dogma del mercado sabio y virtuoso”, que ”no discute, sólo amenaza”.

Para superar el desempleo más elevado de la historia brasileña, ”resultado directo de las políticas monetaria y fiscal restrictivas”, los firmantes proponen siete medidas, empezando por el ”control de capitales externos y el control del cambio en un nivel real favorable a las exportaciones”.

Las demás propuestas son aliviar restricciones fiscales, aumentar el gasto público con prioridad para el área social, una ”reducción significativa de la tasa básica de intereses”, más inversiones públicas y privadas en saneamiento e infraestructura, estímulos a la exportación, y control de la inflación mediante una política de ingresos pactada con actores sociales.
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Son orientaciones que se oponen frontalmente a la política económica puesta en marcha por el ministro de Hacienda, Antonio Palocci, del PT, y el presidente del Banco Central, Henrique Meirelles, ex dirigente de un banco estadounidense.

Los autores del manifiesto afirmaron que promover el pleno empleo es clave, porque abre paso a la solución de dramáticos problemas sociales y económicos del país como la miseria, la desigualdad y la violencia, y desafiaron a debatir en forma abierta a quienes ”se ocultan en las sombras, por detrás de la omnipotencia del dios mercado”.

Esta toma de posición de centenares de economistas considerados de izquierda se sumó a la manifestación de protesta de 20.000 empleados públicos, el miércoles en Brasilia, para componer una semana de graves augurios para el gobierno de Lula.

El acto de Brasilia, en el cual se abucheó a dirigentes del PT, fue contra el proyecto de reforma de la previsión social, que rebaja muchos los actuales beneficios jubila torios de los trabajadores estatales.

Ese proyecto impone aportes para el sistema previsional a los jubilados, aumenta siete años la edad mínima para el retiro, a 55 años para las mujeres y 60 para los hombres, y pone fin a la mayor ventaja que tenían esos trabajadores: jubilarse con una prestación equivalente a su último sueldo.

La perspectiva de aprobación de tal propuesta en los próximos meses causa una ola de pedidos de jubilación, especialmente en las universidades estatales, por parte de profesores que cuentan con los años de edad y de trabajo necesarios para retirarse, y quieren hacerlo mientras estén vigentes los actuales beneficios.

Algunos rectores temen perder 30 por ciento de sus profesores, y que eso lleve cerca del colapso a sus universidades, que ya afrontan muchas dificultades después de siete años sin aumentos salariales para los empleados públicos, a excepción de los de las Fuerzas Armadas y algunas otras áreas.

La reforma previsional propuesta agrava una política aplicada por gobiernos anteriores que ”deteriora los servicios públicos y por eso va en contra de los intereses de toda la población”, dijo a IPS el profesor Anselmo Luis dos Santos, de la Universidad Estadual de Campinas, ciudad cercana a Sao Paulo.

Varios parlamentarios del PT anunciaron que no votarán ese proyecto. La senadora Heloisa Helena y los diputados Joao Batista de Araujo y Luciana Genro se hicieron símbolos de esa rebeldía y están amenazados de expulsión.

Pero en la manifestación del miércoles participaron por lo menos 36 diputados del PT, o sea un tercio de la bancada, contra la orientación del gobierno y ampliando la imagen de desconcierto y división en el partido.

Una semana antes, el 5 de junio, intelectuales históricos del PT confesaron el fin de sus esperanzas en el gobierno de Lula durante una reunión en la Universidad de Sao Paulo, un tradicional centro de luchas políticas, cuna de muchos líderes de izquierda.

El gobierno ”besó la cruz de la ortodoxia” y ”se convirtió en 48 horas”, abandonando 20 años de principios del PT, afirmó el filósofo Paulo Arantes.

”La lucha acabó”: fue ganada por la continuidad de las políticas del gobierno anterior y perdida por el cambio, sentenció el sociólogo Francisco de Oliveira, un partidario del PT desde la primera hora.

Entre los economistas e intelectuales hay quienes piensan que ya no habrá cambios en la política económica, pero ”sigo creyendo que ninguna alternativa está cerrada”, y las opciones quedarán mas claras en el próximo semestre, sostuvo en cambio Dos Santos.

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