Al menos 10 de las principales ciudades de Colombia están al borde de crisis sanitarias sin precedentes por saturación de sus depósitos de basura, causada en gran parte por imprevisión de las autoridades locales.
El país tiene 40 millones de habitantes y produce cada día en sus centros urbanos 26.000 toneladas de desperdicios, según la ministra de Desarrollo Económico y Medio Ambiente, Cecilia Rodríguez, quien indicó que a menudo el destino de la basura está en rellenos sanitarios cuya capacidad se ha agotado o está a punto de agotarse.
Según la funcionaria, cerca de 700 municipios, en un total de 1.092, emplean basureros a cielo abierto o entierran los residuos en forma incontrolada, lo cual causa graves problemas sanitarios y ambientales.
Las situaciones más graves son las de las ciudades de Cartagena, Cali, Armenia, Medellín, Santa Marta, Montería, Neiva, Bucaramanga, Ibagué y San Andrés, capital del archipiélago de San Andrés y Providencia, dijo a IPS Jorge Díaz, de la dirección de Aseo de la Superintendencia de Servicios Públicos (Superservicios).
Ese organismo alertó en 2002 a alcaldes, empresas de servicios públicos, autoridades ambientales y comunidad en general sobre la necesidad de tomar conciencia de la necesidad de disponer técnicamente de las basuras en esas ciudades, pero salvo en contadas excepciones, no se han tomado las medidas correspondientes, señaló.
El caso más crítico lo afronta la septentrional ciudad de Cartagena, principal centro turístico del Caribe colombiano, donde la basura quedó una semana apilada en las esquinas el mes pasado, porque la empresa encargada de la recolectarla no disponía de un sitio apropiado para su disposición final.
Según un informe de Superservicios, en septiembre de 2001 terminó la vida útil del basurero de esa ciudad, cuya alcaldía decidió adjudicar la recolección de desechos, mediante licitación y por 20 años, a la firma Tratamiento Integral de Residuos (TIRSA), pese a que ésta no contaba con licencia ambiental para la disposición final.
TIRSA improvisó un basurero para residuos sólidos en la localidad rural de Pasacaballos, en la periferia de Cartagena, pero la autoridad ambiental de ese departamento ordenó su cierre.
Finalmente, la alcaldía acordó con TIRSA dar por terminado el contrato a fines de mayo, e inició contactos con otra empresa que tiene un relleno sanitario disponible y licencia ambiental, para garantizar la prestación del servicio de recolección de basura en la ciudad.
La maestra de primaria Marta Simanca, residente en el centro de Cartagena, dijo a IPS que la situación a comienzos de mayo fue crítica, porque la acumulación de basura en las calles generó olores nauseabundos y una invasión de moscas.
La zona turística parecía otra Cartagena, porque los hoteleros cargaban sus desechos por sus propios medios, para que no se les dañara la clientela, indicó.
Una forma de afrontar el problema es enseñar a los jóvenes a manejar la basura de sus casas y sacarle provecho mediante compostaje (obtención artificial de humus a partir de residuos orgánicos), indicó la educadora, que lleva a cabo un programa para instruir sobre ese procedimiento en su escuela.
Pero también se requiere que las autoridades tomen medidas para una buena prestación del servicio de recolección de desechos, destacó.
El vertedero sanitario de la occidental ciudad de Cali, tercera en importancia entre las industriales, se colmará en septiembre de este año, según las previsiones de expertos, pero aún no se ha decidido como resolver el problema.
La zona en que se ha propuesto establecer un nuevo vertedero es asiento natural de las cuencas hidrográficas de los ríos Lili y Jamundí, (…) de considerable riqueza hídrica y de flora y fauna, según una carta enviada al alcalde de Cali, John Maro Rodríguez, por vecinos de la zona que se oponen a ese proyecto.
El basurero de la noroccidental ciudad de Bucaramanga, principal puerto petrolero del país, está a menos de 800 metros de la zona habitada, a cielo abierto porque la empresa responsable no ha cumplido con el plan ambiental que la obliga a convertir la zona en un relleno sanitario.
El basurero de la septentrional ciudad de Montería fue clausurado el 20 de mayo, con presencia de funcionarios del ministerio del Medio Ambiente, por no cumplir con normas técnicas.
Una ley de 1994 y sus decretos reglamentarios establecen que es responsabilidad de los municipios y distritos asegurar que se preste a todos sus habitantes el servicio público de aseo de modo eficiente, continuo e ininterrumpido, sin poner en peligro la salud, ni usar procedimientos y métodos que puedan afectar el ambiente.
Entre los problemas identificados por Superservicios está, en algunos casos, la presencia en los sitios de disposición final de recicladores, que se disputan la basura con aves carroñeras.
El organismo registró también frecuentes quejas por la proliferación de olores ofensivos, moscas y roedores que ponen en riesgo la salud de las comunidades vecinas a basureros.
Un paso necesario hacia la solución de estos problemas es educar a la comunidad, y por eso el gobierno impulsa un Plan Nacional de Reciclaje, para minimizar el impacto ambiental que causa el manejo inadecuado de desechos y crear empleo digno, informó el viceministro de Medio Ambiente, Juan Bonilla.
El plan se lleva a cabo con apoyo de las alcaldías, mediante campañas dirigidas a la comunidad para la separación de basuras en las casas, la recolección selectiva por parte de los recicladores y la comercialización de los desechos.